Jugar es la manera más barata de aprender

Cuando se piensa en niños, ¿Qué es una de las primeras cosas que viene a la mente? Para muchas personas la respuesta es “jugar”. Y no se equivocan.

Jugando es como los niños empiezan a entender el mundo que los rodea. Es como aprenden. Jugar, más que una fuente de diversión, es un mecanismo de supervivencia. Jugar es la herramienta con que todos empezamos a desarrollar nuestras habilidades cognitivas.

El juego es un tipo de abstracción que permite entender las leyes de causa y efecto sin tener que pagar las consecuencias que fuera del juego pudieran llegar a ser desastrosas.

Cuando jugamos a las “peleitas” aprendemos a dominar nuestros cuerpo y desarrollamos nuestras habilidades motrices peleando con alguien más sin el riesgo de golpearnos seriamente o ser fuertemente agredidos.

Más adelante aprendemos a jugar Monopoly y entendemos cómo funcionan el dinero y las inversiones sin perder o ganar dinero real. También, aquellos niños que empiezan a jugar algún deporte aprenden que la constancia y dedicación, poco a poco, va dando sus resultados. También, algunos hasta aprenden a ganar y perder.

El mundo es un lugar complejo y los errores que se cometen muchas veces son extremadamente caros. Que a todos los niños les guste jugar no es una casualidad. Tan solo quieren entender cómo es que todo esto funciona cuando aún no hay mucho que sus pequeñitos cerebros puedan procesar.

Afortunadamente, jugar les permite aprender sin tener que pagar por los errores que inevitablemente todos tenemos que cometer para poder aprender.

Jugar es la manera más barata de aprender.

El siguiente nivel

Todos quieren llegar al siguiente nivel. Al mismo tiempo, muy pocos quieren afrontar la incrementada dificultad que viene con subir de nivel. Cada vez que se sube de nivel se deja lo familiar atrás para enfrentar los desconocidos retos del siguiente nivel. Ojo, no es un video juego de lo que estoy hablando. Estoy hablando de liderar el crecimiento de una empresa.

Es cierto que hay muchas similitudes entre jugar un video juego y crecer una empresa. Cuando finalmente llegamos a dominar el nivel en el que estamos jugando inevitablemente lo terminamos y subimos al siguiente nivel. Cuando empezamos a jugar en este siguiente nivel muchas veces no tenemos ni idea de lo que está pasando y lo único con que contamos son las habilidades que desarrollamos en el nivel anterior, estas usualmente no son de mucho valor en el nuevo nivel.

En este momento nos enfrentamos con una decisión crucial: O nos aburrimos repitiendo el nivel que acabamos de terminar para siempre o afrontamos la frustración de fracasar una y otra vez para ser exitosos en el siguiente nivel. ¿Qué tipo de persona eres tú? ¿Te gusta subir de nivel o te gusta mantenerte en tu zona de confort?

El siguiente nivel es incómodo y desconocido. También es el único lugar en donde se puede seguir creciendo. El siguiente nivel da miedo pero también motiva a lograr cosas que antes no se creían posibles. El siguiente nivel puede ser el que ya no podamos pasar pero también puede ser el último nivel que nos falta para terminar el juego que tanteo anhelamos completar. Vale la pena volverlo intentar.

Aprender jugando es mejor

Hace unos días atrás escribí acerca de la gran cantidad de tiempo que he pasado jugando Civilization VI con mi hijo y mi cuñado. Las cosas no han cambiado y hoy volvimos a pasar la mayor parte del día jugando.

Sin entrar en los detalles de cómo funciona el juego quiero relatar cómo Civilization VI ha despertado el interés por la historia, política, ciencia y economía en mi hijo de 11 años.

Realmente no hay nada como aprender jugando. Creo que se aprende más cuando no se “sabe” que se está aprendiendo. Cosas maravillosas ocurren cuando el aprendizaje viene sutilmente disfrazado como algo más. En este caso, como un juego.

Conforme nos hemos ido adentrando en el juego el domino de los conceptos que se presentan como sistemas de gobierno, políticas económicas, estructuras sociales y técnicas de negociación se vuelve necesario para seguir avanzando. Y seguir avanzando es tan divertido que los tres hemos pasado horas de horas leyendo, comprendiendo y aplicando estos importantes conceptos.

También quiero mencionar cómo los círculos de retroalimentación cortos que ofrecen los juegos son importantes en el aprendizaje. Por ejemplo, si dentro del juego elijo un sistema de gobierno que no es apto para mi situación, en un par de turnos me puedo dar cuenta que me equivoqué ya que mi situación no irá para bien. De igual manera, cuando el sistema encaja, el progreso es evidente. Este tipo de retroalimentación rápida cimienta el aprendizaje y los conocimientos de una manera experiencial.

Aprender no tiene que ser aburrido y jugar no tiene que ser “una perdida de tiempo”. Se puede jugar para aprender y aprender jugando es mejor.

Civilization 25 años después

Alrededor del año 1,992 recuerdo que pasaba horas seguidas jugando Civilization de Sid Meier. Civilization es un juego para computadora / consola cuyo objetivo es construir y guiar una civilización desde la era antigua hasta la modernidad.

El realismo y complejidad del juego es grande. La atención al detalle que se debe tener en la toma de decisiones tiene que ser muy precisa si se quiere llegar lejos. Las consecuencias y vueltas inesperadas que puede dar el juego en tan solo un par de turnos son dramáticas. Los avances y progreso se mueven poco a poco pero son suficientes para hacer que el tiempo desaparezca por horas a la vez.

Y hoy, 25 años después de que empecé a jugar Civilization 1 en una IBM PC 486 con mi hermano, estoy jugando Civilization 6 para el Nintendo Switch con mi hijo. ¡Cómo ha avanzado la tecnología! Llevamos ya un par de días dedicándole bastante más tiempo al juego del que quisiera admitir. Pero no importa. Nos la estamos pasando muy bien y los dos estamos aprendiendo bastante acerca de civilizaciones antiguas e historia.

El cambio de ritmo y narrativa que Civilization 6 ha traído al uso de los videojuegos en la casa ha sido grande. Particularmente cuando lo comparo con Fortnite. La experiencia de juego ha cambiado de una de aceleración y violencia a una de calma, paciencia y aprendizaje.

Si alguien me hubiera dicho hace 25 años que hoy estaría disfrutando tanto jugar el mismo juego con mi hijo jamás lo hubiera creído. Que alegre seguir jugando Civilization 25 años después.

Armar rompecabezas

No sé cuántos años han pasado desde la última vez que armé un rompecabezas. Hace unos cuantos de días Elena tuvo la genial idea de comprar un par y los empezó a armar.

Su iniciativa está poco a poco ganando tracción acá en la casa —por lo menos conmigo. Christian está empezando a mostrar un mínimo interés. Hace unos momentos empecé a armar el segundo ya que el primero lo terminamos de armar un par de días atrás.

La experiencia de armar un rompecabezas tiene un aspecto casi hipnótico. Es como entrar en un pequeño trance. No sé si se deba a lo diametralmente opuesto que se siente el proceso versus estar enfrente de pantallas digitales todo el día pero que bien se siente.

Hoy empecé a armar el segundo rompecabezas y hasta que un pequeño dolor en mi espalda me trajo de vuelta a la realidad estuve “perdido” clasificando todas las piezas de la orilla. Una vez “regresé”, las ganas de terminar la orilla antes de finalizar la sesión le ganaron al dolor. Y seguí adelante. Un momento después llegó Elena a ayudar y avanzamos más rápido. Terminamos la orilla!

Estoy viendo un nuevo interés nacer en mí. Todavía no le he dedicado suficiente tiempo para identificar de una manera precisa que es lo que tanto me está gustando pero sé que hay algo ahí. Voy a seguir despejando mi mente con este nuevo hobby y sin duda alguna lo voy a empezar a hacer en lugar más cómodo. Ahorita ya estoy pagando el precio con todo e intereses!