La persona correcta, el rompecabezas del emprendedor

Cada emprendimiento que pretende ser exitoso necesita armar un rompecabezas único. Las piezas que se necesitan para completarlo son irrepetibles, como las huellas digitales en las puntas de nuestros dedos. Hasta que todas las piezas no están en su lugar, la empresa no puede despegar.

Cada uno de estos rompecabezas empresariales tiene su propia identidad. No hay dos iguales en todo el mundo y las piezas que cada uno necesita para poderse armar cambian con cada instante que pasa.

En esta analogía las piezas del rompecabezas representan a las personas que forman parte del equipo empresarial. Con una pieza que haga falta, el rompecabezas no se puede terminar de armar. No funciona. Es un tipo de propiedad emergente.

El modelo de negocio puede ser genial. Se puede haber identificado un mercado rentable que está listo para ser cosechado. La propuesta de valor puede ser ganadora. Se puede haber construido un producto innovador. La estrategia de mercadeo puede estar lista para ser ejecutada. Los astros pueden estar alineados pero mientras siga haciendo falta al menos una pieza, él rompecabezas jamás se podrá terminar de armar.

Cuando estamos armando un rompecabezas podemos tratar con todas nuestras fuerzas de forzar una pieza de otro lugar para así terminarlo de armar. También podemos tener todas las piezas en su lugar ideal pero si nos hace falta la última pieza nunca podremos terminar. El proceso se debe llevar a su compleción natural.

La pista de despegue es finita. Eventualmente se termina y para ese momento aún hace falta una pieza clave, el avión se va a estrellar.

Un guatemalteco que me inspiró: sabias palabras

Recién estaba regresando de correr y una persona, de esas que muchas veces pasan desapercibidas, como fantasmas, captó mi atención. Esta vez no seguí de largo. Me detuve unos momentos a platicar con él. Los siguientes minutos cambiaron mi vida.

Su nombre es Florencio y tiene un trabajo fisicamente demandante. Su horario es extenso y muchas veces trabaja hasta el fin de semana. De lo poco que pudimos platicar percibí que Florencio es una persona muy feliz y pude ver en sus ojos cansados una dignidad que muy pocos seres humanos llegan a tener.

Lo que este hombre, de unos cincuenta y cinco años de edad, actualmente hace para sostener a su familia es cargar garrafones de agua (cada uno pesa 44 libras – 20KG) para entregarlos a domicilio. Esta pesada tarea la hace a diario, con la fuerza y elegancia de un Hércules moderno.

No tuve más de 4 ó 5 minutos para hablar con él. Me presenté y su respuesta inmediata fue cordial y muy servicial. Estaba muy interesado en saber cómo me podía ayudar. Le conté sobre este blog y que quisiera, si no retrasaba mucho su trabajo, saber un poco más de él para poder escribir este post.

Sin dudarlo me dijo que sí y empezamos a conversar. Con muy pocas palabras me transmitió el orgullo que siente en “poder traerle agua a las personas de la colonia” todos los días. “Es cansado pero mi trabajo me ayuda a hacer ejercicio y a mantener mi cuerpo sano y fuerte”, me dijo.

“Gracias al trabajo que tengo no nos hace falta nada en mi casa”, prosiguió. “Estoy muy agradecido de poder hacer algo importante y honesto que me ayude a cubrir mis gastos.”

En este momento, Florencio estaba interesado en saber qué hago yo. Le conté que tengo y dirijo una empresa de tecnología y que también me gusta mucho escribir. Me preguntó si “eso de escribir” era una trabajo para mí. Le respondí que no y le dije que solo lo hacia como pasa tiempo.

Con un tono muy casual, casi indiferente, me vio a los ojos y me dijo, “¿sabe? No hay nada más bonito que cuando uno trabaja en lo que más le gusta hacer.” Sabias palabras.

Platicamos unos minutos más y luego nos despedimos, espero no para siempre. Él siguió su camino entregando agua, y yo, seguí en el mío, cuestionando si estoy haciendo lo que más felicidad me puede dar.

Gracias por tus sabias palabras Florencio.

La importancia de la herramienta correcta

Ayer les conté sobre mi frustración instalando una chapa inteligente. Hoy les cuento que ya la logré instalar. Aparte de que el proyecto me ayudo a crecer mi habilidad para manejar la frustración, también aprendí sobre la importancia de tener la herramienta correcta a la mano.

Resulta ser que uno de los tornillos de la chapa que quería reemplazar estaba sobado y parecía prácticamente imposible de quitar. Esto hasta que hice un par de búsquedas rápidas en YouTube y descubrí los extractores de tornillos y como usarlos. Claro, un extractor de tornillo requiere de otro par de herramientas para funcionar bien, un taladro y una broca de metal. Estas tres herramientas en conjunto parecían ser el secreto para poder terminar el trabajo.

Así que me fui a la ferretería más cercana y compré las tres herramientas. Ayer pasé más de tres horas tratando de quitar ese desgraciado tornillo con un desarmador. Hoy, en menos de 10 minutos ya lo había quitado. ¿Cómo? Utilizando las herramientas correctas para el trabajo.

Una buena computadora, el software adecuado, la silla ergonómica, el Internet que cubre tus necesidades, el tractor ideal, el carro que se ajusta a lo que debes hacer, un extractor de tornillos, un taladro y un broca de metal; todas herramientas correctas que hacen toda la diferencia.

Cualquier persona que dice tomar en serio su efectividad y productividad debe empezar por hacer un inventario de las herramientas a su disposición. Si cualquiera de ellas no es la herramienta ideal para el trabajo lo primero que debe hacer es cambiarla.

Amigos, familia y una buena película

Ya es bastante tarde y la verdad no tengo muchas ganas de escribir. Pero debo recordar que hacer lo que uno se propone hacer, incluso cuando uno no tiene ganas de hacerlo, es lo que diferencia a las personas promedio de las excepcionales.

Así que acá estoy una vez mas con mi computadora sobre las piernas, una luz tenue alumbrando mi habitación, el reloj indicando que ya es un nuevo día y mi compromiso de escribir todos los días luchando por no morir. Sé que algún día puede ser que falle pero también sé que ese día no será hoy.

Como todo lo que sucede en la vida hoy no estoy en esta situación por casualidad. Estoy acá por decisiones propias que libremente tomé durante el día. Reconocer esta responsabilidad aliviana la tarea y hace más fácil el poder seguir hacia adelante.

Hoy desde medio día me reuní con un grupo de buenos amigos que aprecio mucho pero que ya no viven en Guatemala. Están de vacaciones por acá así que me tome el tiempo de ir a almorzar con ellos. Extendimos el almuerzo en cena y cuando todos nos despedimos me dirigí hacia la casa de mis suegros en donde estaban Elena y Christian. Resulta ser que justo antes de salir ellos me escribieron para contarme que iban a ver “Black Widow” allá con toda la familia e invitarme para que fuera a verla con ellos. ¿Cómo decir que no a tremendo ofertón? Así que sin dudarlo salí para allá a ver la película.

Y esa es la historia de porque estoy acá medio dormido escribiendo después de media noche —tuve un fabuloso día de amigos, familia y una buena película antes de escribir.

A veces hay que ver para creer

Hay muchas cosa fantásticas en los libros que leemos y en los consejos que recibimos. Estas palabras nos hacen sentido. Las entendemos y las aceptamos como verdaderas. Sin embargo, a menudo toda esta teoría se reduce a un volcán de ceniza cuando la tratamos aplicar.

Tan solo pensemos por un momento. ¿Cómo serían nuestras vidas si pusiéramos en práctica un 50% de lo que hemos “aprendido” en teoría? No sé cual sea su respuesta pero yo creo que yo tendría la vida de mis sueños.

Es extraño, aún cuando entendemos a nivel racional que algo nos puede dar todo lo que siempre hemos querido, en la práctica no lo podemos hacer. Es como que si en algún lugar recóndito de nuestro ser dudáramos. A pesar de entender la teoría dudamos. Muchas veces tenemos que ver para creer.

Estaba pensando en esto porque llevo años estudiando esta idea de que nosotros podemos escoger nuestras respuestas emocionales. Que la felicidad es una decisión y que nuestro estado emocional está 100% dentro de nuestro control. He dedicado muchas horas a contemplar esta idea y a hacer un sin fin de prácticas para tratar ponerlo en práctica. Hace un momento algo maravilloso pasó, repentinamente la teoría se convirtió en algo real.

Mi experiencia fue como ver una película en cámara lenta. Hace unos minutos estaba devolviendo el carro que había alquilado. En el momento que lo entregué el personal que lo recibió encontró unos daños a la parte de abajo del “bumper”. Yo no recuerdo haber dañado el carro. Tampoco revisé el carro al recibirlo. Para hacer corta la historia, tuve que pagar un deducible de seguro por un monto de $250.00 por el daño que no sé con certeza que yo ocasioné. Esto fue suficiente para que mi mente se pusiera en modo “empecemos a sufrir a toda máquina.”

Y ahí fue donde la magia sucedió. Una serie de pensamientos entraron automáticamente en mi cabeza. Los escuché tan claramente que resonaron en lo más profundo de mi ser, “¿De verdad vas a dejar que esto arruine tu día? ¿Por qué estás condicionando tu felicidad a que todo salga como quieres? ¿Por qué no quisieras estar feliz a pesar de que esto pasó?

Y de alguna manera inmediatamente todo volvió a estar bien. El enojo y la frustración se derritieron en un mar de tranquilidad. La felicidad se apoderó de cada fibra de mi cuerpo.

Sin nada más que hacer la teoría se puso en práctica y tal y como los sabios me lo habían prometido pude ser verdaderamente feliz ante una situación objetivamente negativa.

La vida no es corta

Nadie sabe cuánto tiempo tendrá en este planeta. Pueden ser solo segundos o más de 100 años lo que estemos por acá. Si hay algo que es imposible de predecir es precisamente esto: cuánto tiempo va una persona a vivir.

Es común escuchar el consejo que nos dice que debemos aprovechar nuestro tiempo porque “la vida es corta”. Esto no es cierto. La vida no es corta. Lo que pasa es que demasiadas personas desperdician una gran parte de ella.

Hay personas que pasan solo 14 ó 15 años vivos y construyen vidas trascendentales que cambian el mundo para siempre. Hacen todo lo que sueñan y más. Me resulta difícil creer que las vidas de estas personas sean cortas. Aprovechan cada segundo que tienen a su disposición antes de expirar.

Y también hay personas que viven más de 80 años y deciden ver cómo las agujas del reloj dan vueltas y vueltas sin hacer mucho más que eso con su tiempo disponible. Creo que estas vidas tampoco son cortas. Simplemente son vidas que se han desperdiciado.

Todos estamos acá por alguna razón pero ninguno sabe cuánto tiempo tendrá disponible lograr su misión. Lo único que podemos hacer es dar lo mejor que tenemos en cada momento para que cuando suene la campana, sin importar cuántos años tengamos, nadie pueda decir que nuestra vida fue corta o insignificante.

El médico antes que el mecánico

Hace unos días escribí sobre cómo cambiar el colchón de mi cama me está ayudando a descansar mejor y cómo el cambio redujo considerablemente el fuerte dolor en mi espalda.

Hoy continue prestándole atención a mi cuerpo y fui a mi primer sesión con un fisioterapeuta. Al igual que el colchón, esta sesión está teniendo un efecto muy positivo e inmediato en mi cuerpo y salud. Parece ser que mi espalda estaba peor de lo que creía.

Y bueno, en el camino de regreso del fisioterapeuta empecé a pensar en cuanto tiempo estuve ignorando las señales (dolor) que mi cuerpo me estaba enviando. Obviamente algo estaba mal y yo persistí, durante más de 6 meses, en ignorar el problema. Luego, por alguna razón, mis pensamientos se fueron a la inmediatez con que reacciono cuando mi carro hace algún ruido o detecto cualquier anomalía. No pasa más de un día antes de que el carro esté en el taller con el mecánico.

Y así cayó la realización y el horror sobre mí. Este montón de metal y plástico, sin vida y reemplazable, recibe mucha mejor atención que mi propio cuerpo. Si el carro necesita algo es imperativo atenderlo. Si mi cuerpo o salud están comprometidos, esto se puede ignorar. En mi mente los objetos materiales le ganaban a la salud.

Definitivamente que esta realización cambiará mi comportamiento de hoy en adelante. Hoy tuve un fuerte cambio de paradigma. Quiero que mi salud sea lo más importante para mí y aunque considero que en general me cuido bastante bien, durante los momentos de lesión o enfermedad tendré mas consciencia priorizar mi salud.

De ahora en adelante iré antes al médico que al mecánico.

Una noche de Netflix, estadísticas y baseball

Recién acabamos de ver Moneyball con mi hijo Christian. Ambos compartimos una pasión muy profunda por el baseball y esta era la película ideal para hoy. A pesar de la hora a la que la empezamos a ver y el hecho de que mañana vamos a salir muy temprano, estoy muy contento que decidimos quedarnos despiertos hasta que terminó.

A parte de volver a vivir los momentos que recuerdo de esa temporada tan especial del 2,002, poder ver cómo Christian ya entiende las sutilezas tan complejas del juego me llenó de mucho orgullo y satisfacción. No está de más decir que sus capacidades analíticas y matemáticas se están desarrollando a pasos muy acelerados.

Espero con todo mi corazón poder compartir muchos momentos más así con él. En esta ocasión fue el baseball que nos unió pero nadie sabe lo que nos depara el futuro. Realmente no me importa que sea lo que estemos compartiendo dentro de algunos años mientras podamos seguir pasando momentos tan agradables como el de hoy.

Una llama que despierta desde adentro

Los días solían correr como como niños asustados y yo ni siquiera me permitía sentir, simplemente no quería ver todo lo que estaba  cerca de mi. Sistemáticamente me alejé de todo mientras que con todas mis fuerzas seguía buscando el significado de toda aquella maravilla que de alguna manera siempre he sabido que está aquí.

Por miedo, falta de introspección o quien sabe que otra infinidad de decisiones y emociones dentro de mí, en algún momento apagué la llama. Me desconecté de mi mismo y apagué la llama de mi ser, le di la espalda a mi esencia. Pero todo está bien, todo siempre estuvo bien por qué para poder despertar antes se debe dormir! Para poder encontrar algo, antes debe de estar faltante. Es como el niño que tiene toda una vida por descubrir pero al mismo tiempo ya está lleno de vida. Y es esa misma vida que se refleja sus ojos la que algún día hará que el resto de su vida sea una aventura tan especial.

Y es de esta manera que en estos últimos días hay una llama que está despertando desde muy adentro. Y soy yo mismo quien la está prendiendo por qué yo mismo soy mi luz y mi luz, aunque no siempre esté brillando, sé que está siempre dentro de mí.

Dave Morin en Guatemala, un desastre

Este pasado lunes 28 de Junio se presentó Dave Morin acá en Guatemala. Desde que vi las entradas me entusiasme mucho y con un compañero de trabajo compramos las entradas. Una valor de alrededor U.S.$ 50.00 cada una.

Debido al giro de negocios en que estamos vimos esto mas como una oportunidad y una inversión que nos ayudaría a crecer nuestros proyectos y la empresa. Este no fue el caso.

Toda la publicidad giraba en torno a la idea de “Conferencia de alto nivel, Dave Morin”. La idea era que se presentarían temas relacionados con el máximo aprovechamiento de la plataforma de Facebook tanto por desarrolladores como aquellos interesados en mercadeo en redes sociales. Lo poco que se presentó giró en torno a lo básico que un usuario personal de Facebook debe hacer para crear su perfil y buscar a sus amigos.

Cito la página del productor en donde se disculpan por el “malentendido”:

“Show Business al igual que ustedes, fue víctima de mala información. Ya que, la agencia a la que se contrato la conferencia del Sr. Morin fue clara en indicar que estos serian los temas a tratar, es por eso que nosotros lo anunciamos de esta forma.”

En fin, ni siquiera alcanzó el enlace de Internet para mostrar un video que estaba online. Aún más frustración.

Hoy por hoy tengo sentimientos encontrados ya que me acabo de enterar que se estará devolviendo el dinero. Estoy feliz por eso. Pero también estoy triste al analizar el conformismo de nosotros, me incluyo, los guatemaltecos.

Todos estábamos murmurando que mal iba todo. Los susurros de “nos estafaron” estaban a la orden del día. Hasta que en el momento de preguntas y respuestas una persona proveniente de España tomo el microfono y dijo abiertamente a los organizadores y al conferencista lo que todos nosotros nos habíamos guardado para nosotros mismos.

Debemos cambiar nuestra cultura y para lograr esto cada uno de nosotros debe cambiarse a si mismo. El conformismo está mal. Nos mata las ilusiones y nos trunca los sueños. Debemos aprender a ser más exigentes, con nosotros mismos y con los demás. Tal vez de esta manera la próxima vez piensen dos veces antes de darnos “gato por liebre”.