El futuro será lo que tu quieres

Hoy eres libre de escoger lo qué quieres hacer. Las decisiones que tomes en este momento determinarán en gran parte el futuro que tendrás mañana. Decisiones difíciles, vida fácil. Decisiones fáciles, vida difícil.

Recuerda, puedes tener el futuro que quieres. Tan solo debes cumplir con dos requisitos:

  1. Tienes que estar dispuesto a pagar el precio completo de lo que quieres lograr para tu futuro y
  2. Tienes que estar dispuesto a pagarlo por anticipado

Si cumples con estos dos requisitos, puedes estar seguro de que tendrás el futuro que quieres. Puede ser que hayan piedras en el camino o que el precio final de tu compra sea un poco más alto de lo que inicialmente creíste. Pero si estás dispuesto a hacer el trabajo, el futuro será lo que tu quieres.

El momento de comprar es ahora. No puedes comprar algo que está en el pasado. Para tener el futuro que quieres no te puedes perder en lo que ya pasó. Tan solo debes voltear a ver hacía atrás para aprender de tus errores y fracasos.

Hoy es el momento de decidir. Hoy es el momento de construir el futuro que quieres tener. Hoy, no mañana, no ayer; hoy. Recuerda que si hoy no tienes ganas de hacer nada, también estás construyendo el futuro que quieres. No hay a dónde escapar.

Cuando lo familiar es enemigo de lo mejor

Hay algo maravilloso en que las cosas nos sean familiares. Esto es precisamente lo que llamamos zona de comodidad. También sabemos que las mejoras están fuera de esta zona de comodidad pero más vale viejo conocido que nuevo por conocer.

Dejar algo familiar causa una sensación de perdida. Es como que si al cambiar algo que ya tenemos por algo nuevo —aunque lo nuevo sea mejor— estuviéramos perdiendo algo.

Esta sensación de perdida me ha estado acechando ya durante las últimas cuatro semanas. La historia es la siguiente.

Desde el 2,011 he estado usando la aplicación Runkeeper para dar seguimiento a mi progreso cuando corro. Recientemente empecé a pagar el servicio de Runkeeper Go (servicio premium pagado) para tener acceso a planes de entreno personalizados para carreras. He estado cómodo con la aplicación, no me falta nada, todo mi historial está ahí y la conozco a la perfección.

Al mismo tiempo, varias personas me han estado comentando acerca de la aplicación Nike Running Club. Me dieron muy buenas recomendaciones y me estuvieron alentando a que la probara. Lo más importante, Nike Running Club ofrece programas de entreno muy similares a los de Runkeeper pero sin cobrar. Runkeeper cobra $40.00 por el acceso a los planes.

La información, al menos en temas de costo, estaba clara. Gratis es mejor que $40.00. ¿Y la funcionalidad? Pues eso solo era tema de salir a correr con la nueva aplicación y comparar. La cosa es que pasaron semanas y no lograba soltar la familiaridad —hasta hoy.

La intención de este post no es hacer una reseña de las aplicaciones ni de comparar las funciones. Pero sí les puedo decir que mi primer experiencia con Nike Running Club fue muy buena. No le envidia nada a Runkeeper. Incluso, hay varios aspectos que están mucho mejor. Estoy bastante contento con esta prueba inicial y ya la carga emocional está empezando a pasar.

Por ratos aún pienso en esos 8 ó 9 años de datos almacenado en Runkeeper y cosas así. Duele. Pero eso no importa en realidad. Solo es un apego a la familiaridad que tengo. Es no querer dejar ir lo que ya conozco y ya hice. Pero, ¿si puedo tener algo mejor a un mucho menor costo ($0.00) por que no hacerlo?

Muchas veces no somos racionales. Especialmente cuando se trata de dejar atrás lo que nos es familiar.

Incentivos y resultados (Vacuna COVID-19)

Un incentivo es aquello que motiva a una persona. Un resultado es un cambio que se da en el mundo externo. Uno no necesariamente lleva al otro. Un resultado puede ser logrado gracias a cualquier cantidad de diferentes incentivos.

Viene a la mente la carrera por el desarrollo de la vacuna en contra del COVID-19. ¿El resultado? Crear una vacuna para combatir la enfermedad. ¿Algunos posibles incentivos? Generar un gran ingreso monetario para la empresa que lo logre primero, salvar millones de vidas, lograr regresar al mundo a algún tipo de “normalidad”, reconocimiento dentro de la comunidad científica, etc.

Se hace obvio que aunque el resultado se cumpla, la manera en que se cumpla será muy distinta en base al incentivo que esté motivando el esfuerzo. El equipo que esté motivado por salvar millones de vidas muy probablemente correrá pruebas más exhaustivas que el equipo que está buscando principalmente ingresos monetarios. De igual manera, los resultados financieros probablemente llevarán a que el resultados se logré más rápido. Un incentivo no es mejor que el otro, tan solo son diferentes.

Y es por este tipo de discrepancias que se necesitan, para ciertos tipos de industrias y proyectos, entes reguladores. Esto es especialmente importante en el ámbito de la medicina y la salud. Es importante que alguien esté velando que se sostenga de alguna manera “ética” el interés de la mayor cantidad de personas posibles.

Pero incluso la presencia de un ente regulador, ya sea en el ámbito médico, tecnológico, gubernamental, etc., también se está regido por la ley de los incentivos. Toda regulación también está sujeta a obedecer a algún tipo de incentivo. ¿Por qué se debe regular hacia un lado o hacia el otro? ¿Qué valores debe defender el ente regulador? Los intereses por los que se debe velar, ¿a qué grupo de personas pertenecen?

Mas allá de basar las decisiones en resultados únicamente, es elemental entender los incentivos que motivan a la personas que están detrás de los logros. Esto siempre ayuda a hacer una evaluación más objetiva de la situación. Identificar y entender los incentivos revela mucho acerca de por qué algo es como es.

Finalmente, no está de mas evaluar los incentivos que cada uno de nosotros tiene. Volviendo al ejemplo de la vacuna del COVID-19 es importante hacerse las preguntas necesarias para entender el incentivo detrás de aplicarte la vacuna o no cuando el momento sea correcto. ¿Por que te la pondrías o por qué no?

En crisis, enfoque

Cri-sis: un tiempo intenso de dificultad, problemas o peligro.

Está de más decir que el día de hoy la palabra crisis es prácticamente un sinónimo de pandemia. Estamos enfrentando crisis de salud, económicas y políticas. Todas al mismo tiempo.

Las crisis y su manejo no son nada nuevo. Estas situaciones han existido durante toda la historia de la humanidad y afortunadamente tenemos a nuestra disposición las lecciones aprendidas por muchas personas. Debemos aprender de ellas.

En toda situación hay 2 grandes categorías de cosas en las que nos podemos enfocar: 1) las que podemos controlar y 2) las que no podemos controlar. Por su naturaleza, durante una crisis, la cantidad de cosas que podemos controlar es baja. Hay incertidumbre.

Es por esto que el primer paso para actuar efectivamente en una crisis es identificar todas aquellas cosas —por pocas que puedan ser— que sí están bajo nuestro control. El otro lado de la ecuación es, naturalmente, no gastar recursos tratando de controlar todo lo que está fuera de nuestro control.

Veamos algunos ejemplos enfocados en nuestra realidad actual. No puedo controlar que el mercado haya cambiado y mi producto ahora tenga menos demanda. Si puedo controlar analizar cómo está el mercado ahora y modificar mi producto a las necesidades actuales. No puedo controlar que tan rápido se va a esparcir el virus pero sí puedo rápidamente implementar un sistema de trabajo remoto. No puedo controlar que las ferreterías no puedan abrir pero sí puedo controlar cambiar mi inventario para calificar como Supermercado (Cemaco).

Todas las variables están en juego durante una crisis. La incertidumbre es alta. Muchas cosas que no se pueden controlar nos distraen — ¿Cuándo va a abrir el país?, etc.

Encuentra que es lo que puedes controlar y enfoca toda tu atención y recursos en ello. Luego, actúa decisivamente.

Tentación

Tanto en los negocios como en la vida, la tentación está siempre presente. Algunas veces más a plena vista y otras veces un poco más escondida. Cuando la tentación es obvia es más fácil de evadir. El verdadero peligro de caer se da cuando la tentación es escondida.

Los caminos fáciles son los escondites preferidos de la tentación. Piénsenlo, no hay nada más tentador que poder tomar un atajo. Esa solución fácil a un problema complejo. Aquellas estrategias que parecieran no requerir de mayor esfuerzo y que se pueden ejecutar en corto tiempo sin correr riesgo alguno. Debemos estar siempre alertas. Especialmente en tiempos difíciles como los que estamos viviendo hoy.

La mente es muy hábil y traicionera a la vez. En los momentos más importantes de la vida —aquellos en los cuales se deben tomar las decisiones más difíciles— la tentación de tomar el camino fácil estará siempre presente. Y no solo estará presente, realmente parecerá el mejor camino a seguir. Cuidado con las historias que te contarás para racionalizar tomar el camino fácil. ¿Cómo puedes estar seguro de que estás decidiendo lo que es mejor y no lo que resulta más cómodo?

La tentación siempre nos estará poniendo a prueba. Podrá a prueba nuestros instintos, nuestras emociones y nuestros pensamientos. La única manera de poder vencerla es conocernos muy a fondo y poder reconocer —con mucha honestidad interior— por qué vamos hacer lo que estamos a punto de hacer.

Profundo versus amplio

En los últimos meses he leído bastante más de lo normal. He subido mi promedio de un libro al mes a cuatro. Un nuevo hábito muy poderoso ha nacido. Ahora, ¿qué hacer con él?

Cada 7 u 8 días me estoy encontrando con la decisión de “¿que leer ahora?”. ¿Busco un autor nuevo? ¿Leo algo nuevo de un autor que ya conozco? ¿Exploro un tema totalmente nuevo? ¿Vuelvo a leer un libro que ya leí anteriormente? Debo confesar, siento algo de ansiedad ante este proceso.

Creo que la especialización y el dominio profundo de un tema son muy valiosos. Entender algo a fondo abre un sin fin de posibilidades. También reconozco que la diversidad de conocimiento y la aplicación de múltiples disciplinas a un problema dan muy buenos resultados y son una de las puertas más directas a la innovación.

Por el otro lado, consistentemente ver el mundo a través de el mismo lente y desde el mismo punto de vista puede resultar muy limitante. Crea sesgos cognitivos muy fuertes y fortalece las creencias limitantes sobre los paradigmas que se tienen arraigados.

También, estar disperso tiene sus propias desventajas. No permite conocer los conceptos de raíz y poder entender cuál es la mejor manera de aplicarlos en una situación determinada. Como se hace evidente, nada en este mundo es perfecto. ¿Qué hacer?

No creo que haya una respuesta directa. Tampoco quiero caer en la tradicional respuesta ambigua de “depende”. Lo que si sé es que lo mejor que se puede hacer es escuchar. ¿A quién? A nosotros mismos.

Este dilema de profundo versus amplio no solo existe cuando se quiere adquirir nuevo conocimiento o seleccionar el siguiente libro que se quiere leer. Realmente está presente en todos los aspectos de la vida humana. No lo podemos escapar. Está en nuestras relaciones (paso todo el tiempo con un solo amigo versus tengo miles de amigos que apenas conozco), en el trabajo (paso 100% de mi tiempo haciendo una sola cosa o ando brincando de oportunidad en oportunidad), en la familia (un caso muy similar al de los amigos), hobbies (descuido áreas importantes de mi vida por estar solo enfocado en mi hobby o no le dedico nada de tiempo a ninguna actividad que me permita crecer), etc.

La vida constantemente nos presenta dificultades y oportunidades. Decisiones a tomar. La decisión de profundizar o ampliar siempre es muy importante. Hay que tenerla siempre presente.

Para actuar bien, antes hay que saber escuchar. Para saber si profundizar o ampliar no hay más formula que entender cada situación y estar presente con lo que está ocurriendo y hacia dónde se quiere ir. No se puede evitar esta decisión. Acéptala y escoge sabiamente, cada vez.

Evaluación de consecuencias para mejor toma de decisiones

Todo el tiempo estamos decidiendo. Y al mismo tiempo cada decisión que tomamos afecta de manera directa nuestras vidas. Y no solo esto. Cada decisión que tomamos afecta a las personas y el mundo que nos rodea. Decidir es lo más importante que estamos haciendo todo el tiempo.

Por lo menos a mi, me cuesta mucho tener esto presente en la manera que llevo mi vida y la mayoría de mis decisiones las tomo de una manera “miope” sin evaluar de una manera consciente las ramificaciones que mis decisiones pueden tener.

He acá es donde entra el libro Principios de Ray Dalio. Antes de seguir adelante, tengan por seguro que estaré escribiendo mucho sobre las enseñanzas de Ray Dalio pero por hoy me enfocare en su recomendación sobre como tomar decisiones evaluando consecuencias de segundo y tercer orden.

Todas las decisiones que una persona toma tienen efectos o consecuencias de primer, segundo y tercer orden. La ramificación de las decisiones y las acciones de los seres humanos en realidad pueden llegar a tener consecuencias de infinitos órdenes pero para efectos de ejemplo lo vamos a estar limitando a tres.

La mayoría de las personas evalúan sus decisiones en base a las consecuencias de primer orden y muy rara vez siquiera se percatan de las existencia de consecuencias que van más allá de las de  primer orden y por esto ni siquiera las toman en cuenta en sus decisiones.

Veamos un muy simple ejemplo para poder entender bien el concepto de toma de decisiones en base a consecuencias de primer, segundo y tercer orden.

La situación

Imaginate que estás en tu cama y suena el despertador temprano por la mañana por que quieres ir a hacer ejercicio. Hace frío afuera. Tu cama está calientita.

Decisión basada en las consecuencias de primer orden

Te quedas en la cama por qué en este momento el cuerpo está mejor (más cómodo) evitando el frío. Se siente mejor quedarte durmiendo en una cama caliente. Cualquier persona que esté evaluando la decisión en base a una consecuencia de primer orden se quedará en la cama. Podemos decir que objetivamente es lo que hay que hacer.  Aquí, ahora, en este preciso momento la consecuencia inmediata de salir a hacer ejercicio es incomodidad y molestía mientras que la consecuencia de primer orden de quedarte en la cama es comodidad y placer.

Decisión basada en las consecuencias mas allá del primer orden

Si la persona evalúa las consecuencias más allá del primer orden (la comodidad inmediata) podrá ver las consecuencias que pudieran venir si se queda en cama. Algunos posibles ejemplos de consecuencias de segundo, tercer y mayor orden son:

  • Si no salgo a hacer ejercicio puedo empezar a subir de peso
  • Si no salgo a hacer ejercicio puede tener problemas del corazón
  • Si no salgo a hacer ejercicio me empiezo a convencer que estar cómodo para mi es mas importante que mi salud
  • etc.

Este simple ejemplo sirve para ilustrar como operan los seres humanos en la toma de decisiones de acuerdo a Ray Dalio. A mi me hace mucho sentido y si puedo ver como yo tomo muchas decisiones de esta manera. No es difícil poder aplicar este concepto a todas las áreas de vida de una persona. Tampoco es difícil ver como cambia la calidad de decisiones de primer orden versus las de segundo y tercer orden.

Termino con las siguientes situaciones comunes para que cada uno de ustedes pueda ver que posibles decisiones se pueden tomar ya sea en base a consecuencias de primer orden o consecuencias de segundo, tercer orden, etc.

  • ¿Me quedó un poco mas tarde a terminar lo que me comprometí a hacer en el trabajo o lo dejo a medias?
  • Estoy enojado con mi pareja ¿Dejo que mi ira tomé control y le grito y digo cosas de las que después me voy a arrepentir?
  • Tengo miedo de emprender un nuevo negocio y me presentan la oportunidad de mis sueños. ¿La tomo o la dejo?
  • etc.

Piensa, como cambiaría tu forma de decidir y la vida que tienes si empiezas a decidir en base a consecuencias de mayor orden.

Decisiones difíciles, vida fácil. Decisiones fáciles, vida difícil


Este quote de Jerzy Gregorek (@TheHappyBody) ha cambiado mi vida para siempre.  Nunca me imagine que 8 palabras pudieran llegar tan profundo. Esta pequeña pero poderosa frase me ha  impactado de las siguientes maneras:

Primero

He reflexionado bastante sobre lo poderosas que son todas mis decisiones y como cada una de ellas ha determinado como es mi vida al día de hoy. Es impresionante poder ver de una manera tan calara como la vida y las circunstancias que hoy tengo se deben a las decisiones que he tomado en el pasado. Para mi esta realización ha sido a la vez muy poderosa y tremendamente intimidante. Solo yo soy el que está a cargo aquí. Solo yo manejo mi vida.

Es importante agregar que en los momentos de mi vida que ya sea por miedo, comodidad o simplemente dejadez, he dejado de hacer algo que en el fondo sabía que debía de hacer también decidí no hacer nada. No decidir también es una elección. Creo que muchas veces que “mejor no hacemos nada” lo que en realidad estamos haciendo es tomando una decisión fácil. En mi experiencia, estás decisiones muchas veces han sido seguidas momentos muy díficiles.

Segundo

Las cosas que realmente valen la pena en la vida requieren de mucho esfuerzo y valentía. Viendo a mi alrededor veo que tener una buena calidad de vida es importante para casi todas las personas con que me topo. No recuerdo haber hablado con un persona que me diga “realmente no quiero una vida mejor, me gustaría ir para atrás”. Lo que si he visto, y lo he visto muchas veces en mi mismo, es una actitud de complacencia la cual se caracteriza por preferir no hacer la “cosa difícil”  y decidir por ende NO  obtener la recompensa. Muchas veces esto es lo que le sucede a los sueños mas grandes que tenemos para nuestra vidas. Simplemente elegimos no seguirlos.

Es muy importante que podamos dejar ir esta falsa idea de que las grandes cosas, las vidas grandiosas, un país como aquel con el que todos soñamos se pueden obtener sin tomar las decisiones difíciles. No podemos llegar a tener todas estas cosas sin esfuerzo y trabajo. Para bien o para mal el mundo no funciona así.

Conclusión y algunos ejemplos

Que obtenemos de la vida, el grado de las adversidades que podemos llegar a nosotros mismos crear y que tan lejos vamos a llegar depende mucho de que tan valientes seamos en perseguir las cosas que nos importan. Con que tanta voracidad afrontemos los problemas que surgen y que tan directos y determinados seamos para resolver. Si hacemos estas cosas difíciles, sin duda alguna tendremos una vidas mas fácil.

Lo opuesto también es cierto. Mientras mas evitemos los problemas e incomodidades que sin duda aparecerán en nuestras vidas, estas mas se acumularán. Será una bola de nieve que terminará en  una vida extremadamente difícil.

Algunos ejemplos:

  1. Suena el despertador para ir a hacer ejercicio. Decisión fácil: quedarte durmiendo –> Vida difícil: enfermedad, mala salud, baja energía.
  2. Te llama un cliente molesto por un error que cometiste. Decisión difícil: aceptar tu error y hacer un compromiso real para mejorar –> Vida fácil: se reconstruye la relación y cada vez haces un mejor trabajo.
  3. Sabes que es importante corregir a tu pareja para ayudarle a corregir un error que está cometiendo. Decisión difícil: tener una plática sincera que en el momento puede doler –> Vida fácil: la relación se estrecha, ayudas a una persona que quieres a crecer y la comunicación abierta fundamenta mayor confianza. Le ayudas a corregir su error.

Realmente me gustaría mucho llenar este post con cientos de miles de ejemplos que ilustren este concepto. Si tienen algunas ideas les agradeceré mucho dejar sus ejemplos en los comentarios para poder it agregándolos al post. Creo que sin duda recopilarlos puede ser de gran uso para toda persona que lea hasta acá.

Finalmente le comparto el link al Podcast de Tim Ferriss en donde pueden escuchar una excelente entrevista con Jerzy.

Un ritual diario para hacer tu día más efectivo

Lo que decidimos hacer en la primer hora después de despertarnos puede ser la decisión más importante que tomamos en todo el día. Hay varias razones por lo que esto es tan importante.

Lo primero que debemos saber es que cada decisión que tomamos tiene un costo mental. El costo mental varia muy poco en función de la complejidad la decisión. Es decir, el desgaste que se experimenta es básicamente el mismo sin importar si estamos decidiendo que desayunar o en donde vamos a invertir 10 mil dólares. Mientras menos decisiones tomemos en un día, más energía tendremos para tomar cada una de las decisiones que si tenemos que tomar. Es muy probable que la calidad de estas decisiones será mejor si tenemos más energía reservada para tomar cada una de ellas.

Así que reduce al máximo la decisiones que tomas en la primer hora del día teniendo un ritual diario que no requiera de decisión alguna para echarlo a andar. Por ejemplo, yo me despierto a las 5am, hago mi espresso doble, medito 20 minutos, hago 1 hora de ejercicio, me baño, desayuno 2 huevos, 2 rodajas de jamón y 2 rodajas de queso. Es automático y ya ni tengo que  pensar en que voy a hacer al despertarme. No utilizo energía en tomar estas decisiones.

Esta es la razón detrás de que gente como Steve Jobs y Mark Zuckerberg utilizan ropa igual todos los días. Ellos ni siquiera hayan energía en escoger que ropa usar cada día.

Así que el primer paso es definir un ritual diario que te de consistencia y elimine cualquier necesidad de decidir que hacer durante la primer hora del día. Luego debes escoger las actividades que van a ir dentro de tu ritual. Esta elección es muy personal y cada persona encuentra lo que mejor lo prepara para sus actividades. Para esta parte del ejercicio recomiendo leer el libro Daily Rituals: How Artists Work de Mason Currey en el cual examina a fondo los rituales diarios de grandes personalidades de la historia que han logrado grandes cosas.

Así que bien, esta fácil. Reduce la cantidad de decisiones innecesarias que tomarás al despertarte y sigue un ritual diario que te ayude a prepararte para cada día.

Si ya sigues algún tipo de ritual diario compártelo en los comentarios para enriquecer el contenido y ayudarnos a todos a generar ideas de como empezar mejor el día!

PD. Primer artículo escrito completamente desde el iPhone!

El mito de que para decidir mejor se necesita mas tiempo y esfuerzo

“El mundo actual y la sociedad colectiva nos enseña desde muy pequeños que la calidad de las decisiones está directamente relacionada al tiempo y esfuerzo que se puso en tomarlas. Por ejemplo, si un doctor tiene un diagnóstico muy complicado, pedirá mas pruebas  Si nosotros mismos no estamos seguros de lo que nos dice, pedimos una segunda opinión. ¿Y que le decimos a nuestros hijos y niños pequeños? Mejor ve siempre lento pero seguro. No juzgues un libro por la portada. Detente y piensa. En realidad pensamos que siempre estamos mejor consiguiendo la mayor cantidad de información posible y utilizando la mayor cantidad de tiempo deliberando acerca de algo. En realidad solo confiamos en la toma de decisiones consciente.”

Malcolm Gladwell, Blink

Pero, ¿que pasa si las decisiones que tomamos de una manera muy, muy, rápida pueden llegar a ser tan buenas como aquellas que tomamos deliberadamente y con cautela? ¿Que pasa si hay algunas situaciones en las cuales podemos confiar en nuestros instintos? Y mejor aún ¿que pasa si podemos aprender a diferenciar CUANDO escuchar a nuestros instintos y cuando obtener mas información?

Pues bien. Gladwell en su libro Blink intenta, de una manera muy contundente, de responder estas preguntas y muchas otras respecto a como funciona el cerebro humano con respecto a este interesante tema de la toma de decisiones. Como ya lo hemos visto, en especial se centra en la diferencia entre decidir por instinto de una manera muy rápida y decidir racionalmente en base de la recopilación de mas datos y deliberación.

¿Cómo te sientes mas como decidiendo?