Mi realidad nunca es la tuya

¡Qué pérdidas nos podemos dar en nuestra propia manera de ver el mundo! Confundimos nuestros pensamientos con la realidad y negamos cualquier posibilidad de que los demás operen de una manera distinta a la nuestra.
¡Qué pérdidas nos podemos dar en nuestra propia manera de ver el mundo! Confundimos nuestros pensamientos con la realidad y negamos cualquier posibilidad de que los demás operen de una manera distinta a la nuestra.