El mejor tiempo del día

Cada persona es diferente. Algunos prefieren vainilla, otros chocolate. Unos son más productivos en el día, otros hacen su mejor trabajo por la noche. Siendo aún más específicos, algunos destacan temprano en la mañana mientras que otros tienen sus mejores horas tarde por la noche.

Poder identificar este “tiempo mágico” en el día es algo que puede cambiar vidas. Tener claro cuales son esas aproximadamente dos horas al día en las que todo fluye un poco mejor y la energía abunda, incrementa considerablemente la productividad. Durante este tiempo la creatividad está más activa que en cualquier otro momento del día. Es el tiempo ideal para hacer el trabajo más retador de la agenda.

El mejor tiempo del día producirá el mejor trabajo del día. Qué mejor que saber cuál es ese tiempo para dedicarlo a trabajar en lo que verdaderamente es esencial.

Dónde conseguir el tiempo

Todo lo que quieres que vale la pena necesita tiempo. Si tú no estás dispuesto a dedicarle el tiempo que necesita, puedes estar seguro que alguien mas si lo hará.

¿Cuántas veces has visto a alguien más lograr algo que tú querías hacer? La reacción es siempre la misma. “Yo debí haberlo hecho, yo lo iba a hacer.” Pero la realidad es que tu no lo hiciste. La otra persona sí. Ella si le dedico el tiempo, tú no.

Si quieres hacer ese proyecto que puede cambiar el mundo —o al menos cambiar tu vida— necesitas encontrar el tiempo necesario para hacerlo. Las horas no solo aparecen de la nada. Las tienes que crear tú. ¿De dónde vas a sacar el tiempo?

El tiempo que necesitas lo debes robar. “Las horas que necesitas se las debes robar a la comodidad”, escribe Derek Sivers en el artículo que inspiró este post. Qué cierto es! Cosas como eliminar distracciones, apagar Netflix y perder menos tiempo con el teléfono pueden ser las primeras cosas que puedes considerar.

También le puedes robar tiempo al miedo. Hay muchas horas disponibles escondiéndose detrás del miedo que no te deja empezar el proyecto, que no te permite tomar la decisión. Hay mucho tiempo perdido por la parálisis que el miedo a fracasar te está causando.

Suficiente tiempo perdido, ha llegado el momento de actuar.

La aceleración del tiempo

Tengo 44 años. Parece ser que con cada minuto que pasa el tiempo se escapa de mis manos con mayor velocidad. Aún puedo recordar las vacaciones del colegio cuando era un pequeño niño haciendo travesuras en la casa de mis papás. Eran eternas.

Al recordar otras etapas de mi vida como la adolescencia, mis 20s y mis 30s no me queda duda alguna de que cada una parece haber pasado más rápido que la anterior. La universidad pasó más rápido que secundaria que a su vez se fue más rápido que la primaria. Parece haber un patrón. Mientras la vida inevitablemente avanza, más rápido experimentamos el paso del tiempo.

Después de un poco de investigación no solo descubrí que mi percepción es correcta, también aprendí que este fenómeno no se detendrá y que cada minuto que pase, más rápido se irá. Como muchas otras cosas en la naturaleza, el fenómeno se puede explicar con un poco de matemática muy básica.

Conforme la vida de una persona avanza, las experiencias vividas se van acumulando como memorias y recuerdos en el cerebro. Mientras más tiempo está viva la persona, mayor es el contenido acumulado de recuerdos que tiene almacenados.

Imaginemos a un niño de 10 años de edad que experimenta 1 año de colegio (los 365 días completos). En ese momento, ese año representa un 10% ((1/10)100) de todo el tiempo que ha vivido. Ese año se experimenta como un tiempo muy largo. Es un 10% de la vida del niño.100) de mi vida. Con razón lo sentí tan rápido. Cuando cumpla 50 años, si sigo con vida, ese año representará solo 2% ((1/50)*100) del tiempo que llevaré vivo. Lo experimentaré aún más rápido que la experiencia que tuve hoy y que me invitó a escribir este post.

El tiempo no se detendrá y cada vez lo experimentaremos como más corto. Esto no quiere decidir que no nos podamos detener a estar más presentes con todo lo que pasa a nuestro alrededor. Esto no quiere decir que no podamos apreciar con toda la intensidad de nuestro ser cada segundo que nos queda por vivir.

Dejar de hacer

Un mejor futuro. El sueño que algún día llegará. La vida que siempre todos han querido. Todos estos anhelos están compuestos por nuevos proyectos, tareas que hacer y retos que cumplir. El problema es que nunca hay tiempo para hacer estos proyectos.

Digamos que estás en el trabajo. Entonces no estás en casa con tu familia. Digamos que estás en una llamada con tu jefe. Entonces tu atención no está con tu hijo que está a tu lado. Digamos que estás en una cita con tu esposa. Entonces —idealmente— en ese momento no estás pensando en el trabajo.

¿Qué tienen en común todos estos escenarios que acabo de listar? Correcto. En cada caso no puedes hacer las dos cosas al mismo tiempo. Para hacer uno, necesariamente debes de dejar de hacer el otro.

Preguntarte que vas a dejar de hacer a veces es más importante que definir el siguiente gran proyecto de tu vida. Después de todo, si estás tan ocupado como dices estarlo, debes dejar de hacer algo que ya estás haciendo para poder hacer algo mas.

Si tuviera un dólar por cada vez que he visto sugerencias de cómo hacer un mejor “To do List” sería millonario. Rara vez me he encontrado con cómo crear un buen “Not to do List”. Una lista de las cosas que no deberías estar haciendo. Recuerda, lo más importante de todo, es tener una lista de las cosas que quieres dejar de hacer. Sin esto nunca empezaras tu siguiente gran proyecto.

Todo en este mundo requiere de un intercambio. Intercambiamos nuestro tiempo por dinero. Intercambiamos nuestros sueños por nuestros miedos. Intercambiamos nuestras prioridades por las de alguien mas. Intercambiamos nuestra comodidad por nuestro crecimiento. Intercambiamos riesgos pr recompensas.

Para tener un mejor futuro tenemos que dejar de hacer algo ya. ¿Qué va a ser?

No seas burro, hay tiempo

Y cuenta una antigua fábula la historia de un burro que pasa varios días perdido. Muy asustado finalmente llega muriendo de hambre y sed a una granja ubicada en en una preciosa pradera, al lado de una colina.

Por alguna extraña razón o, una gran casualidad del universo, no había nadie en la granja. Estaba atardeciendo y probablemente la familia que vivía en la granja aún estaba terminando de trabajar el campo. Había un profundo silencio y una tranquilidad que calmo a nuestro amigo el burro. Justo al lado del granero, gracias a los últimos rayos del sol, el burro logró ver una montaña de heno justo al lado de una pileta de agua. “No moriré”, se dijo el burro lleno de felicidad. “Hay agua y comida para poderme reponer”.

Con mucha cautela, el burro camino por toda la orilla del granero hasta llegar a donde estaba la comida y la bebida. Se posicionó justo en medio del heno y de la pileta de agua fresca. Su emoción era incontenible. Había ansiedad en cada parte de su cuerpo y no podía dejar de temblar. Miraba el heno a su izquierda y el agua a su derecha. “No los puedo alcanzar, están muy lejos”, se decía el burro repetidamente mientras su mirada no podía dejar de brincar entre el heno y el agua.

El sol terminó de caer y el burro seguía sin poder alcanzar ni el agua ni la comida. Su cabeza seguía girando de un lado al otro. Pasó así toda la noche y justo antes de amanecer, después de varios días de estar perdido y una larga noche de indecisión, el burro murió entre el heno y la pileta de agua.

Si nuestro amigo el burro hubiera entendido que tenía tiempo hubiera podido comer primero y tomar agua después.

El paso del tiempo

Sin piedad y con la misma constancia de el agua que pacientemente se ha abierto paso desde el principio de la eternidad, el tiempo sigue su marcha sin voltear a ver atrás.

Pasan los días, los años y seguimos tan distanciados de nosotros mismos que no recordamos que el tiempo existe y está siempre presente. Pero tarde o temprano llega el momento en que algo, por sutil que sea, nos despierta y nos alerta una vez mas de su presencia. “¿De verdad eso fue hace tantos años?”, nos empezamos a preguntar.

Y es en estos momentos que recordamos la importancia de despertar. Empezamos a apreciar de nuevo todo lo que hemos podido vivir y cada experiencia que ha dejado su huella en la historia de nuestro existir. Nos conectamos y empezamos a sentir. Ponemos atención y estamos presentes con el mundo que nos rodea. Nos sentimos vivos por qué recordamos que en cualquier momento podemos morir.

Gracias al paso del tiempo es que tenemos la oportunidad de construir nuestras vidas. Somos nosotros los que muchas veces pasamos años viviendo sin realmente vivir —desconectados. El paso del tiempo no se detiene y la vida avanza, queramos o no.

El precio de dejar escapar los días que se nos regalan es alto, extremadamente alto; nunca vale la pena. Sin importar lo doloroso que sea el momento, no lo dejes ir. Vuélcate sobre el regalo más preciado que se nos ha entregado a todos: el paso del tiempo.

Todo requiere tiempo

Ya sea que nos sentemos a contemplar maravillados la formación del universo o que estemos evaluando cualquier cosa relevante que hallamos logrado en nuestras vidas, se vuelve evidente que estas cosas llevan tiempo.

Lo mismo sucede con eventos de menor magnitud: la llegada del fin de semana, ver una serie, completar un reporte, escribir este post, etc. Si tenemos la claridad de verlo así, TODO lleva tiempo. Nada en este universo ocurre sin el paso del tiempo.

Y sin embargo morimos de ansiedad queriendo que todo pase ahora. Nos desvivimos por aquel problema al que no le vemos solución o fin y lo único en que podemos pensar es en que queremos que termine AHORA! Estamos en el trabajo y queremos estar en la casa. Estamos en la casa y queremos estar en el trabajo. Y así en todo momento.

Pareciese que tenemos la infinita capacidad de olvidar nuestras experiencias que nos dicen una y otra vez que todo va a pasar (tanto lo bueno cómo lo malo). Esta manera de ver el mundo tiene 2 efectos muy grandes en nuestras vidas:

  1. No nos permitimos disfrutar y vivir el momento al máximo. Esto nos lleva a vivir vidas superficiales y llenas de ansiedad.
  2. No nos damos el tiempo necesario de meditar y reflexionar sobre lo que realmente está sucediendo, previniéndonos así de encontrar las mejores opciones que realmente puedan tener un impacto positivo en nuestra calidad de vida.

Así que hoy recordemos que tenemos tiempo. Si tan solo aprendemos a disfrutar del momento y contemplar de cerca lo que estamos viviendo ahora podremos vivir un ahora mucho más rico y tener un mañana mucho más próspero. No corras.

El remordimiento es la toma de decisiones en tiempo pasado

No se si les ha pasado alguna vez que están sentados pensado sobre algo que ocurrió en el pasado y sienten remordimiento. A mi también me ha pasado. En realidad me pasa bastante mas seguido de lo que quisiera reconocer.

El remordimiento es experimentar de manera negativa los resultados de una decisión tomada en el pasado con información que tenemos en el presente. Es decir, nace cuando queremos cambiar una decisión que tomamos tiempo atrás con información que en ese momento no estaba disponible y tan solo tuvimos acceso a ella después de haber decidido.

La realidad es que esto no tiene sentido pues en el momento que decidimos siempre lo hacemos con la mejor de las intenciones y tomando en cuenta toda la información que tenemos imposible en ESE momento. Es algo irracional tratar de jugarle la vuelta al  paso del tiempo y “apacharnos” ahora que tenemos mas información y querer cambiar el pasado. Esto no es posible.

Así que la próxima vez que sientes remordimiento recuerda: cuando decidiste lo hiciste con toda la información que tenías disponible y la mejor de las intenciones. Si hoy no te convence tu decisión es por qué hoy sabes algo que no sabías entonces. Entonces amigo, no sufras mas por eso!

Manifesto de diez puntos: Como trabajar mejor

Estos 10 puntos compilados por el artista suizo Peter Fischli resumen concretamente lo que cualquier persona, en cualquier carrera/industria puede llegar a hacer para lograr ejecutar mejor. El listado está pensado para ayudar a las personas a moverse de una mentalidad utópica a una mentalidad más práctica.

A pesar de ser 10 breves puntos,  este manifiesto tiene la capacidad de cambiar la vida de una persona.

  1. Haga una sola cosa a la vez.
  2. Conozca el problema.
  3. Aprenda a escuchar.
  4. Aprenda a hacer preguntas.
  5. Distinga entre sentido común y lo que es ilógico.
  6. Acepte el cambio como inevitable.
  7. Admita sus errores.
  8. Dígalo de la manera más simple.
  9. Mantenga la calma.
  10. Sonría.
Los puntos están dados, a incrementar la efectividad!