Es muy probable que al leer la palabra “tensión” muchos de ustedes experimentaron algo de incomodidad. La tensión se relaciona con situaciones que muchas personas calificarían como indeseables.
Por ejemplo, las personas experimentan “tensión” cuando tienen conversaciones difíciles, cuando le exigen a sus cuerpos y cuándo ponen su cerebro a trabajar. A la vez, es la tensión la que hace que las relaciones se fortalezcan, que los músculos crezcan y que las mentes se desarrollen. Sí, la tensión no se siente bien pero es necesaria para el crecimiento.
Estar atento a en donde hay y en donde no hay tensión ayuda a una persona a identificar las áreas de su vida en donde puede estarse estancando. Regularmente, si no hay tensión en algún área de la vida, esa área no está progresando. La falta de tensión es una bandera roja.
Al mismo tiempo, el exceso de tensión tampoco es sano. Experimentar tensión intensa o prolongada es a su vez otro tipo de bandera roja. Usualmente este tipo de situación indica que la persona está realizando actividades que no están alineadas con sus valores.
La tensión es algo bueno cuando se sabe manejar y se entiende que es un componente indispensable para el desarrollo de una persona. Es una buena idea estar atento a el nivel de tensión que se está experimentando en todo momento. Si no hay tensión no se está creciendo. Si hay demasiada tensión, probablemente se está caminando por el camino que no es.