Bajo presión

Hacer lo debido en situaciones cómodas es fácil. El carácter y el liderazgo tan solo se forjan bajo presión. Estar bajo presión significa que hay algo que está en juego. Probablemente quiere decir que haya resistencia y que se requiere de fuerza poder para salir del otro lado —y eso está bien.

Los verdaderos héroes, aquellas personas que realmente han destacado y cuyos logros son reconocidos por las grandes mayorías, han cambiado el mundo con las decisiones y acciones que han tomado bajo presión. Ninguno de ellos reescribió la historia con lo que hizo desde una hamaca durante sus vacaciones.

Por definición la presión no se siente bien. Sino dejaría de ser presión. Pero que algo no se sienta bien no quiere decir que se deba evitar. ¿Acaso el enfermo evita el doloroso tratamiento o la horrenda medicina que le ayudará a mejorar? Al contrario, lo busca con todo porque sabe que del otro lado del trago amargo está la dulce recompensa de la recuperación.

Bajo presión el carbón se convierte en diamante y las personas promedio se convierten en excepcionales seres humanos. Bajo presión, lo más formidable del ser humano se hace presente. La creatividad, nobleza y determinación de querer seguir adelante salen a relucir en esos momentos de obscuridad que parecieran ser el fin. Es en estos momentos en donde se crece y se supera, se llega al siguiente nivel.

Al igual que no todos pueden levantar 400 libras en un “bench press”, nadie puede vivir bajo presión todo el tiempo y tampoco nadie puede soportar ciertos niveles intolerables de presión. Lo que sí todos pueden hacer es fortalecer sus músculos de carácter, liderazgo y perseverancia buscando situaciones que les exijan un poco más. Buscando diariamente estar bajo un grado manejable de presión, poco a poco se podrán convertir en las personas que siempre han querido ser.

Mi falsa percepción de la fortaleza interna

“Los débiles no pueden perdonar. El perdón es un atributo de los fuertes”

Mahatma Gandhi,

 All Men are Brothers: Autobiographical Reflections

Puede ser que sea un pensamiento muy personal, que ha estado mucho tiempo arraigado dentro de mi. No lo sé. Siempre he tenido la idea de que la fortaleza interior es algo muy masculino, hasta cierto punto algo violento, tosco, seco y carente de todo sentimiento. El mostrar cualquier indicio de sentimiento para mi siempre ha sido una clara seña de debilidad.

Esta cita de Gandhi, en conjunto con la ayuda de una buena amiga, me han llevado a un nuevo nivel de entendimiento sobre que es lo que constituye la fortaleza interior. ¿Que tal si la fortaleza interior no es la habilidad de “apachar” los sentimientos que tenemos (al final del día todos tenemos sentimientos) sino que la fortaleza interior es aprender a experimentar estos sentimientos de una manera plena y compasiva a manera de entendernos mejor?

Creo que los sentimientos que sentimos son parte esencial de lo que somos y esconderlos para aparentar ser fuertes no es mas que mostrar la debilidad ya que estamos rechazando una parte integral de nuestro ser. Anulamos una parte de lo que somos. Cualquier parte entera a la que falta falta un pedazo se debilita.

La verdadera fortaleza interna está en la integración y el reconocimiento pleno de todo lo que somos. Esto incluye nuestros sentimientos y carencias. Para poder fortalecernos debemos aprender a descubrir y experimentar todo lo que somos.