Los comportamientos más importantes que queremos cambiar en nosotros mismos son precisamente los comportamientos que más enraizados tenemos. Es decir, son tan parte nuestra que ni siquiera nos damos cuenta cuándo los estamos haciendo.
Es por esto que es tan importante que tengamos a alguien a nuestro lado en nuestro camino de crecimiento personal. Necesitamos, al menos en un inicio, una persona que constantemente nos esté observando y que nos despierte cuando estamos cayendo en ese viejo patrón conductual que tanto queremos romper.
El rol de esta persona no es el de un guardián que está respirando en nuestro cuello todo el tiempo. Su rol es más como el de un guía compasivo que con mucha presencia nota cuando hemos caído y nos ayuda a levantarnos una y otra vez. Es una persona que nos llega a conocer tan bien que muchas veces nos puede ayudar a no caer incluso antes de que pensemos en hacerlo.
Alguien que te recuerde todo el tiempo que quieres ser mejor es invaluable. Alguien que te recuerde lo que dijiste que quieres ser no tiene precio. Alguien que te recuerde que puedes ser mucho más de lo que tu mismo crees que puede ser vale oro. Si tienes una persona en tu vida que haga esto por ti, aférrate a ella con todas tus fuerzas y jamás la dejes ir.