Las mejores oportunidades están reservadas para los valientes

En el mundo no hacen falta oportunidades. En el mundo lo que hace falta son personas valientes que no solo sepan identificar estas oportunidades sino que también tengan las agallas para ir tras ellas.

El valor de la recompensa que se encuentra detrás de cualquier oportunidad es directamente proporcional al riesgo que involucra tomarla. Es un tipo de ley universal, a mayor riego, mejor la recompensa.

Es por esto que no es sorpresa que las mejores oportunidades, aquellas que retornan las mejores recompensas, están reservadas para los más valientes. Son las más riesgosas.

Una buena oportunidad trae consigo un alto costo de oportunidad, es decir, se debe dejar de hacer algo más para poderla perseguir. En estos escenarios, la valentía juega un rol crucial.

Para obtener un mejor trabajo, se debe dejar el trabajo anterior. Para cambiarse de industria, se debe dejar la industria en donde actualmente se participa. Para empezar una nueva empresa, se debe invertir tiempo que ahora se usa para algo más.

Perseguir algo nuevo, algo más grande, algo mejor, siempre es riesgoso. Pero no se puede negar que quedarse en donde ya se está es mucho más riesgoso. Seguir como se está, por seguro que se sienta, no es una buena opción.

Se requiere de valor para seguir nuevas oportunidades. Se requiere de aún más valor para seguir las mejores.

Las mejores oportunidades están reservadas para los más valientes. Reserva la tuya hoy mismo.

El mundo es de los arriesgados

Hoy tuve la oportunidad de sentarme a conversar con un gran emprendedor, Kevin Gonzalez. Kevin es el fundador de Molvu, una marca orgullosamente guatemalteca que hace productos y accesorios electrónicos.

Podrán escuchar mi conversación completa con Kevin en mi podcast Conceptos a partir del martes 16 de Febrero 2021 pero por el momento les quiero adelantar lo que aprendí de Kevin quien muchos años atrás fue mi alumno en la universidad.

El mundo pertenece a las personas que toman riesgos. Los emprendedores que logran materializar sus sueños creen en qué ganaran sus apuestas y que sus saltos al abismo darán frutos. Aunque muchas veces no saben cuál debe ser su siguiente paso no paran de caminar, incluso cuando están al otro lado del mundo con un bebé de 2 meses a su cargo.

Las oportunidades deben ser identificadas antes de poderse tomar. No se puede tomar ventaja de una oportunidad que no se ve y la razón principal por la que las oportunidades no se ven es por el miedo a lo que implicaría tomarlas. Tomar una oportunidad siempre es un riego. Justo por eso es que es una oportunidad, por qué podría no resultar. Para comerse el mundo es necesario tomar las mejores oportunidades que se presentan, o sea, constantemente tomar riesgos.

El camino que lleva desde una oportunidad hasta el éxito es arduo y puede ser muy largo. Requiere de persistencia, astucia, apoyo de muchas personas y aprendizaje continuo. No es fácil y sin duda alguna habrán momentos muy difíciles en los que rendirse parecerá ser la opción más sensata. Usualmente los que ganan son aquellos que no se rinden.

Tomar riesgos es una arte que consiste de fortitud emocional y voluntad. Tener éxito es el resultado de confiar en sí mismo para poder tomar los riesgos necesarios y no rendirse hasta que se llega al destino final. Sin duda alguna, el mundo es de los arriesgados.

Riesgo y consecuencia

Puede haber algo que sea de muy poco riesgo pero que tenga graves consecuencias. Por ejemplo, viajar en avión.

También hay cosas de mucho riesgo que tienen consecuencias leves. Como jugar un partido de futbol.

Qué tan arriesgado es algo no tiene nada que ver con la gravedad de las consecuencias que se darán si el riesgo se cumple. Para tener el panorama completo se deben considerar tanto las probabilidades como la severidad de las consecuencias y recordar que no están relacionadas.

El riesgo de innovar

Hacer lo mismo una y otra vez nos hace sentirnos seguros. Crea una rutina y es predecible. Nos mantiene en nuestra zona cómoda y requiere de poco esfuerzo. Hay poco riesgo y la probabilidad de fracasar es muy baja.

Pero está es la razón por la cual muchas veces el mundo se detiene. Es lo que causa que cuando las circunstancias cambian nos cuesta tanto reaccionar. Esa búsqueda de comodidad y falta de voluntad para tomar riesgos y experimentar le resulta muy costosa para la humanidad.

Todo el avance de nuestra civilización ha dependido y siempre dependerá de esas cuantas personas que, cómo bien lo dijo Steve Jobs, son lo suficientemente “locas” como para cambiar el mundo.

Es cierto que no todos tenemos la misma capacidad de innovar o encontrar “la mejor manera” de hacer algo. No todos estamos dispuestos a correr los riegos que innovar conlleva. Lo que sí todos podemos hacer es aplaudir a aquellos que toman los riesgos de innovar y brindarles todo nuestro apoyo para que juntos podamos seguir avanzando hacia adelante.

Por favor no olvidemos que son ellos los que estarán creando el mañana en donde todos los demás queremos vivir.

La diferencia entre incertidumbre y riesgo y por qué es importante

En muchas ocasiones pensamos que la incertidumbre necesariamente implica riesgo. Tanto así que a veces hasta pensamos que son lo mismo. Esto no es del todo cierto. Veámoslo mas de cerca con la definición y un ejemplo que parafraseo del blog de Seth Godin:

La incertidumbre implica un rango de posibles resultados. El hecho de tener un rango de resultados, todos inciertos no quiere decir que te estés exponiendo a riesgo. Tan solo quiere decir que puedes obtener un resultado con el que no estés totalmente contento.

Para ejemplificar, si llamas a 100 personas para convencerlas de una idea con la que quieres que se enrolen, es incierto cuales 40 personas vas a impactar con tu mensaje, pero el riesgo de que nadie te escuche es muy bajo.

Así que la pregunta que nos debemos hacer todos es ¿estoy dudando de mover lo que quiero hacer adelante por qué hay un riesgo real de que todo fracase o por qué simplemente no estoy seguro de que el futuro vaya a ser igual a la visión que tengo?