Participar no es fácil pero es necesario

El dialogo que se da en redes sociales es interminable. La cantidad de temas que se tratan es infinito. El perfil de las personas que argumentan para un lado o para el otro es tan diverso como los anuncios con que nos bombardean la mismas redes. Hay mucho ruido y poca señal.

Participar en este mar de confusión y ataques personales no es fácil. Aunque la cantidad de contenido que se genera es enorme, debemos reconocer que solo la minoría de personas deciden participar en el dialogo que se da en línea. Recordemos, es este dialogo el que le está dando forma a nuestra cultura y sociedad. Este silencio priva al mundo de tantos puntos de vista que urgentemente necesitamos escuchar. Los mensajes y posturas que dominan las redes son las de los mismos actores de siempre. Urgentemente necesitamos de algo nuevo, algo fresco.

Participar no es fácil pero es necesario. Sé de tantas personas que tienen pensamientos muy valiosos pero deciden callar. Sé de tantas personas que piensan diferente pero deciden no compartir lo que piensan. Sé de tantas personas que saben debatir con integridad y sin atacar a nadie, personas cuyo objetivo es buscar la verdad. Ellas tambien, en muchos de los casos, deciden ver desde fuera sin hacer el esfuerzo de guiar a los demás. Y también sé que yo muchas veces callo cosas que sé que se debieran decir. Participar no es fácil pero es necesario.

El trabajo como expresión personal

En la sociedad moderna la mayoría de personas adultas pasan alrededor de un 70% a 75% de su tiempo trabajando. Sin duda alguna, el trabajo es en donde más tiempo estamos pasando.

Esta es una realidad del mundo moderno en que vivimos y no es malo. Solo es como estamos estructurados en la sociedad en que vivimos. El problema surge cuando esta gran cantidad de tiempo que se pasa trabajando no es un canal para la expresión personal.

Creo que una empresa puede ser un canal de expresión para cada uno de sus colaboradores. Ser este canal es la única manera en que cada una de las personas que trabajan en la empresa pueden dar su máximo aporte. También es la única manera en que la empresa puede esperar que sus colaboradores pasen un tiempo prolongado trabajando en ella.

Trabajar para una empresa es la manera dominante en que las personas sustentan sus vidas y en muchos casos, las de sus familias. Mi percepción es que acá es dónde casi todos dejan de exigirle a las empresas en donde trabajan. “Intercambio mi tiempo por dinero y así estoy bien”. Esta pareciera ser la postura general. Creo que no es suficiente.

El trabajo puede ser un vehículo maravilloso para usar el tiempo de una persona para construir algo que le es importante. La capacidad de poder colaborar con otras personas que están comprometidas con lograr los mismos objetivos que uno es el mejor camino para lograr grandes proyectos que son importantes para el individuo.

Cuando una persona puede dejar su huella en un proyecto que está alineado con su propósito, la recompensa que recibe va mucho mas allá de un salario devengado o utilidades recibidas. En este caso el trabajo no solo es un medio de sustento. Es un vehículo para la expresión personal.