En una sociedad moderna que aún por el momento podemos catalogar como “libre” básicamente existen dos tipos de libertad:
1. Libertad política, la cual determina nuestra capacidad para votar, hacer saber a los gobernantes sobre nuestros intereses e influir por medio de participación democrática en las decisiones clave del estado.
2. Libertad de comportamiento, la cual utilizamos con mas frecuencia y se rige a un nivel personal. Libertad de locomoción, seleccionar donde ir a comer, con quienes compartir nuestro tiempo, etc.
Estas libertades creo que dependen una de otra. Si los ciudadanos no ejercitamos nuestra libertad política (la cual significa mucho más que solo ir a votar) es muy probable que perdamos nuestra libertad de comportamiento.
La situación que es preocupante es ver como a la gran mayoría de personas le dan mayor importancia a la libertad de comportamiento: “Mientras nadie me diga nada por como comida chatarra y llevar una vida desordenada todo el día estoy bien” que a la libertad de política: “Voy a dedicarle tiempo a entender la política internacional de mi país para saber si estoy de acuerdo y si no ponerme en contacto con el cuerpo legislativo que me pueda ayudar a proponer algo diferente”.
Como mencioné anteriormente, si no cuidamos una, no tendremos la otra. Hago un llamado a la reflexión sobre este importante tema y les pido a todos que poco a poco empiecen a ejercitar un poco mas su libertad política con el fin de defender su libertad de comportamiento.