El precio de poder escoger (manejo de prioridades)

Escoger una cosa implica no escoger otra. No hay manera de darle la vuelta a esta realidad. El acto de elegir, por definición, trae consigo una pérdida: todas aquellas opciones que no fueron seleccionadas.

Escoger algo es una gran responsabilidad. Es decirle que sí a uno para decirle que no a otro millón. Cerrarle la puerta a todas las demás opciones es algo que a veces no se siente bien.

Y esto nos lleva a hablar acerca de las prioridades. Para que algo sea una prioridad algo más debe dejar de serlo. Para que una prioridad se pueda cumplir, tengan por seguro que algo más va a pagar el precio y se quedará sin hacer. Esta es la naturaleza de lo que llamamos prioridades.

Muchas veces planear se puede sentir como algo que nos limita. Que nos quita libertad. Pero, ¿Qué pasa si planear y fijar prioridades es todo lo contrario? ¿Qué pasa si priorizar y tener un plan bien estructurado realmente es libertad?

En este momento no tengo una respuesta que darles pero al menos suena a que es algo interesante en que puedo seguir pensando.

Sobre la delegación inversa

Muchas de las personas que llegan a obtener puestos gerenciales son personas determinadas que saben hacer bien las cosas. Son las típicas personas que les gusta trabajar y lograr resultados excepcionales. Tienen mucha motivación y les gusta mostrarle a los demás de lo que son capaces.

Es irónico pero todas estas cualidades que le ayudan a estas personas a ser promovidas a puestos gerenciales regresan como un boomerang a golpearles en la cabeza cuando ya son gerentes. El cambio de paradigma de “mi trabajo es hacer” a “mi trabajo es ayudar a otros a hacer” es muy difícil de cambiar y los hábitos ya instalados son muy difíciles de romper.

Y es acá en donde nace la delegación inversa: el proceso mediante el cual un gerente asigna una tarea a un directo y el directo, a menudo de una manera muy discreta, le devuelve la tarea al gerente para que se la haga. El gerente, que fue promovido por su capacidad de ejecutar y que aparte le gusta demostrar su capacidad, felizmente acepta la tarea de regreso y se pone a trabajar en ella.

Después de un par de delegaciones inversas el gerente se empieza a sentir abrumado y ya no tiene tiempo para hacer su trabajo pues ha empezado a hacer mucho de el trabajo que le corresponde a su equipo. Esta situación no solo afecta a él gerente directamente, afecta el desarrollo de los miembros de su equipo ya que muchos de ellos no tendrán la oportunidad de hacer las tareas que necesitan hacer para crecer pues el gerente las está haciendo por ellos.

Este fenómeno de la delegación inversa es muy sigiloso y puede pasar desapercibido en empresas de todo tamaño. Es un enemigo directo de la productividad y el desarrollo del personal. Sin duda alguna le ha costado el trabajo y la carrera a miles de gerentes.

En mi experiencia la única manera de combatirlo efectivamente es desarrollando la conciencia necesaria en los gerentes para que cada uno de ellos pueda identificar cuando está recibiendo de regreso una tarea que no debiera aceptar.

El gran precio que estamos pagando con tantas tareas para nuestros niños

El año pasado tomamos la decisión de cambiar a nuestro hijo, entonces de 5 años, de colegio. Una de las razones principales fue la frustración que identificamos en el ante todas las tareas repetitivas como hacer planas que tenía que hacer durante las tardes. Esto llevó a muchos otros síntomas que interpretamos como perdida de interés en el aprendizaje, como una constante resistencia a querer ir al colegio TODAS las mañanas.

Para hacer corta la historia, se abrió un colegio de metodología Waldorf muy cerca de donde vivimos y sin pensarlo mucho tomamos la decisión.

Vale la pena mencionar que en transcurso de unas cuantas semanas la dinámica y felicidad de nuestro hijo cambió considerablemente. No solo esto, pero sus avances en lectura y escritura (áreas en donde manifestaba mucha resistencia con las planas, etc.) fueron significativos. Es impresionante como al bajar la presión (pienso que los niños no son muy buenos para manejar presión) los resultados mejoraron. Lo atribuyo a que la enseñanza a través del juego le devolvió el amor por el aprendizaje y el descubrimiento de el mundo a su alrededor.

Ayer asistí a una reunión de padres en donde nos dieron una charla de 3 horas sobre la importancia del juego, el desarrollo de la motricidad y la libertad en el ciclo de aprendizaje de los niños. Entendí muchas cosas de las que estaré escribiendo en los siguientes días.

Una de las cosas que más me impacto durante la sesión de ayer fue un video que alguien compartió durante la mañana que muestra de una maneramuy interesante como funciona el sistema educativo tradicional. Se los comparto con la ilusión de que me ayuden a propagarlo a todos los padres y educadores que conozcan para que todos juntos empecemos a hacer un cambio que ayude a nuestros niños a aprender una manera mas sana.

Como estar ocupado puede ser una forma de haraganería

Hay días en los que tenemos mucho que hacer. La cantidad de trabajo es muy alta y si, estamos ocupados. Tenemos mas que hacer de lo que en realidad podemos hacer. Esto es una realidad.

Pero, ¿que pasa cuando estar ocupado se convierte en estar “ocupado y una excusa para evitar hacer lo que en realidad es importante? A ver, lo explico un poco mas a fondo.

No todas las tareas fueron creadas iguales!

Hay tareas que son mas importantes que otras. Hay tareas que nos dan mas miedo que otras. Hay tareas que crean mas valor cuando se cumplen que otras. Existe una muy fuerte correlación entre el nivel de  inseguridad, miedo y complejidad del  retos de una tarea y que tan importante y que tanto valor generará al ser completada.

Cuando estés procrastinando o sintiéndote tan ocupado que simplemente no tienes tiempo para hacer una tarea que te tiene ansioso, la correlación que acabo de mencionar, indica que esa es una tarea importante de alto valor.

Es acá donde estar “ocupado” toma la connotación de haraganería. Utilizamos, e incluso creamos, tareas de menor valor que utilizamos como escudos para no tener que afrontar las tareas difíciles que realmente moverán las cosas hacia adelante. Nos pasamos todo el día atendiendo todo aquellos con que nos sentimos cómodos. Nos la pasamos “ocupados” como un mecanismo de defensa en contra de hacer lo difícil y ponernos a prueba de que tanto mas podemos realmente hacer.

Lo mas difícil es empezar

No se si será algo que me pasa a solo a mi o es algo mas general. Tengo ganas de hacer algo, quiero lograr un nuevo proyecto, empezar una nueva rutina o hábito o simplemente hacer una tarea puntual. Es en este momento que muchas veces empieza la lucha.

Por un lado tengo el deseo de ponerme manos a la obra. Por el otro empiezo a contarme historias, divagar y en muchos casos procrastinar de una manera mas que profesional. En este punto mi mente se especializa en crear escenarios ficticios en los cuales lo que quiero hacer parecer una tarea titánica fuera de todo alcance. El esfuerzo requerido para completarla toma una forma desproporcionada a lo que realmente se requiere. La complejidad crece exponencialmente y empiezo a rechazar la tarea.

Lograr sobrepasar este juego mental, para mi, es lo más difícil para lograr cualquier cosa que quiera. La mas difícil es empezar. Lo mas difícil es poner las cosas en perspectiva y dejar de sufrir por un futuro incierto que realmente no estamos dimensionando.

Hoy por hoy se que si logro sobrepasar esta parte del proceso y controlar mi mente uy mis emociones, lograré mucho mas cosas en mucho menos tiempo.

¿A alguien mas le sucede esto? ¿Que recomiendan para hacer que empezar sea mas fácil?