Volver a lo mismo, estoy enojado

Por momentos creo que todas las oportunidades de aprendizaje que tan caro pagamos con la destrucción y muerte que trajo consigo el COVID se están tirando la basura. Estoy enojado, sí.

Con esta crítica no me refiero a que se estén dejando de practicar las normas de distanciamiento social. Acostumbrarse a lavar las manos no es un gran aprendizaje, eso no me molesta tanto. Me refiero a lo rápido que pareciera que estamos regresando a tantos ineficientes patrones de comportamiento de pre-pandemia que finalmente estaban empezando a cambiar.

Como emprendedor lo que más me duele es ver como tantas empresas están decidiendo, a pesar que sus giros de negocio no lo requieren, forzar a sus colaboradores a regresar a los mismos horarios y procesos presenciales de trabajo. A estas alturas del partido creo que ya tenemos suficientes datos para respaldar que el modelo híbrido funcionó bien para un gran porcentaje de empresas. Entonces, ¿por qué la insistencia de volver exactamente al antiguo modelo sin siquiera aplicar algunos de los aprendizajes que todas esas horas de encierro nos enseñaron?

Al día de hoy hay muchos libros, podcasts, Webinars y experiencias de miles de personas y empresas que nos pueden ayudar a modernizarnos. También tenemos nuestras mismas experiencias de las cuales debemos aprender.

Nadie quiere estar enfrente de zoom 24/7, lo entiendo. Pero con un poco de compromiso de gerencia se pueden diseñar modelos híbridos que pueden funcionar en casi cualquier empresa.

Ya es hora de dejar el pasado atrás y seguir avanzando. Por favor, dejemos las maneras de hacer las cosas que no nos aportan atrás y enfrentemos el reto de seguir avanzando. No dejemos que las ganas de sentirnos cómodos en nuestra zona de confort nos amarren a procesos y prácticas que son ineficientes y hoy ya son anticuadas. Nuestro deber como emprendedores es guiar al mundo hacia el futuro y si ni siquiera lo podemos hacer con nuestra propia manera de operar, ¿cómo pretendemos poderlo hacer con nuestros clientes dependen de nosotros para lograrlo?

Se cierre o no, hay tanto que agradecer

Viendo mi feed de Twitter puedo percibir la ansiedad colectiva despertar en Guatemala. Hay fuertes rumores de que se avecina otro cierre del país debido al crecimiento de casos de Covid-19. La ansiedad es justificable. Muchos negocios sufrirán grandes pérdidas si este fuera el caso.

Al mismo tiempo, hoy por la tarde nos enteramos que la señora que nos ayuda con la limpieza en la casa dio positivo de Covid-19 (no hemos tenido contacto en ella en semanas). Aproximadamente ya lleva una semana enferma y hoy que finalmente se le pudo diagnosticar ya está en un punto en el cual necesita oxígeno. En dónde fue diagnosticada (no tengo idea en donde fue) le dieron unas pastillas, la mandaron a su casa y le recomendaron que consiguiera oxigeno. Cuando hablamos por teléfono con su hija no nos supo decir que medicina le habían dado. Solo sabía que era una.

Decidimos llamar a la farmacia y pedir un kit completo de medicinas para tratar la enfermedad y hacérselo llegar de inmediato. No puedo dejar de pensar que pedir esa bolsa fue tan fácil para nosotros mientras que para ella simplemente era algo imposible de hacer. Realmente espero con todo mi corazón que los medicamentos que iban en esa bolsa aún puedan hacer la diferencia entre la vida y la muerte.

Ahora a las 9:00pm hay cadena nacional y todos nos enteraremos de las nuevas disposiciones. Se cierre el país o no, los invito a detenerse un momento y no olvidar que hay tanto que agradecer.

Entender nuevos procesos, pruebas de COVID en Estados Unidos

Es fácil ejecutar un proceso cuando se está familiarizado con él. En el momento que el proceso cambia el esfuerzo cognitivo y emocional que se requiere para adaptarse es grande, muy grande.

Esta es precisamente la situación en que estoy ahora. ¿Cuál es el proceso que ha cambiado? La generación de documentos de viaje internacionales. Hasta la última vez que viajé, el proceso de requerimientos de viaje había cambiado muy poco. Sí, los pases de abordar se movieron de ser impresos a estar en el teléfono pero fuera de eso muy poco había cambiado. Hasta ahora.

En estos últimos días he estado dedicando una buena parte de mi tiempo a encontrar un lugar para generar el nuevo documento que está de moda para poder viajar, la prueba del COVID. Para poder salir de Guatemala hacia Estados Unidos el proceso fue fácil. Ahora que estoy por regresar parece ser que está un poco más complicada la cosa.

En realidad no hay mucha complejidad pero en Estado Unidos hay varias cosas que cambian. Para empezar casi todos los formularios para solicitar las pruebas requieren información de seguro y el costo sin seguro de la pruebas no queda claro (aunque aparenta ser bastante caro). Luego, el tipo de pruebas que muchos lugares ofrecen no son las que se aceptan para entrar a Guatemala. En fin, espero ya mañana terminar de entender este nuevo proceso y poder tener todo listo para regresar a Guatemala.

Entender nuevos procesos es cansado.

Una carta en pro del futuro de nuestra nación (no cerremos los colegios)

Sé que cuando un gobierno toma decisiones que no son populares se generan muchas publicaciones en su contra por medio de las redes sociales. La gran mayoría de estas publicaciones son acusadoras, divisivas y muchas veces cruzan la línea para convertirse en insultos denigrantes.

No creo que este comportamiento sea correcto. Tampoco lo apoyo de ninguna manera. Aunque parezca difícil de creer, hay otras maneras de encontrar soluciones. Espero que este post sea un testamento a que aún cuando hay desacuerdo pero HAY EDUCACIÓN, se puede trabajar en conjunto para encontrar una mejor solución.

Afortunadamente he tenido la oportunidad y privilegio de recibir una educación constante durante toda mi vida. En este momento quiero recurrir a todo el aprendizaje que he tenido para solicitar de una manera cordial y asertiva a nuestro gobierno que en este decisivo momento priorice la educación. No cerremos los colegios si no es necesario.

Como emprendedor sé lo difícil que es dirigir una organización y tomar decisiones que afectan a otras personas. Sé lo difícil que es tomar la responsabilidad cuando hay mucho en juego. También sé que si el presente no se balancea con el futuro, tarde o temprano habrán problemas. Pero también sé que siempre hay una solución, incluso a aquellos problemas que parecen insuperables. Requiere de trabajo, apertura, humildad y mucha colaboración. Mientras estemos vivos siempre se puede resolver.

Estamos en un momento en el que la ciencia, afortunadamente, nos ha dado una vacuna. Lamentable ésta aún no ha sido distribuida masivamente en nuestro país. Al mismo tiempo, gracias al incansable trabajo de miles de científicos y educadores ya tenemos guías muy confiables de cómo mitigar la propagación del COVID en los colegios. Ya sabemos bastante acerca de cómo se comporta el virus.

Lo que aún no conocemos con certeza es el efecto que el confinamiento, aislamiento y falta de interacción social está teniendo en las personas que nos ha tocado vivir esta pandemia. Especialmente no sabemos cómo está afectando a los niños y adolescentes. En este momento tan solo podemos especular pero el panorama no es para nada alentador.

Compartiendo mi experiencia personal, les puedo decir que a pesar de todos los privilegios que mi hijo tiene (no me puedo imaginar lo que están atravesando otras familias con menos recursos que nosotros), su bienestar psicológico se ha visto seriamente comprometido durante este último año. ¿Cómo lo sé? Él ha tenido la oportunidad de asistir en un modelo híbrido al colegio durante los últimos dos meses y su comportamiento, patrones de sueño y bienestar en general han mejorado dramáticamente. No se necesita ser un experto para ver cuándo un niño entra y sale de una “niñez” normal. Con el regreso a clases lo vi, en cuestión de días, transformarse en otra persona. Una persona más completa, plena y llena de vida. Incluso, una persona más humana.

Señores del gobierno de Guatemala, el desarrollo integral y bienestar de las personas debe ser prioritario. Especialmente el de los niños, son nuestro futuro. Los exhorto a actuar de acuerdo. Les comparto mis pensamientos.

No tengo duda alguna de que estamos a las puertas de un posible rebrote. La semana que viene es Semana Santa. Debemos pensar, cuál va a ser nuestra prioridad, ¿Paseo y vacaciones o el bienestar y desarrollo a largo plazo de los niños guatemaltecos? Pareciese ser, al menos desde donde yo estoy viendo, que la decisión tomada hoy prioriza el paseo y las vacaciones. De lo contrario se hubiera procedido a tomar medidas de contención “turística” y no el cierre de los colegios en donde, hasta donde yo sé, ha habido pocos problemas y mucha recuperación psicológica.

El otro tema que quisiera resaltar es el ritmo de la distribución de la vacuna. Sin conocer la interioridades ni la logística, estoy convencido de que se pueden lograr mucho mejores resultados y que se debiera redoblar el esfuerzo para que nuestros maestros en todo el país puedan ser vacunados cuanto antes. Ante mis ojos, ellos son los guías de la Guatemala del futuro y eso los convierte también en trabajadores de “primera línea”. Hagámosles llegar la vacuna lo antes posible.

Señores del gobierno, hoy estamos ante una situación compleja. Creo que la única manera de salir adelante es tomar el camino difícil y defender el futuro de nuestra nación, luchar por el bienestar de nuestros niños. Como lo he dejado claro, no estoy de acuerdo con las medidas que se tomaron hoy y pretendo manifestar mi desacuerdo de una manera pacífica y EDUCADA. Creo que están respondiendo a prioridades equivocadas. También creo que hay muchas opciones de resguardar la salud de los guatemaltecos y permitir al mismo tiempo un modelo híbrido de clases presenciales. Les pido, al igual que otros miles de padres y madres guatemaltecos, que dediquen un poco más de tiempo a evaluar las posibles soluciones que tienen a la mano y actúen de una manera coherente con el bienestar de nuestros niños. La Guatemala de hoy y la del mañana se lo agradecerán por siempre.

Los emprendedores son inspiración

Siempre he sido de la opinión que los emprendedores son las piedras angulares de nuestra civilización. ¿A dónde iríamos a comer o en dónde estudiarán nuestra hijos sin ellos? ¿Quienes desarrollarían los medicamentos que nos mantienen vivos y quienes harían los vehículos que nos llevan de acá para allá si no ellos? ¿Quienes entrenarían a los atletas del futuro si ellos no creyeran en luchar por mantener el amor por el deporte vivo?

Sin los riesgos que ellos toman todos los días, la gran mayoría de empleos que sirven de sustento para millones de familias, desaparecerían. El progreso en el mundo se detendría y nuestra calidad de vida no estaría ni cerca de lo que hoy es.

Y mi admiración hacia los emprendedores solo ha crecido en estos últimos meses de reactivación económica. Es realmente inspirador ver como muchos de ellos van encontrado la manera de salir de un abismo sin fondo que fácilmente haría temblar al mas valiente de los caballeros de la mesa redonda.

No se detengan. Sigan adelante. No importa en que industria estén —música, hospitalidad, restaurantes, deporte, o lo que sea—, sepan que el mundo los necesita y su valentía y esfuerzo serán recompensados a su debido tiempo. Están haciendo lo imposible y son una inspiración para los millones de personas que nos beneficiamos de su trabajo. Gracias por inspirarnos!

Hay más enfermedades

Este último año ha sido dominado por la narrativa del COVID. La cobertura mediática, las restricciones de movilidad y la muerte de tantas personas ha hecho que este virus sea el líder de “top of mind” de las enfermedades.

No importa que anomalía pueda uno experimentar en el cuerpo, el primer pensamiento que salta casi que de reflejo es “tengo COVID”. Por ahí escuché a un amigo decir “ya todos tuvimos COVID, al menos en la mente”. Es muy cierto.

Pero hay otras enfermedades que el cuerpo y nuestros sistemas inmunes deben combatir. La comida nos cae mal y nos podemos intoxicar, nos puede dar una gripe común o podemos experimentar un dolor de cabeza. Estadísticamente no se cual sea la probabilidad de que la siguiente enfermedad que una persona contraiga sea COVID pero me imagino que es relativamente baja.

No quiero decir con esto que las medidas de precaución y el nivel de alerta con que nos debemos comportar deben disminuir. Para nada. El COVID es real y nos tenemos que cuidar. Lo único que estoy diciendo es que hay otras enfermedades y eso que estás sintiendo en tu cuerpo puede ser algo que no sea COVID. Hay más enfermedades.

Algo que cuidar al tomarle la temperatura a un niño

El día de ayer le tomamos la temperatura por primera vez en mucho tiempo a nuestro hijo. Utilizamos un termómetro digital en el área de la frente. El resultado: 38.9 grados. Esto se considera como una fiebre y dada la situación de pandemia decidimos seguir monitoreando la temperatura.

La siguiente vez que tomamos la temperatura un resultado de 37.5. Muy extraño el cambio tan repentino. Luego 38.6, 37.2, 38.7. Todo esto sin administrar medicina ni poder ver un mayor cambio evidente en él. No mostraba síntomas de nada relacionado con fiebre o COVID-19. Tampoco se quejó de sentirse mal.

Después de estar monitoreando durante dos días mi esposa encontró un patrón! Cuando nuestro hijo tenía la frente cubierta con pelo (por la misma pandemia está super peludo), la temperatura era alta. Al tener el pelo hacía atrás y la frente descubierta, la temperatura bajaba hasta 2 o más grados.

Ninguno de nosotros dos es médico y esto no es un consejo profesional. Solo es nuestra experiencia. A nuestra manera de verlo tiene mucho sentido. Una de las funciones principales de el pelo es mantener el calor corporal. Si la frente está cubierta con pelos, puede ser que el termómetros detecte una temperatura más alta.

Así que si están utilizando un termómetro digital y ven variaciones extrañas en la temperatura de un niño(a) con pelo largo, dejen la frente al descubierto de pelo por unos 10 minutos y vuelvan a intentar.

Les dejo un texto extraído de la página de Braun quien fábrica el termómetro que tenemos:

“Hair can insulate the forehead and make it slightly warmer. Make sure to move hair away from the forehead and wait 10 minutes before taking a measurement.”

Braun Healthcare

Un momento para sanar

Un pasatiempo que sabe aliviar el corazón. Un grupo de amigos y el sonido de la risa de los niños bañándose bajo el sol. La mañana hoy empieza muy temprano y la ilusión de volver a jugar beisbol se despierta en el corazón.

Pareciera ser que no ha sido tanto tiempo. Todo vuelve a sentirse tan normal. Los meses que hemos pasado esperando este momento desaparecen en un instante al escuchar el añorado “Playball!”. Al igual que la plática con un viejo amigo con el que no te has visto en años, todo se siente tan natural. Acá es donde debemos estar.

Hoy tuvimos un momento para reponer. Fue un momento para sanar. Cada uno de nosotros ha hecho lo que le ha tocado hacer. Nos ha tocado vivir tiempos difíciles que sin duda alguna no están por terminar. Pero si algo pudimos recordar hoy es que el beisbol no se ha olvidado ni de nosotros ni de nuestros hijos. Hoy recordamos lo que es salir al aire libre y respirar felicidad. Hoy recordamos lo que es jugar beisbol!

Diferentes posturas en la transición fuera de la pandemia

Mientras el mundo sigue su inevitable camino hacia la transición fuera de la pandemia, nuestra fibra social está por ser puesta a prueba.

El proceso de transición estará fundamentado en la libertad del individuo. Con esto quiero decir que conforme las autoridades en cada país restauren más libertades, la responsabilidad de cada persona será mayor. Que exista la libertad de hacer algo NO quiere decir que exista una obligación de TENERLO que hacer.

Y es sobre este punto que nos estaremos poniendo a prueba. Algunas personas se sentirán cómodas enviando a sus hijos al colegio, otras no. Algunos querrán ir a los cines, otros no. Algunos harán fiestas, otros no. Algunos viajarán, otros no. Algunos visitarán a sus familiares, otros no. Cada persona tendrá su propia postura sobre qué considera adecuado hacer y que no.

Desafortunadamente con esta situación, no habrán respuestas correctas. Cómo se puede ver en el párrafo anterior, cada persona tiene la libertad de participar en las actividades que considere apropiadas. No hay “bueno” y no hay “malo”.

Cada quien seguirá su propio camino y se le debe respetar. No importa cuánto miedo sintamos o que tan en desacuerdo estemos, la postura correcta debe ser no querer imponer nuestra manera de ver las cosas sobre los demás. La libertad de decidir en qué actividades se desea participar no da el derecho de decidir por otras personas en que debieran o no participar ellos.

Una aclaración final. Con cada decisión, sea cual sea, se debe considerar siempre la salud de las personas con las que se pudiera estar en contacto. La libertad debe ser respaldada por la responsabilidad de seguir los protocolos de seguridad necesarios para cuidar la salud del grupo. En ningún momento estoy abogando por irresponsabilidad.

Incentivos y resultados (Vacuna COVID-19)

Un incentivo es aquello que motiva a una persona. Un resultado es un cambio que se da en el mundo externo. Uno no necesariamente lleva al otro. Un resultado puede ser logrado gracias a cualquier cantidad de diferentes incentivos.

Viene a la mente la carrera por el desarrollo de la vacuna en contra del COVID-19. ¿El resultado? Crear una vacuna para combatir la enfermedad. ¿Algunos posibles incentivos? Generar un gran ingreso monetario para la empresa que lo logre primero, salvar millones de vidas, lograr regresar al mundo a algún tipo de “normalidad”, reconocimiento dentro de la comunidad científica, etc.

Se hace obvio que aunque el resultado se cumpla, la manera en que se cumpla será muy distinta en base al incentivo que esté motivando el esfuerzo. El equipo que esté motivado por salvar millones de vidas muy probablemente correrá pruebas más exhaustivas que el equipo que está buscando principalmente ingresos monetarios. De igual manera, los resultados financieros probablemente llevarán a que el resultados se logré más rápido. Un incentivo no es mejor que el otro, tan solo son diferentes.

Y es por este tipo de discrepancias que se necesitan, para ciertos tipos de industrias y proyectos, entes reguladores. Esto es especialmente importante en el ámbito de la medicina y la salud. Es importante que alguien esté velando que se sostenga de alguna manera “ética” el interés de la mayor cantidad de personas posibles.

Pero incluso la presencia de un ente regulador, ya sea en el ámbito médico, tecnológico, gubernamental, etc., también se está regido por la ley de los incentivos. Toda regulación también está sujeta a obedecer a algún tipo de incentivo. ¿Por qué se debe regular hacia un lado o hacia el otro? ¿Qué valores debe defender el ente regulador? Los intereses por los que se debe velar, ¿a qué grupo de personas pertenecen?

Mas allá de basar las decisiones en resultados únicamente, es elemental entender los incentivos que motivan a la personas que están detrás de los logros. Esto siempre ayuda a hacer una evaluación más objetiva de la situación. Identificar y entender los incentivos revela mucho acerca de por qué algo es como es.

Finalmente, no está de mas evaluar los incentivos que cada uno de nosotros tiene. Volviendo al ejemplo de la vacuna del COVID-19 es importante hacerse las preguntas necesarias para entender el incentivo detrás de aplicarte la vacuna o no cuando el momento sea correcto. ¿Por que te la pondrías o por qué no?