Incluso cuando no tienes ganas

Las personas que logran lo que quieren en sus vidas son aquellas personas que hacen lo que deben hacer incluso cuando no tienen ganas de hacerlo. Hacer lo que hay que hacer es fácil cuando se tienen ganas de hacerlo. El secreto es actuar en los momentos difíciles cuando cada fibra de nuestro cuerpo grita “¡No más!”.

Debemos reconocer que la experiencia de perseguir nuestros sueños no será igual todos los días. Habrán días más difíciles que otros. Es en estos días es que las personas que de verdad queremos nuestros sueños nos distinguimos de aquellos que meramente aparentan quererlos. Los que realmente los queremos hacemos el trabajo aunque no tengamos ganas.

Construir una vida de la que podamos estar orgullosos requiere que estemos dispuestos a subirnos a la montaña rusa emocional que es enfrentar a la realidad día tras día. Este es un camino que no tiene ni descansos ni escondites. En este camino cada día trae nuevas sorpresas y retos que superar. No importa que cartas nos tenga preparadas el destino, si queremos llegar a triunfar, debemos dejar la comodidad y las excusas a un lado para así poder llegar hasta el final.

El precio del éxito se paga por anticipado

Nada en este mundo es gratis. Recuerdo una frase que leí hace más de 20 años en un libro de Harvey Mackay que iba algo así “Puedes tener todo lo que quieras en la vida. Solo hay dos requisitos que tienes que cumplir. Uno, debes estar dispuesto a pagar el precio completo de lo que cuesta lo que quieres y dos, debes estar dispuesto a pagarlo por anticipado.”

Cuánta sabiduría en una sola frase. Las cosas cuestan y nadie nos las va a regalar. Ya sea dinero, tiempo, esfuerzo físico o adversidad emocional, todo tiene un precio. Si no cumplimos con pagar la factura completa, simplemente no obtendremos el resultado que buscamos.

Aunque sea obvio hay algo que muchos de nosotros ignoramos. El trabajo que nos lleva hasta donde queremos llegar se tiene que hacer antes de llegar. Es decir, el precio del éxito se paga por anticipado.

Tiempo de cosechar

A la hora de la siembra no se puede saber cuándo llegará el momento de cosechar. Todo lo que se puede hacer es diligentemente trabajar en sembrar un mejor futuro –hoy. Si día tras día se trabaja en lo que se debe hacer, la buena cosecha eventualmente llegará.

El tiempo necesario para cosechar los frutos de un trabajo bien hecho es desconocido. Al mismo tiempo, la probabilidad de que un trabajo bien hecho en algún momento rendirá frutos es alta. Todo lo que hay que hacer es primero trabajar y luego saber esperar.

Trabajo duro, consistencia, paciencia y confianza. Una combinación infalible que 99.9% de las veces resultará en una próspera cosecha de frutos para todos aquellos que confían en que si hacen lo correcto hoy, mañana su recompensa llegará.

A veces dar el 100% es demasiado caro

El emprendedor Matt Mullenweg, creador de WordPress y Automattic, suele contar una historia de cómo recuperó el gusto a montar su bicicleta. La historia no es importante por la bicicleta o el ejercicio, es importante por el profundo aprendizaje que contiene.

“Después de más de 4 meses de estar pedaleando en la misma ruta”, recolecta Matt, “comencé a sentir cierta frustración y las ganas de dejar de montar mi bicicleta”.

Matt luego procede a describir la hermosa ruta de 30 kilómetros que recorría al lado de las espectaculares playas de California.

“Al momento de salir iniciaba mi cronómetro y empezaba a pedalear con todas mis fuerzas”, recuerda Matt. “Iba a toda velocidad sin detenerme hasta el muelle al final del camino y luego de regreso. Cada vez que miraba el reloj al terminar, siempre lo mismo, 45 minutos.” Es importante recordar que el objetivo de Matt era mejorar su tiempo cada vez.

Matt luego describe en detalle cómo dar el 100% para tratar de bajar su tiempo le empezó a pesar. Recuerda la respiración pesada y el dolor de sus piernas. Es algo que nos pasa a todos. Después de mucho tiempo de estar dándolo todo “nos quemamos”. Lo que hacemos ya no es divertido o agradable. Se le pierde el gusto a las actividades y las dejamos de hacer.

“Una mañana me desperté extrañando el aire fresco en mi cara y montar mi bicicleta junto al mar”, se dijo Mullenweg una mañana de verano. “Voy a salir en la bicicleta sin preocuparme del tiempo e iré a dar un buen paseo pero sin matarme”. Y así puso su cronómetro (solo como referencia) y arrancó.

Luego Matt procede a contar lo glorioso que fue su paseo. Describe detalladamente cómo por primera vez se dio cuenta de que había delfines saltando en el mar, y lo hermosas que se veían las gaviotas volando contra el fondo del cielo azúl. Pero aún había algo más espectacular que Matt estaba por ver.

Su reloj. Cuando Matt volteo a ver el cronometro no lo podía creer. 47 minutos. “Que demonios!”, fue su expresión. “No puede ser que me estaba matando por tan solo 2 minutos. 2 Minutos!”.

Muchas veces lograr una mejora incremental cuando ya hay alto rendimiento puede resultar muy caro. Dar siempre el 100% no es posible. Aprende a disfrutar los paseos en bicicleta. La vida puede esperar esos 2 minutos que “perderás”.

Nota: Esto no aplica para atletas de alto rendimiento o personas en ambientes similares cuyo objetivo es justamente ganar esos 2 minutos.

Por qué trabajar más duro cuando todo va bien

Pareciera ser que instintivamente todos tendemos a trabajar un poco más duro cuando las situaciones son adversas. Algo tienen las situaciones cómodas que nos cegan ante cualquier posibilidad de adversidad. Esta tendencia la trata bastante Jim Collins en su librazo Good to Great: Why Some Companies Make the Leap…And Others Don’t .

En realidad esto es algo contraproducente ya que es en los momentos de tranquilidad cuando mas tiempo y recursos tenemos para prepararnos para mejores y más grandes oportunidades. También es cuando mejor nos podemos preparar para lo inesperado. Simplemente no lo hacemos.

Para nunca olvidar esto en “los buenos momentos” les dejo con una frase que recientemente escuché en manager tools:

“Mientras mas sudas en tiempo de paz, menos sangrarás en tiempo de guerra”.

“The more you sweat in pace, the less you’ll bleed in war”.

Que sabias palabras!