El segundo primer día de clases

Cuando yo era niño el primer día de clases del año era algo especial. Nunca pude tener dos en un mismo año. Aunque la resistencia de querer ir día tras día al colegio era grande, las ganas de volver a ver a los amigos después da las vacaciones de fin de año siempre ganaban. Volver al colegio dolía, pero al menos estaríamos ahí en buena compañía, eso era lo especial.

Hoy fue el segundo primer día de clases en el año para mi hijo —espero que ya no tenga más. El brillo en sus ojos, la alegría en su voz y la ilusión en su corazón me dicen que para él regresar a clases hoy fue más dulce de lo que jamás lo fue para mí.

La mano invisible dicta que la escasez es lo que hace que algo sea valioso. Pareciera ser que los niños que no han podido asistir regularmente a clases valorarán su privilegio de ir al colegio mucho más que cualquier generación anterior a ellos. Y esto es algo maravilloso.

Muchas personas que me conocen dicen que soy un optimista perdido y que a todo le veo algo positivo. ¡Acá voy otra vez!

El impacto que el último año ha tenido en nuestro hijos no se podrá cuantificar hasta dentro de algunos años. Lo que si sé es que estos niños valorarán infinitamente a sus amigos, profesores y oportunidades académicas. Después de todo, lo que cuesta vale y para ellos la pandemia convirtió al colegio en un lingote de oro que siempre querrán cuidar.

¡Feliz regreso a clases Chris!

Aprender jugando es mejor

Hace unos días atrás escribí acerca de la gran cantidad de tiempo que he pasado jugando Civilization VI con mi hijo y mi cuñado. Las cosas no han cambiado y hoy volvimos a pasar la mayor parte del día jugando.

Sin entrar en los detalles de cómo funciona el juego quiero relatar cómo Civilization VI ha despertado el interés por la historia, política, ciencia y economía en mi hijo de 11 años.

Realmente no hay nada como aprender jugando. Creo que se aprende más cuando no se “sabe” que se está aprendiendo. Cosas maravillosas ocurren cuando el aprendizaje viene sutilmente disfrazado como algo más. En este caso, como un juego.

Conforme nos hemos ido adentrando en el juego el domino de los conceptos que se presentan como sistemas de gobierno, políticas económicas, estructuras sociales y técnicas de negociación se vuelve necesario para seguir avanzando. Y seguir avanzando es tan divertido que los tres hemos pasado horas de horas leyendo, comprendiendo y aplicando estos importantes conceptos.

También quiero mencionar cómo los círculos de retroalimentación cortos que ofrecen los juegos son importantes en el aprendizaje. Por ejemplo, si dentro del juego elijo un sistema de gobierno que no es apto para mi situación, en un par de turnos me puedo dar cuenta que me equivoqué ya que mi situación no irá para bien. De igual manera, cuando el sistema encaja, el progreso es evidente. Este tipo de retroalimentación rápida cimienta el aprendizaje y los conocimientos de una manera experiencial.

Aprender no tiene que ser aburrido y jugar no tiene que ser “una perdida de tiempo”. Se puede jugar para aprender y aprender jugando es mejor.

El gran precio que estamos pagando con tantas tareas para nuestros niños

El año pasado tomamos la decisión de cambiar a nuestro hijo, entonces de 5 años, de colegio. Una de las razones principales fue la frustración que identificamos en el ante todas las tareas repetitivas como hacer planas que tenía que hacer durante las tardes. Esto llevó a muchos otros síntomas que interpretamos como perdida de interés en el aprendizaje, como una constante resistencia a querer ir al colegio TODAS las mañanas.

Para hacer corta la historia, se abrió un colegio de metodología Waldorf muy cerca de donde vivimos y sin pensarlo mucho tomamos la decisión.

Vale la pena mencionar que en transcurso de unas cuantas semanas la dinámica y felicidad de nuestro hijo cambió considerablemente. No solo esto, pero sus avances en lectura y escritura (áreas en donde manifestaba mucha resistencia con las planas, etc.) fueron significativos. Es impresionante como al bajar la presión (pienso que los niños no son muy buenos para manejar presión) los resultados mejoraron. Lo atribuyo a que la enseñanza a través del juego le devolvió el amor por el aprendizaje y el descubrimiento de el mundo a su alrededor.

Ayer asistí a una reunión de padres en donde nos dieron una charla de 3 horas sobre la importancia del juego, el desarrollo de la motricidad y la libertad en el ciclo de aprendizaje de los niños. Entendí muchas cosas de las que estaré escribiendo en los siguientes días.

Una de las cosas que más me impacto durante la sesión de ayer fue un video que alguien compartió durante la mañana que muestra de una maneramuy interesante como funciona el sistema educativo tradicional. Se los comparto con la ilusión de que me ayuden a propagarlo a todos los padres y educadores que conozcan para que todos juntos empecemos a hacer un cambio que ayude a nuestros niños a aprender una manera mas sana.

Preparando a nuestros niños para su travesía

Una increíble charla por Jack Petrash que identifica las 3 necesidades que tienen todos los niños  para poder aprender y resolver todos los retos que el mundo moderno les va a tirar. Explora como les podemos ayudar a desarrollar las capacidades necesarias aplicando los conceptos de la educación Waldorf.

Spoiler: Te responderá por qué no puedes lograr que tus hijos vayan a la mesa a cenar cuando están jugando!

5 razones de por qué si los profesores fueran mas como granjeros, el mundo estaría mejor

Con un hijo de 5 años pareciera ser que veo enseñanza, motivación y crecimiento en todos lados. Estos temas están tomando mucha importancia para mi. Preguntas como ¿cual es la mejor manera de ayudar a un niño a aprender? ¿cómo se puede motivar a alguien para que realmente quiera aprender? ¿que pasa si un niño no quiere hacer algo que realmente lo va a ayudar

a crecer? han estado dando vueltas en mi cabeza todo el tiempo.

Con tanto tiempo dedicado a tratar de entender esto de una mejor manera y al estar trabajando muy de cerca con un grupo muy especial de personas que están apasionadas por las mismas preguntas creo que estoy logrando ver algunas cosas.

  1. Para que un niño realmente aprenda y pueda “florecer” es indispensable que libremente lo quiera hacer. Una vez se interesa por algo y lo quiere aprender, el aprendizaje no tiene límites. No debemos forzar el aprendizaje.
  2. Los niños pequeños se están empezando a entender como funciona el mundo y sus cerebros aún no son completamente lógicos. Necesitan de alguien que los guíe a descubrir las actividades que mas interesantes son para cada uno de ellos. Expongamos a los niños a la mas diversa cantidad de actividades posibles para que puedan encontrar su verdadero llamado.
  3. No podemos encasillar a todos los niños en un mismo esquema. Cada uno tiene intereses y habilidades únicas. Debemos ayudarles a encontrarlas y personalizar su aprendizaje para que cada uno de ellos pueda ser las mejor versión de si mismo.
  4. A todos los niños les gusta fracasar (así aprenden a caminar, a comer, etc.) No podemos ponernos en su camino y empezarles a reprochar cuando intentan algo nuevo y les sale mal. A costa de todo, dejemos intacta la ilusión de los niños de seguir aprendiendo cosas nuevas por medio de una genuina curiosidad y la falta total del miedo al fracaso.
  5. Nosotros no somos nuestros niños. Nuestro valor no depende del éxito o no que logren tener nuestros niños. No tengamos miedo de que sean ellos mismos. Nuestra función debe ser guiarlos como seres libres para que algún día puedan ser miembros felices y productivos de la sociedad. Cualquier otro interés que tengamos es puramente nuestro y no tiene nada que ver con el desarrollo del niño.

Todo esto me suena mucho a como los granjeros logran crecer sus cultivos.  Un granjero no puede obligar o darle órdenes a sus cultivos para que crezcan. Lo que si pueden hacer es entender que necesita cada uno de ellos  y encontrar la manera de dárselo justo en el momento en que mas lo necesita.

Esto es todo lo que se requiere para que nuestros niños puedan florecer en los adultos que van cambiar el mundo.