Los Cubs acaban de cambiar a Anthony Rizzo por dos prospectos de los Yankees. Está bien, el equipo debe hacer los cambios que tiene que hacer para mantenerse competitivo en el futuro. Parece ser que el equipo está obteniendo un muy buen retorno a cambio de Rizzo. Sin embargo duele. Duele porque al final del día la identidad del grupo es mayormente definida por la suma de la identidad de sus miembros.
Desde hace mucho tiempo que me he identificado como un seguidor de los Cubs pero creo que nunca había pensado de mí como un seguidor de Rizzo. Es confuso. Rizzo no es “los Cubs” y “los Cubs” no son Rizzo. Sin embargo el equipo no será igual sin su presencia. Algo muy profundo cambia en su ausencia.
Me resulta imposible, al menos en este momento, separar la identidad de el jugador de la identidad del equipo. Pero al mismo tiempo Ryne Sandberg, Shawon Dunston, Mark Grace y Andre Dawson, quienes formaban buena parte de la identidad del equipo del que me enamoré al principio de los 80’s tampoco siguen jugando para el equipo y yo continuo siguiendo al equipo con la misma pasión con que lo hacía 35 años atrás. Como ya lo dije, es confuso.
Las personas vienen y van. Las instituciones y grupos persisten más allá de lo que sus miembros lo pueden hacer. Los equipos, empresas, grupos religiosos e instituciones que los seres humanos creamos tienen como fin trascender a las personas que las conforman. Toda organización puede hacer más de lo que cualquiera de sus miembros pudiera hacer solo. Es precisamente por esto que existen.
Entiendo, a nivel racional, que el rol de los miembros de un grupo es darle vida a algo más grande que ellos y que cada miembro eventualmente se irá. También entiendo que son los miembros de una organización los que le dan su identidad. Lo que me está costando aceptar es que la identidad de las organizaciones cambia todo el tiempo —al igual que todo lo demás en esta vida. Los Cubs de mañana no serán igual que los Cubs de hoy. Al mismo tiempo, los Cubs de hoy no son iguales a los Cubs de los que me hice fan en 1,984 y todo sigue estando bien.
Rizzo, te vamos a extrañar. Gracias por todo #44.
pd. Ojalá no me toque escribir otro de estos mañana. 🤞