La velocidad de los bits

La semana pasada actualicé el firmware del Rodecaster Pro que utilizo para grabar mi podcast. También actualicé el software que corro en la computadora que transfiere las grabaciones del Rodecaster Pro hacia mi disco duro. Acabo de terminar mi primer grabación desde la actualización. Qué sorpresa mes acabo de llevar.

Cuando instalé el software la semana pasada estaba enfocado en que el formato para exportar el audio ahora es .mp3 y ya no el .WAV que se utilizaba anteriormente. Este fue mi motivador principal para actualizar. ¿Pero qué iba a saber yo? Aún había más.

El proceso de exportar un podcast de una hora —grabado en multitrack— llevaba alrededor de seis horas para completarse. Con el firmware y software nuevo, transferir el podcast que acabo de grabar (1:19 de duración) tan solo se tardó 15 minutos. Un proceso que antes dejaba corriendo de noche se completó en menos tiempo de lo que me tardé en ir a cenar.

Y esta es la maravilla del software, de los bits. Optimizar el software puede hacer que el mismo equipo tenga un rendimiento mucho mejor. Y no solo esto, también le puede agregar funcionalidades adicionales. Esto le permite a los fabricantes mejorar los productos de los clientes después su compra. Simplemente es maravilloso.

La tecnología realmente es mágica. Una descarga de 2 minutos en Internet me ahorro 5:45 de espera para transferir el audio y me evitó tener que estar comprimiendo los .WAV a .mp3 para enviárselos al Cuzuco para edición.

Amo la velocidad de los bits.

Como balancear la innovación y la optimización

Cuando una empresa llega a tener cierto grado de madurez, su enfoque se torna inevitablemente a como hacer que los procesos de producción de sus productos y servicios ya establecidos sean más eficientes y rentables. La razón principal por qué esto ocurre es que para que la empresa haya madurado necesariamente sus productos y servicios existentes ya han tenido cierto nivel de éxito. Tan solo se deben optimizar para lograr mejores resultados. Se busca replicar el éxito ya obtenido como estrategia principal.

Esto causa un problema en cuanto a innovación. La innovación no funciona así. La innovación está muy lejos de centrarse en la optimización y ejecución de procesos de producción ya establecidos. La innovación no se puede basar en éxitos del pasado. La innovación quiere encontrar como PUDIERAN ser las cosas. No busca como hacer lo que ya se hace de una mejor manera. Eso es el trabajo de la optimización.

La innovación debe ser a prueba y error. Esta debe ofrecer soluciones válidas, no soluciones replicables. Las soluciones válidas nunca pueden ser garantizadas o predecibles. Esto es justo lo que hace que muchas empresas tengan tanta dificultad para innovar. La innovación simplemente no es una actividad que de resultados replicables. Por eso es que muchas empresas utilizan más del 90% de sus recursos en optimizar.

Siendo este un tema muy complejo quiero hoy solo tocar la superficie y decir que el balance entre la innovación y la optimización debe empezar con separar los equipos de trabajo a manera de que las personas que estén a cargo de procesos de producción no sean las mismas encargadas de la innovación que son las que deberán resolver los siguientes grandes misterios que la empresa afrontará para lograr seguir seguir camino a un éxito sostenible.