Lucidez mental

La mente es el filtro principal por el cual percibimos la realidad. La lucidez de nuestra mente en cualquier momento dado determina nuestra capacidad de interpretación de la realidad. Esto determina la calidad de nuestras vidas. Al final del día, lo único que podemos experimentar son nuestros pensamientos acerca de la realidad.

Todos hemos estado ahí. Después de una larga noche de estudio o de fiesta todo parece moverse a un ritmo diferente. Nos es difícil asimilar todo lo que ocurre a nuestro alrededor y nuestros pensamientos se mueven en cámara lenta. Incluso, nuestros reflejos y reacciones corporales se ven seriamente afectados. Nos encontramos en un pantano mental.

Algunos de los factores que afectan la lucidez mental son la falta de sueño, mala hidratación, carencia de alimentos, falta de ejercicio y altos niveles de estrés.

Si deseamos operar a altos niveles de desempeño es importante monitorear estos factores constantemente y hacer los cambios necesarios para mantener nuestra mente clara, enfocada y lúcida.

La meditación es el ayuno intermitente para la mente

Es fácil visualizar que cuando comemos demasiado, especialmente si comemos azucares, el cuerpo se siente y pone muy pesado. Cuando espaciamos las comidas, no comemos más de lo necesario y eliminamos comidas “pesadas” nos sentimos mucho mejor.

El ayuno intermitente le da al cuerpo un respiro, un descanso. Le permite desintoxicarse y deshacerse de todo el exceso de químicos que tiene acumulados. El cuerpo se empieza a reponer. Al practicar este tipo de dieta nos sentimos más livianos, más saludables. La salud en general del cuerpo empieza a mejorar. Algo muy similar ocurre con nuestros pensamientos. Ahora comparemos el mundo físico con el mental.

La meditación es el ayuno intermitente de la mente. Cuando estamos pensando todo el tiempo, especialmente cuando tenemos pensamientos negativos, también nos sentimos “pesados”. En el momento que el incesante torrente de pensamiento en nuestra mente se detiene, nos sentimos más livianos, más saludables.

Tomar 20 minutos cada día para detener el incansable diálogo interno de nuestra mente nos ayuda de una manera muy similar a la que nos ayuda espaciar el consumo de los alimentos. Nos ayuda a sentirnos más livianos, más saludables. La salud en general de la mente empieza a mejorar.

Triangulo de condición humana

Mente, cuerpo y alma. El triangulo de la condición humana. Un triangulo deja de ser triangulo en la ausencia de cualquiera de sus lados. Algo similar ocurre con la condición humana. Cuando uno de sus tres componentes se encuentra débil, los otros dos lo pueden cargar —durante un tiempo. Si dos de los tres componentes están flaqueando la situación es difícil pero, al igual que todo lo que tiene que ver con la naturaleza humana, mientras haya vida, hay esperanza.

Se puede entrar en tecnicismos, buscar definiciones e incluso calcular fórmulas para definir lo que es el triangulo de la condición humana. Tal vez esto pueda funcionar hasta cierto punto con el cuerpo, el componente físico. Con los otros dos componentes, la experiencia de cada persona es el único punto de referencia que se puede utilizar.

Todos los días, en todo segundo, cada persona está teniendo una experiencia de vida única que es construida sobre la base de su triangulo de condición humana. Si el triangulo es fuerte, la experiencia de vida es buena. Si el triangulo tiene alguna debilidad, la experiencia no será plena. Si el triangulo es disfuncional, la experiencia de vida será mala.

Reconocer los tres componentes del triangulo de condición humana y poder hacer un auto-análisis de cada uno de ellos es un ejercicio muy poderoso. Al momento que se reconoce que la vida que se tiene es producto directo de la fortaleza de cada uno de los lados de el triangulo, entonces se puede empezar a fortalecer uno a la vez.

Los tres componentes son diferentes y se deben trabajar por aparte. Cada uno de ellos necesita un cuidado especial. Al mismo tiempo, el triangulo no se puede separar. Tampoco, como ya lo dijimos, los componentes del triangulo se pueden circunscribir a definiciones o métricas numéricas. Lo único que nos queda es trabajar todos los días en nuestra mente, cuerpo y alma.

Desuso de cuerpo, mente y alma

Este mundo en el que vivimos está a favor del balance. Si algo se utiliza demasiado, se arruina. Si algo no se utiliza, también se arruina.

El caso del uso excesivo es muy natural y lo tenemos más presente. “Si hago demasiado ejercicio, me dolerá el cuerpo e incluso me puedo lesionar”. “Si revoluciono el carro hasta el máximo por mucho tiempo, puedo fundir el motor”. “Si trabajo demasiado tiempo seguido, me puedo quemar.”

El caso de el desuso es un poco más engañoso. Creo que puede ser derivado de lo arraigado que tenemos la idea de que la sobre-utilización causa daño pero creemos que no usar algo puede ser bueno. Es innegable, el descanso es necesario, es algo bueno. Pero el exceso de descanso o desuso puede ser muy dañino. Atrofia, debilita y deteriora.

Cuando una persona pierde movilidad por tiempo prolongado, sus músculos pierden fuerza y flexibilidad. Al recuperar movilidad el cuerpo se deberá rehabilitar. También se sabe que la mejor manera de prevenir el Alzheimer es mantener una mente activa y leer bastante. Una mente muy pasiva es más propensa a esta enfermedad. Cuando un carro no se usa en mucho tiempo, cuesta que arranque.

Todo esto me vino a la mente ayer que saqué un pantalón para ponerme. Para ser honesto no he usado pantalones de vestir durante toda la pandemia. Han sido meses desde que los he voteado a ver. Pueden ver la foto del pantalón arriba. Todos mis pantalones están igual.

La imagen del pantalón lleno de moho me invitó a pensar en el desuso de nuestra mente, cuerpo y alma. Pude, de manera muy clara, visualizar mi mente llena de moho igual que el pantalón. Y el interior de mi cuerpo. Y mi alma! No, no podemos dejar que esto nos suceda como seres humanos. Pandemia o no debemos usar para bien lo más preciado que tenemos: todo nuestro ser.

pd. Ya aprendí que un poco de vinagre ayuda a remover el moho de la ropa.

Mente o cuerpo? pruebas de quien realmente manda

Hace frío, es temprano en la mañana y está obscuro. Dijiste que ibas a salir a correr. En este momento el cuerpo está cómodo y no quiere salir. Empujas, usas tu fuerza de voluntad y finalmente sales.

Sientes el frío en las manos y en el resto del cuerpo. Igual, sigues adelante y empiezas a correr. Después de unos  2 kilómetros ya no sientes frío. ¿Por qué? Los latidos de tu corazón, tu respiración, etc. han naturalmente calentado tu cuerpo. Ya estás bien aunque no estás en tu cama. Tu cuerpo tiene la habilidad de mantenerte bien en condiciones que muchas veces no crees posibles.

Pero, quien causó todo esto. La mente y la decisión de salir. El cuerpo puede lograr cosas maravillosas, y en muchos casos, casi que milagrosas. Sin embargo, el cuerpo nunca las hará sin que la decisión sea tomada por la mente. Nuestra determinación lo es todo.

De igual manera sucede con el miedo. El miedo es una sensación visceral. Muchas veces tu cuerpo te grita con todas sus fuerzas que no hagas algo (como salir a correr en el frío) pero es tu mente la que debe tomar las riendas. Al igual que el cuerpo se caliente cuando corres en el frío, la sensación del miedo desaparece cuando te convences que estás haciendo lo correcto.

Así que tu vida puede ser controlada por tu cuerpo o por tu mente. Tu escoges. Mi experiencia es que mientras mas entiendo mis pensamiento y mis emociones, mejor control tengo sobre mi cuerpo y su constante necedad de estar cómodo. Esto me está dando mejores resultados!

La conexión mente – cuerpo y por qué no aplicamos todo lo que aprendemos

Durante años me ha dado vueltas en la cabeza la pregunta, si leo tanto y se tanto, ¿pr qué no tengo los resultados que quiero? Entiendo el material, lo puedo racionalizar y sin embargo, no lo aplico, lo aplico mal o simplemente evado hacer lo que tengo que hacer.

Este es un tema complicado en el cual seguro se puede profundizar mucho. Pero también se pueden lograr rescatar 3 ideas principales de por qué nos sucede esto.

  1. La mente no opera en el vació. Está conectada al  cuerpo. Puede ser que la mente logre comprender un texto, idea o concepto. También puede ser que aplicar lo aprendido requiera de vencer algún temor o reacción emocional que se manifiesta en el cuerpo. Si la emoción no le permite a la mente actuar, de nada sirve el conocimiento.
  2. No queremos pagar el precio que cuesta lograr algo. Tenemos el conocimiento y tenemos muy presente la ilusión de lograr el resultado y obtener lo que queremos. Luego llega la el momento de ejecutar y encontramos dificultades. El precio de dejar la comodidad para hacer lo que sabemos que tenemos que hacer es mayor que los deseos de cumplir el objetivo. De nada sirve el conocimiento.
  3. Miedo a fracasar. Esta idea es un subset de lo que mencioné en el punto 1. Desde pequeños se burlan de nosotros por equivocarnos, nos regañan si fallamos y hasta “perdemos un año” de colegio si los fallos son suficientes. Esto crea una reacción emocional muy fuerte en contra de intentar cosas nuevas. Podemos aprender mucho pero si tenemos miedo de aplicarlo en síntesis para descubrir cosas nuevas, de nada sirve el conocimiento.