Siempre habrá algo mejor

Es indudable. No importa qué sea lo que estemos evaluando, siempre habrá algo mejor. Ya sea que estemos evaluando nuestro rendimiento, la calidad de nuestro carro, la modernidad de nuestra computadora o nuestros resultados, la realidad es que si nos comparamos contra el futuro, siempre habrá algo mejor.

Claramente esta no es un receta efectiva para encontrar felicidad. Después de todo, si constantemente estamos evaluando todo contra “lo que pudiera ser” nunca estaremos satisfechos. Siempre habrá algo que haga falta. Esta no es una manera sana de vivir.

Se me ocurre que una manera más efectiva de vivir puede ser estar constantemente evaluando lo que hoy somos contra lo que alguna vez fuimos. Si hoy evalúo lo que sé hoy contra lo que sabía hace 10 años obviamente me sentiré bien al ver todo el progreso que he realizado. Si comparo el carro que hoy tengo contra el primer carro que pude comprar la diferencia es abismal. Etc., etc.

La realidad es que siempre habrá algo mejor. Lo único que podemos hacer es dejar de mantenernos atados a esa sensación de carencia por no tenerlo y empezar a sentir una profunda gratitud de haber podido llegar hasta donde estamos hoy. En el momento que enfocamos nuestra atención en lo mucho que ya hemos logrado y nos dejamos de enfocar en lo que aún no tenemos nuestra experiencia cambia y liberamos energía infinita que nos permitirá hacer el trabajo necesario para llegar al siguiente nivel.

Sí, siempre habrá algo mejor y si hoy hacemos lo que nos toca hacer, mañana nosotros también seremos mejores.

La prisión que no se puede ver

La palabra prisión convoca muchas imágenes. Puede ser que un persona al escuchar esta palabra visualice a una pantera rondando en una jaula en el zoológico. Otra persona puede imaginarse a Martin Luther King Jr. o a Gandhi escribiendo en su celda. Alguien más puede pensar en Malcolm X. Y otra persona más puede derramar una lágrima al recordar a un ser querido que está tras las rejas.

Todas estas imágenes son fáciles de visualizar. Son muy poderosas. Generan emociones muy fuertes. No conozco a nadie que no le tema a estar en prisión. La idea de perder nuestra libertad es aterradora. Visualizar un prisión no es difícil pero aún así la prisión más maquiavélica de todas, en la que todos estamos prisioneros, simplemente no es visible.

Estoy hablando de la prisión que creamos para nosotros mismos adentro de nuestras cabezas. Las paredes de esta prisión están construidas por nuestros miedos. Estos miedos determinan, al igual que las paredes físicas de las prisiones que ya les mencioné, hasta donde podemos ir.

Si alguno de ustedes no cree en que esta poderosa y sofocante prisión existe tan solo debe pensar en alguien que le tiene miedo a las alturas. ¿Qué tan arriba puede llegar en una escalera? O en alguien que le tiene miedo a hablar en público. ¿Qué tan lejos podrá llevar sus sueños?

Sí, la prisión invisible construida con nuestros miedos es real y está adentro de nuestra cabeza. La buena noticia es que nosotros la creamos y por ende nosotros mismos la podemos destruir.

Construir nuevas habilidades

El tiempo pasa y nuestros roles cambian. Lo que hoy nos toca hacer definitivamente no es igual a lo que nos tocaba hacer hace tan solo unos cuantos años. Claro está que esto aplica a cada una de las diferentes áreas de nuestras vidas: familia, personal, profesional, hobbies, etc.

Definitivamente que lo que nos trajo hasta acá no nos va a llevar para allá. Lo que en épocas pasadas nos funcionó ya no nos funcionará ahora. El mundo esta en constante crecimiento y si hemos hecho bien las cosas lo que ahora nos toca hacer es más complejo que lo que anteriormente hacíamos. Es así como nos damos cuenta que estamos avanzando —con cada paso que damos se nos exige un poco más.

Cuando alguien empieza a correr se le pide que corra 200 metros y que descanse 100. Luego, después de un poco de entreno se le pide que corra 500 y que descanse 100. Después de varios meses de esto la persona podrá correr 10 kilómetros sin parar. Si esta persona quiere correr una media maratón o quiere correr los 10 kilómetros en menos de una hora el entreno sin duda alguna será otro. Será más difícil, más complejo porque la meta es más grande y la persona ya ha avanzado. Que el entreno le exija más es la evidencia de que ha progresado al punto en que ya puede correr 10 kilómetros sin parar.

Lo mismo ocurre en todo lo que hacemos en la vida. Primero desarrollamos la habilidad de sumar 2 2. Años después aprendemos a derivar y hacer integrales. Primero fundamos una empresa con un amigo y cableamos un par de redes. Años después lideramos un equipo de personas altamente calificadas que están convirtiendo los chats de miles de empresas en puntos de venta digitales.

Cada paso hacia adelante requiere que aprendamos nuevas habilidades. Si no estamos aprendiendo no estamos avanzando y esto es muy peligroso porque no avanzar es cómodo y si no tenemos cuidado puede ser adictivo. Así que hoy te recomiendo que te preguntes, ¿que nuevas habilidades he aprendido en los últimos 3 meses? Si la respuesta es ninguna es hora de despertar y aprender algo nuevo para poder seguir creciendo.

El que busca encuentra

La persona que quiere ver problemas, encontrará problemas. La persona que quiere ver soluciones encontrará soluciones. No importa que estén viendo la misma situación, cada una de ellas obtendrá lo que está buscando.

La mente humana es extremadamente poderosa y cuando se enfoca no hay fuerza en este universo que pueda con ella. Cuando una persona se enfoca en encontrar una solución la encuentra, y lo mismo ocurre cuando se enfoca en encontrar problema.

Por ahí dicen que la actitud lo es todo. Creo que a lo que este dicho se refiere es qué el comportamiento de una persona está 100% determinado por aquello en lo que decide enfocarse. Nos gusta llamarle buena actitud a lo que hacen las personas que se enfocan en cosas positivas. Bueno, y la mala actitud, pues ustedes ya saben…

Cuando estamos buscando algo nos enfocamos. Y cuando nos enfocamos en algo lo logramos. No me cabe la más mínima duda. ¿Quieres cambiar tu vida? Empieza a buscar otras cosas porque el que busca encuentra.

El único paso que importa es el siguiente que debes tomar

Hay silencio a tu alrededor. Los pensamientos corren a mil por hora. Hay tanto que hacer que ni siquiera se te ocurre por donde empezar. El aire es pesado y sientes que la carga te va a sofocar. Mejor toma un respiro profundo y recuerda que el único paso que importa es el siguiente que debes tomar.

Te preocupa una situación que pudiera ocurrir dentro de 6 meses. Durante todo este tiempo te ha resultado imposible diseñar un plan maestro, perfectamente estructurado, que te ayude a prevenir ese desenlace fatídico que no puedes dejar de visualizar. Pues te digo, no lo tienes que resolver todo hoy. Tómalo un paso a la vez. Después de todo, el único paso que importa es el siguiente que debes tomar.

Tu corazón corre aunque lo único que estás haciendo es estar sentado en una silla viendo como tu computadora se traga cada minuto de tu vida. Sin duda alguna pudieras estar más tranquilo, pudieras estar haciendo algo para mejorar tu situación. Pero una vez más has decidido enredarte en un laberinto de infinitas alternativas que hoy no te sirven para nada. Te quieres comer todo el pastel antes de siquiera haberlo sacado de la caja. Esto no te conviene, ya deja de hacerlo. Pon el pastel de regreso en la caja y recuerda que el único paso que importa es el siguiente que debes tomar.

Si yo cambio, todo cambia (The Matrix 15 años después)

Hoy volví a ver The Matrix por primera vez en por lo menos 15 años. Algo que estoy apreciando bastante es que la vi con mi hijo Christian quien está por cumplir 12 años. Finalmente coordinamos para tener un poco de tiempo juntos y sentarnos a ver este clásico de ciencia ficción. Verla con él me dio el incentivo de estar más enfocado y así poder irle ayudando a entender las partes más complejas de la película.

Aunque no había visto The Matrix en más de 15 años esta es un película que he visto por lo menos unas 30 veces. Mi impresión era que a estas alturas ya no había nada nuevo que descubrir. ¿O sí?

La experiencia que recién tuve viendo la película, mi interpretación de la historia y diálogos al igual que el significado que le di a la escenas principales (“There is no spoon”) fueron totalmente nuevas. Casi que les podría decir que hoy NO vi una película de ciencia ficción, hoy vi una documental.

Claro que la película no ha cambiado, el que ha cambiado soy yo. ¡Y qué adecuado es estar escribiendo esto! El tema central de la película es que la percepción lo es todo. Vaya que esto es algo sobre lo que he estado pensando, escribiendo y aprendiendo todo lo que puedo.

Hoy no vi una loca historía sobre un posible futuro desastroso en el cual los seres humanos pasan a ser solo baterías para las máquinas. Hoy vi una profunda reflexión acerca de la condición humana y cómo nuestros pensamientos definen nuestras vidas. Hoy vi una compasiva historia acerca de cómo cada uno de nosotros es prisionero de sus miedos y falsas creencias. Hoy vi una invitación a ser valientes y escoger la píldora roja. Hoy recordé que la realidad, por difícil que sea, siempre será infinitamente mejor que la fantasía en la que todos estamos perdidos. Hoy entendí que la liberación final de todos nuestros sufrimientos está adentro de nosotros.

Nuestra experiencia de vida será lo que queremos que sea. No hay duda de esto. Si queremos tomar la píldora azul y evitar la realidad está bien. Claro que esto tendrá sus consecuencias (¿Recuerdan a Cypher?). También podemos escoger la píldora roja, despertar y afrontar la realidad. Esta es la única manera de poder influenciar el mundo que nos rodea, estando en contacto directo con él.

Si queremos cambiar nuestra realidad y moldearla a nuestra voluntad debemos tratarla como un cuchara de plata y recordar esa frase que hoy me dejó sin aliento. “No trates de doblar la cuchara. Eso no se puede hacer. Lo que debes recordar siempre es la verdad: Que en realidad la cuchara no existe.”

El miedo de saber para a donde ir

Antes de empezar a caminar es importante saber hacia a dónde se quiere ir. Caminar sin rumbo, al igual que las hojas que el viento sopla en otoño, no es para lo que los seres humanos fueron creados.

Todos, absolutamente todos, tienen la libertad de trazar el camino que quieren seguir en sus vidas. Nadie tiene por qué enfrentar un destino predeterminado —tal cosa no existe. Nada está escrito y aunque tanta libertad puede ser aterradora es precisamente ahí, en el infinito mar de opciones, en donde la esencia de la vida se puede encontrar.

Saber para a dónde ir necesariamente implica decidir. Ante todos los posibles caminos se deberá elegir uno y todos los demás serán descartados. Sí, ahí está una vez más el miedo de tomar una mala decisión. Pero, ¿Qué es preferible? ¿Terminar en un lugar al azar o vencer el miedo de decidir hacia dónde se quiere ir?

Los buenos hábitos también compiten por nuestro tiempo

De vez en cuando logramos incorporar un buen hábito a nuestra rutina diaria. A lo mejor empezamos a correr o a leer un buen libro todos los días. Tal vez empezamos a tomar más agua o decidimos preparar comida casera en lugar de ordenar comida chatarra. No importa que sean, todos estos buenos hábitos requieren tiempo.

Empezar a hacer algo nuevo siempre requiere que dejemos de hacer algo que ya hacíamos. En algunos casos lo que dejamos de hacer es holgazanear. La cosa es que conforme vamos avanzando en el camino del crecimiento personal incluso los bueno hábitos empiezan a competir por nuestro tiempo.

Por ejemplo, hoy en la mañana estaba leyendo. Leer es algo que recientemente me he tomado muy en serio y le estoy dedicando bastante tiempo todas las mañanas. De repente vi la hora y me di cuenta que si quería completar mi entreno de hoy (me estoy preparando para correr una media maratón en octubre) tenía que salir a correr de inmediato.

Unos veinticinco minutos después, ya adentrado en mi carrera, empecé a pensar en qué debería hacer en un par de semanas cuando mis entrenos sean más largos y requieran de más tiempo. Se me hizo obvio que tendría que salir más temprano para poderlos completar. Pero entonces no podría leer todo lo que estoy leyendo ahora. Así que resulta que si leo el tiempo que quiero no puedo correr todos los kilómetros que quiero y si corro todo lo que quiero entonces no puedo leer. Bueno, ¿Entonces qué queda? Pues si quiero completar mis entrenos o me tengo que levantar más temprano o tengo que leer menos.

A veces pensamos que la solución para tener una mejor vida es agregar todos los buenos hábitos que podamos encontrar. Y sí, agregar buenos hábitos a nuestras vidas es algo muy bueno. Hoy tan solo estoy acá para decirles que los buenos hábitos también compiten por nuestro tiempo y llegará el momento en que también competirán entre ellos. Definitivamente vivimos en un mundo en el cual hay que aprender a priorizar, incluso los buenos hábitos que le dan forma a nuestras vidas.

Antes de poder alcanzar cualquier meta hay que estar dispuestos…

La mayoría de personas alcanzan sus metas solo después de que están dispuestas a hacer lo que haga falta para lograrlas. ¿Por qué es esto? Porque para cumplir la mayoría de metas se requiere sobrepasar obstáculos, algo que por naturaleza requiere de convicción, es decir, esa fortaleza interna que permite a los seres humanos no darse por vencidos hasta lograr su cometido.

Todos los grandes logros de la humanidad tienen como origen un breve instante en el cual alguien, en algún lugar, tomó la decisión de terminar el trabajo sin importar que adversidades pudieran surgir en el camino. En ese momento decisivo, al inicio del camino, créanlo o no, es cuando ocurre toda la magia. El resto del camino es extremadamente importante pero es una travesía que es imposible de recorrer si no se tiene una sólida convicción desde el inicio.

Todos hemos estado ahí. Mañana, muy temprano, tenemos una reunión muy importante. Ponemos el despertador y desde el momento en que nos acostamos sabemos (estamos convencidos) de que en el segundo en qué suene el despertador nos vamos a levantar. Ahora bien, usualmente esto no funciona así cuando ponemos el despertador para hacer ejercicio el fin de semana. A veces nos despertamos y a veces no. ¿Por qué? Porque la mayoría de veces cuando nos vamos a acostar no estamos 100% convencidos de que nos vamos a levantar independientemente de cómo nos sintamos cuando suene el despertador.

Este trivial ejemplo ejemplifica el poder de la convicción, de ese casi olvidado arte de estar dispuestos a terminar el trabajo. En realidad no importa el tamaño de la meta que se esté persiguiendo. Todo empieza con la disposición de hacer lo que se requiera. Si un ser humano está convencido de que puede hacer algo, usualmente lo logra.

Conversaciones que cambian vidas

Hoy por la mañana tuve una larga conversación con una gran amiga. Esta amiga es una de esas personas que inspiran a cualquiera con tan solo dirigirle un par de palabras. Es una guerrera que en todo momento mantiene su humildad y genuino interés por el bienestar de los demás. No tengo más palabras para describirles todo lo que ella es. Es casi sobrenatural.

¿Saben? De vez en cuando uno se topa a la persona correcta, en el momento adecuado y se tiene conversación que cambia todo en un instante. En estos casos no se necesita tener una agenda, una lista de cosas por hacer o un problema en particular que resolver. Todo lo que hace falta es tener las ganas de conectar con la otra persona y compartir. Realmente no se necesita de nada más.

Par mi las conversaciones son más que un intercambio de palabras. Son entendimiento, comprensión y una oportunidad de mostrar empatía. Una conversación profunda puede cambiar para siempre la vida de todos los participantes. Las conversaciones cambian el estado de ánimo y las perspectivas sobre las cuales construimos nuestras vidas.

A veces resulta muy difícil describir aquellas cosas que ocurren en nuestro interior pero en este caso lo voy a intentar.

En este momento siento un sentido de posibilidad casi infinito. Siento que puedo hacer cualquier cosa que me proponga. También creo que hay un valor infinito en muchas cosas que he venido haciendo con mi vida que hasta hace unas cuantas horas creía que eran una pérdida de tiempo. Siento que mi tiempo en esta tierra está valiendo la pena y que todo lo que hago, bueno y malo, es mío y me está ayudando construir la historia de mi vida.

Amigos, ese es el poder de las conversaciones.