“Creer en algo y no vivirlo es deshonesto.” Esta cita de una de mis personas favoritas en toda la historia, Mohandas Gandhi, hoy resuena conmigo más que nunca. Tomo un profundo respiro, veo a mí al rededor y también veo adentro de mi mismo. Se hace obvio que hay mucho trabajo que hacer en el área de honestidad en cuanto a nuestras creencias se refiere.
¿Cómo sería el mundo en que vivimos si todos viviéramos un poco más lo que creemos? Sin duda alguna estaríamos bastante mejor. Mi percepción es que la mayoría de los problemas que hoy tenemos como sociedad no vienen de las creencias que tenemos. Creo que el problema viene de que las personas no hemos desarrollado la integridad necesaria para vivir aquello en lo que creemos.
Claro, nunca antes en la historia han habido debates tan intensos entre las distintas ideologías y creencias que distintas personas empujan, especialmente en redes sociales. Pero esta diversidad de creencias usualmente no es el problema. Creo que muchos de estos problemas que se dan por diversidad de ideología se podrían eliminar con un poco más de tolerancia.
El verdadero problema está en que son muy pocas las personas que toman sus creencias y las viven a flor de piel en el mundo real. No estoy hablando de publicar fotos, posts o tweets en línea. Eso cualquiera lo puede hacer y para mí no cuenta como “mundo real”. El verdadero reto es salir y luchar contra la incomodidad de sostener nuestras creencias ante la adversidad. En defender aquello en lo que creemos incluso cuando sabemos que vamos a perder algo por hacerlo. En estar dispuestos a afrontar valientemente cualquier consecuencia que defender nuestras creencias pudiera traer. En creer en algo y vivirlo en cada momento para no ser deshonestos.