3 lecciones para navegar por el rio de la vida

Sin entrar en nociones metafísicas o creencias “new age” hoy quiero reflexionar sobre las pequeñas sutilezas que nos pueden ayudar a navegar por el rio de la vida de una mejor manera.

Primero. Es importante reconocer que la vida tiene su propio curso y que se extiende mucho más allá de nuestros agrados y desagrados. La vida ha existido desde mucho antes que todos nosotros naciéramos y sin la más mínima duda seguirá existiendo después de que todos nosotros ya no estemos acá. Realmente no tiene sentido alguno tratar de oponerse al desenvolvimiento de algo que es tanto más grande que nosotros. Digamos que este fin de semana vamos a ir a la playa y queremos sol. A la vida no le importa nuestra ida al mar y puede ser que llueva. El clima no está bajo nuestro control, es mucho más grande que nosotros. Entonces, ¿Cuál es el sentido de ofuscarnos porque llueve cuando nosotros queremos sol? Ni nuestra respuesta emocional ni nada más en este mundo puede cambiar el clima.

Segundo. Todo rio susurra, hay que aprender a escuchar. Estoy convencido de que los momentos más difíciles en la vida de las personas se deben a que algo importante ha sido ignorado. Hay que aprender a escuchar. La resistencia siempre dificulta las cosas y requiere de mucha energía. Tratar de pasar por encima de algo siempre es más difícil que aprender a cómo darle la vuelta. Los obstáculos más difíciles de superar son los que no se pueden ver. Cuando sabemos que algo ya no nos hace bien pero decidimos no dejarlo por qué nos da miedo cambiar, no estamos escuchando el susurro del rio de la vida. Seguro habrá dificultad.

Tercero. La vida no es algo que nos sucede, es algo que está en nosotros. Cuando ocurren eventos buenos o malos en nuestras vidas corremos a atribuirle intencionalidad a la vida. Nos fascina creer que todo lo que ocurre a nuestro alrededor nos ocurre a nosotros. Ojalá fuéramos así de importantes. La realidad es que la dirección del curso de la vida no tiene nada que ver con nosotros y lo que consideramos “bueno” o “malo” solo tiene que ver con que sí lo que pasó esta alineado con nuestras expectativas o no. Me despidieron del trabajo. ¿Es eso bueno o malo? Para mí es algo malo y para la persona que ahora tiene mi trabajo es algo bueno. Lo eventos simplemente ocurren. Claro, nos afectan y tienen consecuencias reales en nuestras vidas. Lo que no podemos olvidar es que estos eventos no son nada personal. Lo único realmente personal en estos acontecimientos es como decidimos responder ante ellos.

Navegar por el rio de la vida no es nada fácil. Más si tomamos en cuenta que ni en el colegio o universidad hay alguien que se tome el tiempo de enseñarnos como hacerlo. Espero que con estos tres puntos pueda ayudar a más de alguien a mejorar su viaje por este maravilloso rio de la vida.

La diferencia entre observar y percibir: Superación de obstáculos

Observar es un proceso directo, crudo. Observar es ver una situación tal y como es. Cuando uno observa tan solo absorbe la información sin juzgarla.

Percibir es es un proceso refinado, elaborado. Percibir es agregar todo él bagaje emocional y las percepciones que una persona tiene a una situación determinada. Cuando uno percibe ve la situación a través del lente de sus experiencias personales y programación —la distorsiona.

Observar es completamente objetivo mientras que percibir es plenamente subjetivo. Observar está más apegado a la realidad que percibir. Una percepción fuerte se siente más segura que observar.

Al momento de querer sobrepasar un obstáculo observar es complementario a percibir. Observar permite ver el obstáculo tal y cómo es sin introducir la distorsión que la percepción siempre trae a la mesa. Percibir suma los miedos, preferencias, anhelos, experiencias e inseguridades de la persona a el obstáculo —hace que la situación se vea ya sea más simple o complicada de lo que realmente es.

Como escribe el autor Ryan Holiday en su libro The Obstacle Is the Way, “El ojo que observa es fuerte, el ojo que percibe es débil. El ojo que observa simplemente ve lo que está ahí, el ojo que percibe ve más de lo que está ahí.”

Esto no quiere decir que percibir sea malo. Al contrario, percibir no solo es bueno, es necesario. Los seres humanos son máquinas de interpretación y constantemente interpretan todo lo que sucede a sus alrededores. Con mucho esfuerzo pueden distanciarse de sus identidades y ver las cosas por lo que realmente son (observar).

El secreto está en tener presente que la percepción es subjetiva y que se puede controlar. Una percepción fuerte ayuda a sobrepasar los obstáculos mientras que una percepción débil es derrotista e inhibe la acción.