Se mejora haciendo

La única forma de mejorar como se hace algo es claro, haciéndolo. No existe otra forma de lograrlo. Los grandes escritores se hacen escribiendo, al igual que los grandes deportistas se hacen entrenando. Los grandes emprendedores se hacen emprendiendo y los más grandes músicos se hacen tocando sus instrumentos.

¿Qué quieres hacer con tu vida? No importa cual sea tu respuesta a esa pregunta, la única manera en que lo vas a lograr es empezando a hacerlo ahora. Sí, vas a fracasar y te vas caer cientos de veces. En un principio no lo vas a hacer bien, al igual que cuando aprendiste a caminar tampoco lo hacías bien. Pero para aprender a correr, primero hay que lograr caminar.

Cada fracaso trae dentro de sí un aprendizaje y con cada aprendizaje nos acercamos a la perfección de lo que sea que estamos haciendo. Para ser de los mejores en nuestros respectivos campos hay que invertir mucho tiempo y dedicación. Infinitas repeticiones y largas horas de práctica. “Este es el camino”, diría Mando.

Llegar a dominar cualquier habilidad es una larga tarea que no es fácil ni inmediata. Pero la recompensa es dulce. En el camino aprendemos a apreciar la sutilezas de lo que sea que estemos aprendiendo y desarrollamos un genuino amor por la habilidad que estamos desarrollando.

Para llegar a estos altos niveles los libros y videos de YouTube se quedan cortos porque la única manera de mejorar es claro, haciendo.

Construir y crecer

Todo el tiempo estamos construyendo. Podemos construir cosas buenas o cosas malas. Ya que construir siempre requiere tiempo y esfuerzo, creo que es mejor construir cosas buenas —me parece un mejor uso de nuestro tiempo en este planeta.

La capacidad que tenemos para construir está limitada por el tipo de personas que somos. Si queremos construir cosas más importantes antes debemos convertirnos en las personas que lo pueden construir. Es decir, debemos construirnos por dentro primero.

Todo lo que hacemos en el mundo es un reflejo de lo que somos. Simplemente no podemos manifestar algo allá afuera que no tenemos por dentro. Lo que podemos y lo que no podemos hacer es un espejo de lo que somos. Mientras más crecemos como personas, más podemos hacer.

Si en este momento hay algo que queremos pero no lo estamos pudiendo alcanzar hemos recibido un verdadero regalo. La realidad nos ha entregado la posibilidad de construir algo en nuestro interior que nos convertirá en las personas que si lo pueden alcanzar. La realidad nos ha regalado la oportunidad de crecer.

Lo que se siente mejor

Decisiones. Creemos que las tomamos con la cabeza y de manera racional. Nada pudiera estar más lejos de la realidad. Las decisiones, al final del día, las tomamos en base a lo que emocionalmente se siente mejor.

Todos hemos estado ahí. Sabemos, racionalmente, que una relación no es buena para nosotros. Pero seguir en la relación, por nociva que sea, se siente mejor que dejarla ir. Nos quedamos con la relación que tanto daño nos hace.

Sabemos que no cumplir con nuestros compromisos profesionales puede perjudicar nuestra carrera y eventualmente nuestra vida. Pero dormir un poco más se siente mejor —y llegamos tarde al trabajo. O no hacemos esa llamada difícil al cliente y buscamos algo más cómodo que hacer mientras exponencial cliente se va con la competencia.

Seguir con ese vicio que poco a poco nos resta minutos de vida se siente mejor que enfrentar solos la ansiedad y vacío que sentimos cuando las cosas se ponen difíciles. En el momento, comer para saciar los nervios y entrar en un circulo vicioso que causa el sobre peso sé siente mejor que despertarse a las 5:00am, ejercitarte y comer bien.

No te engañes, si eres honesta(o) te darás cuenta que siempre estas escogiendo lo que se siente mejor. Si quieres cambiar debes reprogramar qué es lo que para ti se siente mejor. Es ahí en donde debes trabajar.

Empieza ahí, lo demás será mucho más fácil.

El permiso necesario para cambiar

Cuando una persona quiere trabajar con alguien más para modificar algún comportamiento, lo primero que debe hacer es obtener permiso para hacerlo.

Obtener este permiso es muy importante por qué las personas confundimos lo que hacemos con lo que somos. Si estamos tratando de cambiar el comportamiento de alguien sin obtener su consentimiento probablemente obtendremos una reacción defensiva.

Es natural. Que alguien más nos pida que cambiemos la manera en que hacemos algo muy fácilmente puede ser interpretado como un ataque personal. Al fin y al cabo, si creo que soy lo que hago y me piden que cambie lo que estoy haciendo, de alguna manera me están pidiendo que cambie quien soy. Buena suerte!

Pedir permiso es simbólico. Lo que realmente queremos con pedir permiso es lograr que la otra persona este abierta al cambio. Que esté en el mismo plano que nosotros y sienta que estamos de su lado. El permiso es un convenio entre ambos que dice: “vamos a trabajar juntos para ayudarte a mejorar.”

Este consentimiento es extremadamente poderoso y da muy buenos resultados. Especialmente cuando la persona con que estamos trabajando somos nosotros mismos.

Ve adelante y date hoy mismo ese permiso que tanto estás buscando para cambiar.

Un proceso para afrontar los fracasos

Primero, no tomes el fracaso como algo personal. Recuerda, tu eres distinto a los resultados que obtienes.

Con esta advertencia “emocional” fuera del camino, ya podemos empezar a trabajar. Lo primero que debes hacer al encontrar un fracaso es decidir que quieres hacer con el. ¿Lo quieres esconder o lo quieres corregir? Esto determina el siguiente paso a seguir.

Si quieres esconder tus fracasos, empieza a usar tu energía para mentir y manipular. No aprenderás mucho de esa manera.  No llegarás lejos También tienes la opción de reconocer la falla y empezarla a corregir. Este camino, aunque muchas veces más difícil, siempre te dará mejores resultados.

Nunca culpes a la situación o a otra persona. Trata de entender que hiciste para que esto sucediera. Si logras entender que causó la falla, seguro también podrás encontrar como solucionarla. No trates de tan solo pasar la página y hacer un “chapuz”. Dirige toda tu energía a encontrar una solución de fondo que resuelva el problema de raíz.

Dedica tiempo a entender que pasó y como lograste solucionar el problema. Repite una y otra vez. Cada fracaso ahora será una oportunidad de aprendizaje y el miedo a probar nuevas cosas se convertirá en un deseo de cada día aprender mas a través de la experimentación.

Los 5 componentes clave para lograr un cambio radical

Muchas veces las cosas no están mal. Pero al mismo tiempo tenemos la intuición de que podrían estar mejor. Y es entonces que empezamos a buscar y a buscar cambios que hacer para poder materializar ese “potencial” que vemos. Muchas veces nos perdemos en esta búsqueda y empezamos a pensar en escenarios y situaciones sumamente complejas. La ansiedad se apodera de nosotros y con cada instante que pasa vamos tomando peores y peores decisiones. Esta no es la manera de lograr mejora continua.

En mi experiencia es mucho mejor buscar los elementos ma simples, incluso mundanos, cuando queremos lograr cambiar una situación radicalmente. Algunos de los elementos simples que he logrado identificar son:

  • La química y la calidad de la relación entre los miembros del equipo. Amistad.
  • La actitud de gerencia hacia el equipo (confianza / desconfianza)
  • La existencia de una visión clara que esté alineada con la visión general de la organización (claro! esta debe existir)
  • Una metodología de trabajo simple y eficiente que permita a todos obtener retroalimentación de que tan buen trabajo están haciendo (nosotros estamos utilizando scrum).
  • El nivel de compromiso y entrega que todo esto logra

Es cierto, estos 5 puntos son simples pero ojo, esto no quiere decir que sean triviales. Requieren de mucho trabajo, energía y entrega de toda la organización para existir. Lo bueno es que al no ser complejos, todo lo que se necesita para poderlos ejecutar es dedicarles los recursos necesarios.

El cuento de los zapatos blancos y como evadimos lo que tenemos que hacer

Esta idea viene de la autora de Atlas Shrugged, Ayn Rand. Ella publicó una serie de ensayos que fueron compilados en un libro sobre como escribir mejor. Uno de los temas en que ella entra en profundidad es el del famoso “Writers’ block” o bloqueo de escritor. Este es un término utilizado para describir esos períodos en los cuales los escritores simplemente pasan semanas, meses o años sin poder “encontrar” la creatividad para escribir algo.

Ella detalla como un escritor, cuando se sienta y tiene que escribir (lo que sabe que tiene que hacer pero al mismo tiempo es algo muy difícil de hacer) si tiene un par de zapatos blancos por ahí en la habitación y su mirada casualmente ve una pequeña mancha en ellos, seguro su mente logrará racionalizar por qué los debe limpiar en ese mismo momento.

En otras palabras, somos buenísimos para evadir lo que tenemos que hacer. Y somos aún mejores para crear historias y  excusas para no hacerlo. Es muy importante tener esto muy presente ya que la mente es tan poderosa que simplemente no nos damos cuenta de lo que estamos haciendo y cuando nos damos cuenta ya estamos, convencidos de que es lo mas importante que podemos hacer, limpiando esos zapatos blancos.

El único momento en que nunca debes decidir

Siempre he creído fervientemente que la acción es mejor que la pasividad. Que hacer es mejor que no hacer. Que tomar decisiones es mejor que seguir evaluando. Hoy por la mañana salí a correr. Un entreno que para mi fue bastante duro. Hice 7 intervalos de 800 metros a un paso de alrededor de 5:30 el km.

Durante el 5to intervalo empecé a pensar: ¿y que si paró? Ya hice mas de la mitad. He cumplido con todos los demás entrenos. Falta mucho para la carrera, etc. Hoy, ese 5to intervalo fue un momento crucial. Decidí ignorar esa vos interna que me invitaba a rendirme y simplemente decidí no seguir pensando. Terminó el intervalo y tuve 3:00 minutos de recuperación durante los cuales me sentí mucho mejor. Puse mi cansancio en perspectiva y pensé en escribir este artículo.

Luego llegó el 6to intervalo y cerca de la mitad volvió a ocurrir lo mismo. La duda, las ganas de rendirme. La tentación de sucumbir ante la comodidad. Y de nuevo evité tomar una decisión bajo el peso de la circunstancia actual. En fin, 20 minutos después terminé el entreno y me sentí muy satisfecho. Claro, ahorita me duelen bastante las piernas pero sé que mañana voy a ser mas fuerte.

En el momento en que estás mas cansado, en ese momento en que las cosas no van como quieres, cuando todo está en tu contra, cuando tu cuerpo no puede mas, cuando solo puedes pensar en descansar, nunca tomes la decisión de rendirte. Si decides en este momento estarás desaprovechando una gran oportunidad para crecer, de saber hasta donde puedes llegar. Es en estos momentos cuando puedes alcanzar a ser esa mejor versión de ti con la que siempre has soñado encontrarte un día. Nunca decidas rendirte cuando el camino está difícil, es cuando mas estás creciendo.

Les copio la imagen de mi recorrido de hoy en la que las flechas muestran en que tipos momento nunca debes decidir.

 

De regreso, no siendo el mismo

En unos minutos estaré empezando mi viaje de regreso a Guatemala. El MWC 2,014 en Barcelona me ha dejado muchas experiencias. He aprendido bastante. Claramente puedo ver como en estos últimos 4 días he ido “de menos a más”. La he pasado muy bien, bastante cansado pero muy satisfecho de todo lo que he logrado.

Desde los problemas que se presentaron el primer día con el internet, hasta las complicaciones en encontrar las citas en un lugar tan grande. Todo fue una gran experiencia de crecimiento. Gracias a un buen amigo, también en el camino me aprendí a conocer más. Crecí en mi determinación y tuve una serie de cambios de percepción muy profundos.

Estoy seguro de dos cosas:

Uno, que el viaje ya está terminando y que logramos muy buenos resultados con el trabajo hecho. Vienen grandes aventuras  para Interactúa Móvil.

Y dos, en unas horas salgo de regreso para América. Pero estoy seguro que nunca volveré a ser el mismo.