El miedo de no cumplir

A veces, el último recurso es lo único que nos puede salvar. Estamos a punto de caer. El borde del precipicio está justo abajo de nuestros pies. Todo lo que se necesita es tomar un paso más y puff, todo se acaba. Y luego, repentinamente despertamos, recordamos ese miedo de no cumplir, de fracasar. Y así nos levantamos a trabajar una vez más. El miedo de no cumplir gana una vez más.