He estado pensando mucho en cuál es el factor decisivo que determina que tanto podemos lograr en la vida. Para buscar una respuesta honesta he estado reflexionando sobre mi propio trayecto de vida y esto es lo que he encontrado hasta el momento.
Por alguna razón el mundo físico (externo) nos parece bastante más real que el mundo mental (interno). Por ejemplo, creemos que una reja puede hacer un mejor trabajo de limitarnos que el miedo. Nada podría estar más lejos de la verdad. Solo imaginate estar parado en un avión con la puerta totalmente abierta frente a ti. ¿Qué tan fácil te resulta saltar?
Ahora, a la parte personal del asunto. Como algunos de ustedes sabrán, nací sin el antebrazo derecho (mundo externo). Afortunadamente todas mis facultades mentales y emocionales (mundo interno) parecieran estar más o menos dentro de los parámetros de lo que se puede considerar normal —al menos eso me gusta creer :-).
Lo interesante es que a pesar que mi “limitante” principal pareciera ser física (externa) todavía no me he topado con algo que no haya podido hacer por no tener el antebrazo. He jugado baseball a nivel de selección nacional, toqué guitarra en un grupo de rock con el que grabamos 3 discos, estuve en los equipos de basket ball, volleyball y baseball del colegio, puedo manejar carros mecánicos y hasta cambio los garrafones de agua en la casa.
Aún así, no todo es color de rosa ya hay muchas cosas que aún no he podido hacer. Y cada una de ellas se debe a algún miedo o creencia limitante dentro de mí (mundo interno). Hay conversaciones difíciles que no puedo tener o decisiones que postergo porque no quiero enfrentar las consecuencias si algo llegará a salir mal. Veo pasar oportunidades que podría aprovechar pero no tengo el valor de perseguir. En fin, todas las cosas que quiero lograr y aún no he podido alcanzar es porque algo dentro de mí me está limitando. Es evidente que lo que puedo o no lograr tiene más que ver con mi capacidad de manejar mi mundo interno que mi mundo externo. Mi experiencia y recomendación es que el trabajo que hay que hacer está adentro de nosotros, no afuera.
Espero que esta reflexión le ayude a más de alguien y quiero que sea una invitación para pensar un poco más en qué es lo que realmente está limitando la vida de cada uno de ustedes.