Saber callar

Las personas que me conocen saben que me gusta mucho hablar. Usualmente tengo una opinión que compartir acerca de todo y cuando se da la oportunidad de hacerlo, la tomo.

Poco a poco he ido aprendiendo a ser un poco más consciente de qué y cómo digo las cosas. Los años me han enseñado a saber cuándo callar. Hoy se puso a prueba mi capacidad de guardar silencio.

No quiero entrar en los detalles de lo que sucedió pero es importante para mí compartir mi experiencia. Hoy en la tarde estaba parado haciendo cola para comprar un café. Una señora con sus 5 hijos estaba haciendo cola enfrente de mí. Uno de ellos, el más pequeño, se acercó a platicar conmigo. Me contó que era el cumpleaños de uno de sus hermanos. Luego, uno de sus hermanos también se acercó e intercambiamos un par de palabras. Unos segundos después la madre se acercó a nosotros con una gran sonrisa y me dirigió un par de palabras que me impactaron bastante.

Pude sentir un enojo muy intenso crecer dentro de mí. En el momento sentí un sentido de superioridad, casi como que si yo tuviera algún tipo de autoridad divina sobre ella. Mi corazón empezó a latir más rápido y pude sentir la adrenalina correr por mis venas. Las palabras que quería decir estaban listas para herirla en la punta de mi lengua. Afortunadamente el veneno que quería esconder tras la excusa de querer “ayudarle” con un buen consejo nunca llegó a salir de mi ser.

Tal vez lo que quería decir podía haber ayudado. Pero no con el enojo e indignación con que lo iba a decir. Más allá de lo que se dice, cómo se dice determina como se recibe el mensaje. Haber hablado en ese estado no hubiera servido de nada más que darme una descarga emocional a mí.

Durante el resto de la tarde y ya bien entrada la noche me estuve cuestionando por qué no hablé. “Podía ayudarla y tan solo un par de palabras hubieran hecho toda la diferencia en su vida.”, me estuve escuchando decir durante horas. ¡Qué mentira! Por más pena que me dé reconocerlo, en ese momento no quería ayudar a nadie. Tan solo quería sentirme superior y descargar mi enojo con alguien que ni siquiera conozco.

Pero ahora que ya es hora de dormir agradezco que en el momento supe callar y que las palabras que buscaban salir a destruir se quedaron dentro de mí. Saber callar a veces nos ayuda a dormir mejor.

No seas burro, hay tiempo

Y cuenta una antigua fábula la historia de un burro que pasa varios días perdido. Muy asustado finalmente llega muriendo de hambre y sed a una granja ubicada en en una preciosa pradera, al lado de una colina.

Por alguna extraña razón o, una gran casualidad del universo, no había nadie en la granja. Estaba atardeciendo y probablemente la familia que vivía en la granja aún estaba terminando de trabajar el campo. Había un profundo silencio y una tranquilidad que calmo a nuestro amigo el burro. Justo al lado del granero, gracias a los últimos rayos del sol, el burro logró ver una montaña de heno justo al lado de una pileta de agua. “No moriré”, se dijo el burro lleno de felicidad. “Hay agua y comida para poderme reponer”.

Con mucha cautela, el burro camino por toda la orilla del granero hasta llegar a donde estaba la comida y la bebida. Se posicionó justo en medio del heno y de la pileta de agua fresca. Su emoción era incontenible. Había ansiedad en cada parte de su cuerpo y no podía dejar de temblar. Miraba el heno a su izquierda y el agua a su derecha. “No los puedo alcanzar, están muy lejos”, se decía el burro repetidamente mientras su mirada no podía dejar de brincar entre el heno y el agua.

El sol terminó de caer y el burro seguía sin poder alcanzar ni el agua ni la comida. Su cabeza seguía girando de un lado al otro. Pasó así toda la noche y justo antes de amanecer, después de varios días de estar perdido y una larga noche de indecisión, el burro murió entre el heno y la pileta de agua.

Si nuestro amigo el burro hubiera entendido que tenía tiempo hubiera podido comer primero y tomar agua después.

El riesgo y las limitantes de vivir engañados

El mundo en que vivimos es complejo. Extremadamente complejo. La realidad que nos rodea es tan vasta que al compararla contra nuestra limitada capacidad sensorial y mental como seres humanos no tenemos chance de poder descifrar con certeza lo que ocurre a nuestro alrededor.

Poder reconocer esto como cierto y aceptarlo “de todo corazón” requiere mucha humildad. Y no solo requiere de humildad, requiere de mucho valor pues el aceptar que no podemos descifrar la mayoría de cosas que ocurren a nuestro alrededor necesariamente implica que no tenemos tanto control sobre lo que creemos que va a pasar como quisiéramos.

En fin, digo todo como esto preámbulo para poderles argumentar lo importante que es realmente entender, a lo mejor de nuestras capacidades, la verdadera relación causa efecto detrás de lo que pasa a nuestro alrededor.

El no detenernos a entender realmente la causa de algo y comprender los principios básicos de como funciona limita necesariamente nuestra capacidad de poder resolver un problema o lograr nuestro objetivo deseado. ¿Por qué? Veamos un ejemplo.

Imaginemos que se nos pide que resolvamos el grave problema que existe de que muchas personas están muriendo ahogadas y se nos da una montaña de datos para que entendamos el problema. Después de mucho análisis de datos y estudio llegamos a encontrar, como ocurrió realmente en Estados Unidos, que el dato con mayor correlación a la cantidad de incidentes de ahogo en el agua que existe es la venta de helado.

Veamos la siguiente gráfica tomada de un caso de la vida real.

Relación entre ventas de helado e incidentes de personas ahogadas

La correlación es extremadamente fuerte. La gráfica índica certeramente que mientras más helado se vende, más personas mueren ahogadas. Y es acá en donde empieza el verdadero trabajo de sobrellevar nuestras limitantes, nuestras nociones preconcebidas y realmente tratar de entender de fondo el problema.

Ya tenemos la data. Ahora la pregunta que nos toca responder es ¿Por qué demonios vender más helado está causando más muertes de personas ahogadas? Estimado lector, si ya leíste hasta acá, te invito a parar, pensar y buscar una respuesta a esta pregunta antes de seguir leyendo y ver la respuesta.

Claro, hay una correlación directa entre la cantidad de helado que se vende y la cantidad de personas que mueren ahogadas. Es un hecho innegable dada la data. Pero estamos engañados ya que la correlación no siempre implica causalidad. Si seguimos pensando y tratando de entender los principios básicos encontraremos nuestra respuesta.

La respuesta es el verano y el calor. Qué es lo que realmente sucede que tanto nos cuesta ver: cuando es verano y hace mucho calor, las personas comemos más helado que cuando hace frío. Al mismo tiempo las personas también tendemos a visitar com más frecuencia el mar, piscinas, etc. para refrescarnos y es ahí donde morimos ahogados. Es más, si vemos detenidamente la gráfica de arriba podemos ver que el incremento de ambos fenómenos se da justamente en los meses de verano en Estados Unidos.

Una vez que lo podemos ver se vuelve tan obvio que casi da risa. Ahora la pregunta con qué los quiero dejar es cuántos “veranos” no están viendo en su vida y están gastando cientos de horas y esfuerzo en tratar de resolver algo que aún no han logrado comprender realmente?

Y ese es el riego y la limitante de vivir engañados creyendo que algo funciona de una manera que realmente no es la verdadera: Que no podemos accionar sobre la situación por qué no entendemos que botones empujar para influenciarla en la dirección que queremos.

Obviamente así no llegaremos muy lejos así que los invito a todos a ser más humildes y aceptar que no podemos controlar todo para así poder entender un poco mejor la compleja realidad en la que vivimos.

Como romper un circulo vicioso en momentos difíciles

Durante las últimas semanas, no, seamos honestos…. durante los últimos meses he sentido que todo lo que debo hacer es extremadamente difícil. Mi primer reacción a todo no ha sido buena y realmente he disfrutado muy pocos momentos en una vida que realmente sé que me gusta.

Mi experiencia durante esta “mala racha” ha sido que cada tarea, por simple que sea, pareciera ser titánica, compleja y extremadamente hábil para generar ansiedad. Esta sensación ha sido tan constante que en los último días, ya cansado de la misma cosa, he empezado a pensar y cuestionar seriamente qué ha estado pasando. Esto es lo que encontré.

Mi primer cuestionamiento fue acerca de las probabilidades de que TODO lo que estoy haciendo sea tan difícil, complejo y lleno de ansiedad. Luego de un poco de tiempo de reflexión la respuesta obvia y honesta es que no. No todo lo que estoy haciendo y está ocurriendo a mi alrededor es taaaan “complicado” como me lo estoy pintando. Simplemente no lo puede ser. Por difícil que sea un momento, lo único que puede hacer que todo se vea negativo es nuestra propia percepción sesgada de la situación.

Mi segundo cuestionamiento está relacionado con mi falta de productividad. Mucha de la sensación de ansiedad viene de una realización que al final del día sé que pude haber hecho más. Mucho más. De que no logré dar lo mejor que pude. ¿Por qué será? Creo que mi estado de ánimo y percepción negativa de la “situación” tienen mucho que ver. Es difícil darlo todo y ser productivos cuando no estamos motivados.

Y todo esto me llevó a pensar en que existe un circulo vicioso muy atractivo que va algo así:

  • Inicialmente surge una situación objetivamente “difícil”.
  • El estado de ánimo con él que decidimos enfrentar la situación es negativo.
  • Nuestros niveles de productividad bajan ya que no estamos en un buen estado.
  • La falta de enfoque y productividad generan más situaciones adversas y alimentan un bajo estado de ánimo. Causamos que la cosa se ponga peor.
  • Repita hasta tocar fondo.

Mi conclusión por hoy: es de vital importancia que trabaje más en mi estado de ánimo y mantenerme activo y productivo. Como por ejemplo, escribir acá en el blog después de meses de no hacerlo.

Creo que con comprometerme a mantener un mejor estado de ánimo y darlo todo cada día cambiaré mi experiencia diaria y lograré mover mis metas de una manera mucho más sana hacia adelante.

pd. Y que no se olvide el arte de ser agradecidos con lo que tenemos y todo lo bueno que pasa cada día a nuestro alrededor.

Lecciones de vida escondidas en Tikal Petén

Hay veces que nos damos el tiempo de detenernos y es entonces que podemos ver el mundo desde un punto de vista diferente. Pausamos la carrera y realmente apreciamos todo aquello que nos rodea. Tal vez, tan solo tal vez,  es entonces cuando podemos ver la realidad un poco mas cerca a como realmente es. Es en estos preciados momentos que conectamos con algo tan personal que tan solo se podría describir como conectar con nosotros mismos. 

Esto fue lo que recientemente experimenté al pasar 2 días en Petén, majestuoso departamento ubicado al norte de Guatemala, cuna de la gran civilización Maya y la imponente ciudad de Tikal. Fueron 48 horas llenas de una profunda sensación de pertenencia a algo mas grande que yo mismo, introspección, cuestionamiento y sobre todo una alegría muy intensa que vino de estar rodeado de tan solo mi familia y la simpleza que la naturaleza trae sobre la a veces innecesaria complejidad que tantas veces forzamos sobre nuestras vidas. 

Estos son los aprendizajes de vida que Tikal me regaló en tan solo 48 horas.

Respeto a la Naturaleza.

Prácticamente todas las interacciones que tuve con cada una de las personas en Petén dejaron una marca en mi y me llevaron a cuestionar las cosas a las que les doy mayor importancia en mi vida. Primer ejemplo, la simpleza y humildad del guardia de seguridad del hotel que nos acompañó en nuestra caminata al biotopo me mostró, a travez de su apreciación por la naturaleza, que no se necesita de mucho para estar bien con nosotros mismos.

Caminata por el Biotopo

Esta humilde persona, cuyo trabajo como guardia de seguridad es acompañar a los turistas en sus caminatas y enseñarles las maravillas de la naturaleza que encontrarán en su camino, me ayudó a sentirme de nuevo parte del mundo. Me recordó, a través de su profunda conexión a cada planta y animal que vimos, que somos parte de algo mas grande a lo que TODOS pertenecemos y que ello proveerá todo lo que necesitamos, eso si,  siempre y cuando lo sepamos buscar.

Fue una historia tras otra, como aquel relato de la persona que vivió 125 años al solo comer nuez de Ramón; o la anécdota en la cual nos compartió la vez en que su tío sobrevivió la mordedura de una serpiente Barba Amarilla con un coctel, de si mal no recuerdo, Achiote. La cristalina convicción con que cada palabra fue pronunciada en esa caminata entre la jungla petenera me ayudó a entender que realmente podemos estar bien con nosotros mismos y que también tenemos la opción de ser extremadamente felices con mucho menos de lo que ahora creemos ser necesario.

La naturaleza de por si ya nos da todo lo que necesitamos. Tan solo tenemos que estar presentes y darnos cuenta de todo lo que ya existe a nuestro alrededor. Creo que para eso debemos empezar por aprender, por medio de contacto directo, sobre todas las maravillas que la naturaleza nos regala y entonces luego podremos llegar a respetarla para luego finalmente poder dejar ir todos nuestros apegos a tanta complejidad material que constantemente estamos buscando.

Sentido de Pertenencia, Maestría y Agradecimiento

Oscar, nuestro guía en Tikal a la izquierda

Oscar, el guía de turismo que nos compartió tanta sabiduría en las 5 horas que estuvimos con el en el parque nacional Tikal, es probablemente una de las personas mas apasionadas que he conocido en mi vida. Apasionado por su trabajo, apasionado por sus orígenes y apasionado el lugar donde vive, Oscar aparenta llevar por dentro lo que muchos describiríamos como “la vida de mis sueños”. Déjenme contarles.

Oscar tiene 53 años de edad y ha trabajado en el parque Tikal desde los 16 años, edad en la que llegó a Petén desde Jalapa, lugar en donde nació. Oscar empezó trabajando como guardia del parque hace 37 años dando rondas de 24 horas asegurando el perímetro de 12 kilómetros de jungla alrededor del parque.

La parte de esta historia que me llamó la atención fue la cantidad de veces que Oscar mencionó estar profundamente agradecido por la oportunidad que tuvo de arriesgar su vida para cuidar este patrimonio de la humanidad por qué de no haber sido así, nunca hubiera podido dar el salto a convertirse en guía turístico y haber podido aprender la manera de pensar de los Mayas, toda su sabiduría y por ende estar tan felizmente como ahora lo está.

Y creanme, por lo menos desde mi punto de vista, Oscar es feliz, muy feliz! Después de haber conocido una buena parte de Tikal con el creo que su felicidad viene de los siguientes aspectos que vi bastante marcados en el:

  • Un profundo sentido de pertenencia a la cultura Maya (para los Guatemaltecos, nuestros antecesores). Cada explicación de cada piedra o detalle arquitectónico que se nos presentó fue acompañado de un chispa en los ojos que gritaba “miren lo que nuestros –abuelos– construyeron, ¿no les parece formidable?
  • Una maestría en lo que se estaba haciendo que pocas veces he visto. Es natural que después de hacer la misma cosa después de 37 años uno la pueda dominar. Lo que al menos para mi no es natural es que una persona siga buscando aprender y disfrute tanto de hacer la misma actividad una y otra vez después de tanto tiempo. El hecho que Oscar nos agradeciera por tomar el Tour con el para que con esto el pudiera volver una vez mas, un 23 de Diciembre, a ver el parque me pareció tan admirable que por eso decidí escribir este artículo.
  • Una alegría por compartir lo que sabe para que los demás se unan a su visión de como debiese ser el mundo. Es cierto, todos siempre estamos vendiendo algo. Y eso está bien. Oscar a mi me pareció estar vendiendo la sabiduría de generaciones pasadas a personas del presente que de alguna manera u otra pudiéramos haber perdido nuestro camino. Me pareció que el está luchando por mantener viva una filosofía de vida y siglos de aprendizaje con el fin de que esta magia no se olvide en medio de la jungla petenera y que todos podamos llevarla en nuestros corazones.
  • Todo tiene su lado positivo y su lado negativo. En el camino de regreso veníamos platicando sobre lo apacible y maravilloso que me había parecido Petén, y en particular Tikal. Le comentaba a Oscar como me molesta el tráfico y lo agitada que por momentos parece ser mi vida. El , con su característica sonrisa, me contestó que todo tiene su lado bueno y su lado malo y que la verdadera felicidad viene de saber equilibrar las cosas. “Acá no tenemos los hospitales que ustedes tienen en la capital”, me dijo. “Si, nosotros no tenemos el tráfico, pero tampoco tenemos muchas de las cosas que ustedes tienen allá. De igual manera ustedes no se pueden despertar y caminar a ver los templos y las pirámides.”  Me quedó claro que somos nosotros los que debemos encontrar el balance y el equilibrio ya que no todo puede estar en el mismo lugar y al mismo tiempo. Somos nosotros los que escogemos.

Y es con esto es con lo que me quedó. Con la ilusión de buscar este nuevo balance en mi vida. Después de haber conocido tanto que no sabía que existía quiero explorar nuevas maneras de vivir mi vida. Quiero mas. Quiero seguir buscando que otras posibilidades que aún no he visto para poder tener una vida mas plena. Quiero conocerme mejor para encontrar ese sentido de pertenencia, maestría, balance y agradecimiento que conocí en Tikal.

Video de Oscar explicando el éco en las pirámides Mayas

De las malas prácticas y por qué los periódicos son tan grandes

No se si alguna vez te has preguntado por qué los periódicos son de papel grande. Yo pr muchos años pensé que tenía que ver con que producir en papel mas grande de una u otra manera reducía los costos. La realidad es que mi premisa no es correcta. De hecho, imprimir el periódico en papel mas grande resulta mas caro!

Pero entonces, ¿por que se hace así? Porque en 1,712, hace mas de 300 años, el gobierno inglés puso un impuesto a los periódicos que se cobraba de acuerdo a la cantidad de páginas que tenía el periódico. Por ende, mas grandes las páginas, menos páginas, menos impuesto. Lo realmente interesante es que cerca de 1,800 este impuesto fue eliminado. No obstante, al día de hoy, seguimos con el mismo tamaño de periódico!

A lo que voy con esto es que tenemos que tener mucho cuidado con lo que se considera una “mejor práctica”. Puede que está en realidad sea una mal práctica. Creo que puede ser una muy buena idea cuestionar cualquier proceso, sistema, métrica, etc. para siempre encontrar cual es el propósito que está sirviendo. Si el propósito no está alineado con un mejor resultado, la mejor “práctica” debe ser reemplazada al igual que el tamaño en que se imprimen los periódicos debiera ser reemplazado por uno mas pequeño.