Algún día el tiempo se va a acabar y cuando ese día llegue vas a saber que todo “se acabó”. Estoy seguro que ni tú ni nadie quiere llegar a ese inevitable día a suplicar por tiempo prestado para poder hacer todo lo que hoy, con un poco de determinación, pudieras estar haciendo.
El tiempo es preciado y sí, el tiempo, al menos el de cada uno de nosotros, también se va a acabar. Así que hoy, acá, en este preciso instante, que vas a querer hacer, ¿Seguir ignorando que tu tiempo en algún momento se va a acabar o reconocer que tus horas están contadas y empezar a ver el infinito valor que cada hora de vida tiene?
De tu respuesta depende el tipo de vida que tendrás de hoy en adelante. Si decides ignorar el hecho de que tu tiempo en este planeta es finito, miles de oportunidades se escaparan como agua entre tus manos y la maravilla del mundo nunca se manifestará ante tus ojos. Por el otro lado, si escoges reconocer el valor que hay en cada hora de vida que está por llegar algo maravilloso sucederá. Aceptarás con un corazón abierto el hecho de que algún día tu y todos lo que te rodean algún día van a morir y con eso vendrá el regalo más maravilloso que alguien puede llegar a tener jamás: vivir cada día de su vida con la ilusión de hacer sus sueños realidad.