El paso del tiempo, no lo podemos detener

El paso del tiempo deteriora el cuerpo pero enriquece el alma. El paso del tiempo nos enseña pero también nos obliga a olvidar. El paso del tiempo nos quita personas y cosas que queremos para enseñarnos lo que es la sensibilidad

Es espeluznante como algo no material, como el paso del tiempo, pueda alterar todo lo que los seres humanos consideramos real. No hay persona, ni estructura, ni creación humana que pueda poner resistencia al paso del tiempo.

Los grandes reyes y faraones sucumbieron ante el paso del tiempo al igual que las más magnificentes estructuras creadas por la humanidad también se hincarán algún día ante la incesante marcha del díos Cronos.

Nada ni nadie puede detener el paso del tiempo. Los niños crecen y los amigos envejecen. Seres queridos mueren y bebés nacen. La vida es constante cambio, el paso del tiempo no se puede detener.

Todos, en algún momento de nuestra existencia, nos detenemos a contemplar el paso del tiempo y cómo este a dado forma a nuestras vidas. Si somos inteligentes, nos daremos cuenta que el paso del tiempo no se puede detener y que todo lo que tenemos es hoy. No tiene sentido tratar de negociar con el paso del tiempo. Todo lo que podemos hacer es verlo pasar y maravillarnos antes su majestuosa invencibilidad.