Cuando se está construyendo un sistema, aplicación o método de contingencia, usualmente se toma en cuenta el peor escenario para poder robustecer el sistema en el caso de que todo salga mal.
Lo que es muy interesante es la manera en que usualmente se estima este peor escenario. Casi siempre el peor escenario se estima en base a la peor experiencia que ha vivido la persona que está haciendo el diseño.
Un analista de sistemas va a preparar el sistema para que reciba el pico de tráfico que tuvo durante la última y mas grande campaña de publicidad, el DBA va a calcular la cantidad de transacciones que aguanta la base de datos en base a los comentarios de un compañero de trabajo que le dice que es lo mas que se puede esperar y un ingeniero construirá un edificio para que aguante el terremoto mas fuerte que se ha registrado en la historia de la ciudad.
La verdad es que el peor escenario nunca es mejor o igual que lo peor que esperamos. Por ejemplo, los mecanismos financieros para regular la depresión de 1929 estaban diseñados para soportar las caídas que se vieron en 1910. 1929 fue mucho peor. Nunca antes se había visto algo así. Lo mismo ocurrió con la burbuja en bienes y raíces del 2,008. Se pensaba que el peor escenario no podría ser peor que el de 1929 aunque ya se tenían datos de que el de 1929 fue mucho peor que el de 1910.
Es decir, muchas veces pensamos que la montaña mas grande que existe es la montaña mas grande que hemos visto. Esto es rara vez la realidad. Siempre que estés planeando el peor escenario para robustecer algo, recuerda, la realidad siempre tienen una sorpresa preparada ti que nunca nadie antes ha visto!