El arte de debatir

Me parece increíble lo rápido que muchas conversaciones se convierten en competencias para ver quién puede gritar más recio y perder el control más rápido. Cuando dos personas tienen puntos de vista diferentes, especialmente alrededor de temas que les son importantes, la apertura a la postura de la otra persona es prácticamente nula.

Escuchar, debatir educadamente y tratar de buscar una postura más sensata a la que ya se tiene. Ese es el objetivo al que se aspira al momento de tener un debate con otra persona. Nunca se debe perseguir tener la razón o buscar validar lo que ya se asume que es cierto. Nada de esto. La meta siempre es buscar aprender uno del otro. Descubrir algo nuevo. Cambiar la manera en que se piensa.

Debatir es un arte —y requiere de mucha práctica. También necesita de mucha humildad. Las personas arrogantes, inseguras y llenas de ego no pueden debatir. Su inclinación es pelear. No tienen otra opción. Siempre se están tratando de defender.

El arte de debatir:

  • Aprender es más importante que tener la razón
  • Reconocer que todos saben algo que nosotros no es seña de fortaleza
  • Sentirse herido cuando se descubre que algo que se creía cierto es, en realidad falso, solo es querer seguir viviendo engañado
  • No importa cuan recio se grite, la realidad sigue siendo la realidad
  • Escapar de un debate sobre algo importante solo es restarle importancia. Es decir, “mi comodidad emocional es más importante que lo que se está debatiendo”.

Distintos puntos de vista

Cada uno de nosotros ve el mundo a través de un lente personal e irrepetible. La única manera que tenemos para evaluar lo que sucede a nuestro alrededor es viéndolo con nuestros propios ojos. Por eso es que nos cuesta tanto ver las cosas desde el punto de vista de alguien más. Nos es natural hacerlo.

Nuestras preferencias, valores y miedos determinan si consideramos que algo es bueno o malo. Si yo prefiero al Real sobre el PSG, hoy fue un buen día. Si prefiero al PSG, hoy fue un día malo. Mismo evento, distintos puntos de vista. Nadie tiene la razón objetivamente.

Lo mismo ocurre con las negociaciones. Cada uno de los lados tiene intereses distintos. Estos intereses jamas serán iguales. De lo contrario no tendría que haber una negociación. Por definición, en una negociación hay dos o más puntos de vista distintos. La única manera de llegar a un acuerdo es reconocer que se debe ceder un poco de cada lado. Se debe poner lo correcto por encima de “querer tener la razón”.

Finalmente, no podemos olvidar que para las demás personas la validez de sus puntos de vista es tan fuerte como para nosotros nuestro punto de vista es la última Coca-Cola del desierto.

Afortunadamente no todos pensamos igual y valoramos distintas cosas. Si esto no fuera así todavía todos estaríamos pegándonos unos a otros en las cavernas. Es importante no perder esto de vista y aprender a valorar (qué no es lo mismo que estar de acuerdo) los puntos de vista de los demás.

Esto nos hace más fuertes a todos.

¿Es muy caro o ganas muy poco?

Siempre hay 2 maneras de ver cualquier situación. Nuestra capacidad de tener éxito depende grandemente de cómo decidimos ver el mundo. Es como tener una pesada caja que tiene 2 manijas diferentes y que quieres cargar. Si la agarras de una manija, la podrás cargar, si la agarras de la otra no la podrás cargar. Tu capacidad de cargarla depende de que manija escojas utilizar.

Al momento de querer comprar algo que en el momento aún no puedes costear también hay dos maneras de ver la situación. ¿Lo que quieres es muy caro o aún estás ganando muy poco? Dependiendo de cómo respondas la pregunta (que manija decidas utilizar) podrás cargar la caja o no.

Si lo ves cómo que es muy caro te resignaras y no hay mucho más que puedas hacer. Si lo ves cómo que aún estás ganando muy poco puedes hacer un plan para crecer tus ingresos y poder costear lo que quieres en un futuro.

Recuerda que una vez un reportero le preguntó a Bill Gates que si no consideraba que haber gastado más de 2 millones de dólares en una tercer casa de campo era un exceso y Bill Gates le respondió que si acaso el pensaba que gastarse los ingresos de un mes en la casa era un exceso.

Tonos de Gris

El emprendimiento es una montaña rusa de emociones que puede hacer que hasta el más valiente se quiera bajar llorando. En los negocios nada es definitivo, todo tiene distintos matices. Suena bastante parecido al juego de la vida, ¿no?

En más de 25 años de estar emprendiendo —todos ellos en el área de tecnología— he aprendido mucho. Que funciona, que no funciona, como comportarse en que situaciones, que hacer, que NO hacer, etc. ¿Saben qué es lo más importante que he aprendido en todo este tiempo?

Lo más importante que he aprendido es que tanto la vida como los negocios se deben experimentar en tonos de gris. Nunca en blanco y negro, como tanto nos gusta hacerlo a la gran mayoría de personas.

Blanco y negro se refiere a que lo que está en discusión tiene que ser extremadamente bueno o terriblemente malo. Algunos ejemplos son: “Esto nos va a llevara la bancarrota o esto nos va a llevar al siguiente nivel exponencial de facturación”, “Todos en mi familia están dispuestos a dar su vida por mi por tanto que me quieren o todos en esta casa darían lo que sea por qué yo me fuera de aquí”, “Este cliente nos va a comprar 100% de sus pedidos solo a nosotros o este cliente nunca más volverá a hacer negocios con nosotros.” Este tipo de cosas.

Como se hace evidente al leer estos ejemplos un tanto dramáticos, casi nada en el mundo real es así de extremo. La mayoría de situaciones usualmente caen dentro de los límites extremos que creamos en nuestra imaginación.

Por ejemplo, un evento externo a la empresa puede ser que reduzca o aumente la facturación. La probabilidad de que un evento inmediatamente vaya a destruir una empresa —fuera de situaciones excepcionales como esta del Covid–19— es relativamente baja. Lo mismo sucede con el enunciado de llegar al siguiente nivel de facturación exponencial de un día al otro. Es muy poco probable que esto suceda debido a un solo evento.

Aunque mucho de esto se comprende a nivel intelectual, ustedes eran los primeros en decirme que no me equivoco al decirles que no se siente así. Muchos de estos eventos se sienten como de vida o muerte o, para volver a la analogía, los experimentamos en blanco y negro.

Y es acá en donde entran los tonos de gris. Todo lo que ocurre, tanto en la vida como en los negocios, inclina un poco la balanza. Rara vez algo es 100% determinante. Es por esto que el enfoque siempre debe estar en poco a poco mover la aguja hacia dónde se quiere llegar.

Cuando algo en contra ocurre nunca es el fin del mundo. Cuando el viento sopla a tu favor tampoco quiere decir que ya has llegado. Tan solo quiere decir que la tonalidad de la situación ha cambiado. Ajusta tus planes de acuerdo. Aprende a ver los distintos tonos de gris.

Como quieres que sea el mundo hoy?

En estos últimos días me he preguntado por qué yo cambio mas rápido que lo que cambia el mundo a mi alrededor? Osea, hoy me siento optimista y con ganas de hacer de todo, mañana me siento vencido y pienso que el mundo es una basura y está en contra de mi. No hace sentido.

El mundo a mi alrededor no cambia tan rápido. Seguro, las cosas cambian y pasan muchas cosas. Pero si paro a pensar, mis reacciones son desproporcionadas a las cosas que pasan a mi alrededor.

Mientras mas y mas lo pienso me doy cuenta de que soy yo quien determina como es mi mundo. Al menos el mundo para mi. Mi propio mundo, mi experiencia de vida. Mientras que el mundo sigue su propio camino, lento, determinado e indiferente, yo siempre puedo reaccionar como quiero.

Así que hoy que es un nuevo día hazte la pregunta, si el mundo va a marchar sin piedad siguiendo su camino sin importarle nada mas, ¿como quieres tu ver tu mundo? Al final del día, tu haces tu mundo como lo quieres, entonces: ¿Como quieres que sea el mundo hoy? Hazlo realidad.