Las expectativas pasan de moda

Cada generación crece con la tecnología y expectativas que se respiran a su alrededor. El mundo evoluciona y rápidamente deja atrás generación tras generación. El paso de la tecnología marcha hacia adelante y al cabo de unos años una generación ya no entiende a las que vienen atrás.

La tecnología que tenemos disponible a nuestro alrededor determina en gran parte las expectativas que tenemos de cómo “debieran” ser las cosas a nuestro alrededor. Por ejemplo, para mi es obvio que yo debiera poder ir al otro lado de mi país en mi propio carro en cuestión de unas cuantas horas. Esta es una expectativa que ni siquiera se le hubiera ocurrido a una persona de hace unas cuantas generaciones.

Lo mismo ocurre con las nuevas generaciones. Hay veces que simplemente no entendemos sus expectativas. El hecho de que ellos hayan crecido con otras tecnologías y por ende, otras expectativas, a veces los hace parecer Aliens de otro planeta. Simplemente no los podemos entender.

Para la nueva generación el e-mail es demasiado lento y ya no lo usan. Un párrafo es demasiado texto y 5 minutos es demasiado tiempo para un video. Estas son las expectativas de la nueva generación y si no las entendemos nunca nos podremos comunicar con ellos.

Las brechas entre generaciones existen por la diferencia en expectativas que hay entre una generación y la otra. Para poder trabajar juntos de mejor manera es importante sentarnos a evaluar dónde nuestras propias expectativas pudieran estar “fuera de moda”.

3 lecciones para navegar por el rio de la vida

Sin entrar en nociones metafísicas o creencias “new age” hoy quiero reflexionar sobre las pequeñas sutilezas que nos pueden ayudar a navegar por el rio de la vida de una mejor manera.

Primero. Es importante reconocer que la vida tiene su propio curso y que se extiende mucho más allá de nuestros agrados y desagrados. La vida ha existido desde mucho antes que todos nosotros naciéramos y sin la más mínima duda seguirá existiendo después de que todos nosotros ya no estemos acá. Realmente no tiene sentido alguno tratar de oponerse al desenvolvimiento de algo que es tanto más grande que nosotros. Digamos que este fin de semana vamos a ir a la playa y queremos sol. A la vida no le importa nuestra ida al mar y puede ser que llueva. El clima no está bajo nuestro control, es mucho más grande que nosotros. Entonces, ¿Cuál es el sentido de ofuscarnos porque llueve cuando nosotros queremos sol? Ni nuestra respuesta emocional ni nada más en este mundo puede cambiar el clima.

Segundo. Todo rio susurra, hay que aprender a escuchar. Estoy convencido de que los momentos más difíciles en la vida de las personas se deben a que algo importante ha sido ignorado. Hay que aprender a escuchar. La resistencia siempre dificulta las cosas y requiere de mucha energía. Tratar de pasar por encima de algo siempre es más difícil que aprender a cómo darle la vuelta. Los obstáculos más difíciles de superar son los que no se pueden ver. Cuando sabemos que algo ya no nos hace bien pero decidimos no dejarlo por qué nos da miedo cambiar, no estamos escuchando el susurro del rio de la vida. Seguro habrá dificultad.

Tercero. La vida no es algo que nos sucede, es algo que está en nosotros. Cuando ocurren eventos buenos o malos en nuestras vidas corremos a atribuirle intencionalidad a la vida. Nos fascina creer que todo lo que ocurre a nuestro alrededor nos ocurre a nosotros. Ojalá fuéramos así de importantes. La realidad es que la dirección del curso de la vida no tiene nada que ver con nosotros y lo que consideramos “bueno” o “malo” solo tiene que ver con que sí lo que pasó esta alineado con nuestras expectativas o no. Me despidieron del trabajo. ¿Es eso bueno o malo? Para mí es algo malo y para la persona que ahora tiene mi trabajo es algo bueno. Lo eventos simplemente ocurren. Claro, nos afectan y tienen consecuencias reales en nuestras vidas. Lo que no podemos olvidar es que estos eventos no son nada personal. Lo único realmente personal en estos acontecimientos es como decidimos responder ante ellos.

Navegar por el rio de la vida no es nada fácil. Más si tomamos en cuenta que ni en el colegio o universidad hay alguien que se tome el tiempo de enseñarnos como hacerlo. Espero que con estos tres puntos pueda ayudar a más de alguien a mejorar su viaje por este maravilloso rio de la vida.

La felicidad depende sólo de ti

Desde muy pequeños, tanto la sociedad como el sistema escolar, no dejan muy claro con quién nos debemos comparar para ser felices —los demás. Para el pequeño niño o niña en primaria lo más importante no es si se la pasó bien en el colegio y aprendió algo nuevo. Lo más importante es si le va a poder dar a sus papás una foto del cuadro de honor para subir a redes sociales.

Siempre que nuestra felicidad dependa de algo externo (como qué es lo que piensan los demás) estaremos en problemas pues las reacciones de los demás son algo que no podemos controlar. Pero así es como hemos sido programados. Constantemente estamos buscando cumplir con las expectativas e ideales de otras personas para entonces nosotros podernos sentir bien, adentro. Con razón sentimos que tenemos el peso del mundo entero encima todo el tiempo.

La felicidad debe ser algo intrínseco, debe venir de adentro. Es algo que necesariamente debe nacer adentro de cada persona, con plena libertad. La felicidad nunca debe depender de tener que cumplir con las expectativas de alguien más. Tampoco puede depender de los resultados o situaciones que se desarrollen a nuestro alrededor.

Todo lo que realmente necesitamos para ser felices es pasar nuestro tiempo haciendo lo que nos hace felices, a nosotros. No a los demás. No necesitamos de nada más. Por ejemplo, si alguien sabe que al pasar su día leyendo, escribiendo y pasando tiempo con su familia puede ser feliz y así pasa la mayoría de sus días, entonces esta persona ha encontrado el cielo en la tierra. Puede ser que esto no sea lo que “los demás” consideren necesario para ser felices o esperen que esta persona haga por ellos pero para él o ella esto es suficiente.Y eso es lo único que realmente importa.

Lo inesperado duele más

Hay cosas que consideramos más probables que otras. También hay ciertas cosas que ni siquiera consideramos como posibles. En realidad todo el tiempo estamos operando con un muy limitado abanico de cosas que consideramos posibles.

Así es que en base a lo que consideramos probable podemos clasificar los eventos que ocurren en tres distintas categorías:

  1. Probabales
  2. Poco probables
  3. Imposibles de ocurrir

Cuando una persona experimenta un evento su reacción al mismo será inversamente proporcional a la probabilidad que le había asignado de ocurrir. Es decir, si el evento era esperado, la reacción será leve. Si el evento se consideraba imposible de ocurrir (probabilidad 0) la reacción será extremadamente fuerte.

Esta es la razón por la que tantos sabios, en todas las diversas tradiciones espirituales, nos recomiendan de una manera u otra estar preparados para cualquier cosa. Esta es la manera más efectiva de evitar las reacciones erráticas que nos hacen perder la cabeza.

Lo que todas estas personas nos han tratado de decir durante milenios es que debemos abrir la mente a que cualquier cosa es posible. Mientras nos aferremos a que solo lo que consideramos posible puede suceder estaremos susceptibles a sobre reaccionar a las sorpresas que el destino nos tiene preparadas. La mejor manera de mantener la calma es estar preparados para cualquier cosa, incluso para aquello que consideramos imposible.

Felicidad sin condiciones

Ayer escribí sobre cómo todos queremos lo mismo, ser felices. Hoy escribo sobre cómo, aunque todos queremos ser felices, también condicionamos nuestra felicidad.

Si le pregunto a cada uno de ustedes, ¿quieres ser feliz?, la respuesta de más del 99% de ustedes será un rotundo “sí”. Ahora, si vuelvo a preguntar, ¿quieres ser feliz más que cualquier otra cosa?, una vez más la mayoría de ustedes responderían que sí. Entonces, si ser felices es lo que más queremos, ¿Por qué tan pocas personas en el mundo reportan ser verdaderamente felices?

Porque insistimos en condicionar nuestra felicidad. Cada uno de nosotros tiene un conjunto de reglas internas que determinan cómo queremos que sea el mundo para que nos demos permiso de ser felices.

“Ser feliz es lo más importante para mí pero solo si mi ropa no se mancha en el camino al trabajo. Lo que más quiero es ser feliz pero solo si mi hijo saca buenas calificaciones en el colegio. Quiero estar feliz cuando regreso del trabajo a mi casa pero solo si todo salió bien en la oficina.” Y así una y otra vez. Quiero ser feliz pero antes “necesito” que el mundo se alinee a mis expectativas.

La realidad es que nos importa más que las cosas sucedan tal y como queremos que sean que ser felices. Si la felicidad fuera nuestra prioridad número uno, escogeríamos ser felices a pesar de que las cosas no salgan como queremos.

¿La moraleja de la historia? Si quieres ser feliz, ve y sé feliz —sin condiciones. Congela una sonrisa en tu corazón y experimenta felicidad independientemente de lo que pase. De lo contrario lo que estás buscando es que algo salga cómo quieres y no ser feliz. Recuerda, en el fondo lo que todos queremos es ser felices.

El momento perfecto

El momento perfecto no tiene nada que ver con el momento. Todo lo que puede estar pasando o no a nuestro alrededor pasará o no pasará independiente de nuestros deseos. No tiene nada que ver con nosotros. La experiencia de este momento es nuestra y solo nuestra. No es de nadie más. Ni siquiera de lo que está pasando.

Todo momento es perfecto, si lo dejamos ser. A este preciso instante que estamos viviendo no le hace falta nada para ser perfecto. Puede ser que nosotros queramos que sea diferente pero eso dice más acerca de nuestras expectativas que de la perfección del momento.

Cada segundo de nuestras vidas es perfecto. No importa que tan difícil o doloroso sea, cada momento es perfecto. La historia del tiempo se desenvolverá en la manera que está destinada a desenvolverse. No podemos hacer nada para cambiarla. Si estamos experimentando resistencia a lo que está ocurriendo en este preciso instante nos debemos responsabilizar de ser nosotros los que ponemos resistencia a lo que debe ser y no juzgar lo que está ocurriendo como imperfecto. ¿Quienes somos nosotros para decidir qué debe y que no debe ser?

Este momento es perfecto al igual que lo fue el momento anterior. No hay momento imperfecto que pueda llegar a nuestro corazón si nos logramos convencer que así debe ser. Aprendamos a ver nuestras vidas con los ojos de agradecimiento que solo la aceptación nos puede llegar a dar y entonces, y solo entonces, cada momento será perfecto.

Para siempre quedar bien

Te dicen que si completas el trabajo te pagaran $50. Si al terminar el trabajo te pagan $45 te sentirás defraudado. Si al terminar el trabajo te pagan $55 te sentirás contento.

Por la manera en que los seres humanos manejamos nuestras expectativas, el grado de “dolor” que experimentarías por recibir $5 menos será bastante más grande que la gratificación que sentirías al recibir $5 de más. El dolor de perder siempre es más grande que el beneficio de ganar.

Una vez anclamos una expectativa en nuestras mentes cualquier cambio que notemos versus la expectativa generará una fuerte reacción emocional. Tan solo piensa que pasa si alguien te dice que pasará a las 7:00 pm por ti y llega hasta las 8:00pm. ¿Qué pasa cuando piensas que ibas a sacar un 65 en el examen y al ver el papel ves un 80? Expectativas versus realidad.

Casi todo lo que tiene que ver con nuestras reacciones emocionales tiene que ver con las expectativas que nos hemos construido.

Ya sea que estés interactuando como persona individual (freelancer) o en nombre de una empresa, la mejor manera de deleitar a un cliente es anclar expectativas bajas y superarlas con un buen resultado.

Debes colocar la barra justo en un nivel en el cual el cliente se siente cómodo con lo que estás ofreciendo y a la vez sepas que puedes exceder las expectativas que estás ofreciendo. Cualquier otra cosa no funcionará.

El tiempo llegará

Ahora no. Todo a su debido tiempo. Puede ser difícil de entender pero el universo es más sabio que tú y yo. ¿Crees que por qué tienes una idea de cómo debieran ser las cosas le puedes pedir al mundo que se alinee a tu voluntad?

El universo existió sin ti antes de que nacieras y va a seguir existiendo después de que mueras. Son millones de colisiones de fuerzas inexplicables las que causan cada momento de tu vida. Ya, déjalo ir. Entiende que aferrarte a que las cosas sucedan como tu quieres, cuando tú quieres, no tiene sentido alguno. Al universo no le importa. Cuando aceptes esto vivirás más feliz.

Y si, sigue aplicando tu voluntad para darle forma al mundo exterior. Tan solo te sugiero que empieces a participar más y forzar menos. Es increíble todo lo que puedes lograr cuando dejas ir tus apegos y aprendes soltar un poco. Forja tu camino siguiendo El camino.

No hacer esto es una trampa peligrosa. Mientras sigas creyendo que el mundo está para servirte y sientas el derecho de que las cosas deben ocurrir cuando quieres vivirás tratando de ganarle a aquello que nunca puede perder pues es perfecto. Experimentarás ansiedad intensa cada segundo de tu vida. ¿Realmente quieres pasar el resto de tu vida tratando de controlar lo incontrolable?

Déjalo ir, todo estará bien. Mantente atento y desarrolla cada vez más conciencia. Cultiva el silencio interior y escucha el susurro del universo que de manera perfecta te guiará de momento a momento. El tiempo llegará.

Eres suficiente tal y como eres?

¿Hasta donde puedo llegar? ¿Que tanto es lo que realmente puedo hacer? Estas son preguntas muy poderosas que creo que todos nos debemos hacer constantemente. ¿No se si alguno de ustedes alguna vez ha sentido que está haciendo un compromiso que va mas allá de sus capacidades reales? Uno de aquellos compromisos que inmediatamente después de hechos nos causan decir “ala madre! como soy de mula!”.

Pues bien, el hacernos este tipo de preguntas o cualquiera de sus derivados seguro nos ayuda con el síndrome de “me comprometo a mas de lo que puedo”. Este síndrome es algo natural y es parte del deseo del ser humano de querer ser mas de lo que realmente es. Creo que hay una gran diferencia entre lo que sabemos que podemos hacer y lo que quisiéramos poder hacer para “quedar bien con los demás”.

Esto es bastante común en el ámbito profesional. Nuestro jefe o alguien mas a quien queremos impresionar nos pregunta cuando podemos tener un proyecto listo o cuanto creemos que se podrá vender y la respuesta usualmente está “inflada” por querer aparentar ser mas de lo que realmente somos. Que nos vean como algo mas. Que nos reconozcan. Simplemente no creemos que somos suficiente tal y como somos.

Creo que es de vital importancia para salir adelante y poder tener una vida completa poder dejar este miedo atrás. La realidad de las cosas que que no podemos hacer mas de lo que podemos hacer. No podemos ser alguien mas. Lo mejor que podemos hacer es ser nosotros mismos.

Realmente no es muy buena idea comprometernos a cosas que simplemente no podemos cumplir. No podemos ser algo que no somos. ¿Mi consejo? Pasa el rato incómodo y aceptate como eres, reconoce de que si eres capaz y luego cumple. No hay mejor manera de salir adelante que ser tu mismo. Eso es suficiente.

Mi dependencia al café y como tener una vida mas feliz

Estoy con un fuerte dolor de cabeza. Es un dolor de cabeza que usualmente experimento cuando viajo por largo tiempo. La verdad, hasta hace poco me pude dar cuenta de que es lo que realmente lo causa: mi dependencia a la cafeína.

Ayer tuve un horario fuera de lo normal, solo tomé café temprano por la mañana. Luego, a las 10:00pm que volví a tener acceso a café me vi con el siguiente dilema: o tomo café ahora y no podré dormir o me duermo ahora y manejo el dolor de cabeza mañana. Opté por el dolor de cabeza. Verme en esta situación tan fuera de control para estar bien me llevó a las realizaciones que comparto a continuación.

Durante años me conté muchas historias de por qué el dolor. Cambio de zona horaria, dormir mucho, dormir poco, etc. Todo esto simplemente no es cierto. Me hacia falta detenerme y ver las  cosas como son. Sino tomo al menos 3 – 4 tazas de café o espresso en 24 horas me duele la cabeza. Dependo de la cafeína.

He estado pensando mucho al respecto de como esta dependencia al café se relaciona a la felicidad que podemos llegar a experimentar en la vida. También he estado leyendo mucho de la filosofía estoíca de vida. Y he llegado a la conclusión que mientras nuestro bienestar (físico: dolor de cabeza o emocional: que tan feliz estoy) dependa de algún factor externo (físico: café emocional: como me tratan los demás por ejemplo) la calidad de vida que tendremos siempre se verá limitada por estos factores externos.

Entonces la analogía se vuelve en , ¿que tal si poco a poco me quito la dependencia al café?  Pues ya me puedo sentir bien y no tener dolor de cabeza independientemente de si tengo acceso a cafe o no. Soy mas libre. Elimino la dependencia y tengo mas control de como estar bien. es lo mismo con otras áreas de la vida, si no necesito que las demás personas me traten de x o y manera, podré estar bien independiente de como otras personas me traten.

Creo que lo mismo aplica a todo e la vida. Necesito del nuevo carro para sentirme exitoso. Necesito esto o aquello para sentirme completo. Que tal si todo esto simplemente no es cierto.

¿Que tal si lo que realmente necesitamos para tener vidas mas felices es eliminar todas esas dependencias que nosotros mismos hemos creado a cosas externas, ajustar nuestras expectativas y aprender a vivir disfrutando nuestro mundo interior?