Un poco de luz en medio del bosque (la historia del emprendedor perdido)

Definitivamente que emprender a veces se siente como estar perdido en medio de un bosque. Todos los posibles caminos parecen ser iguales. No hay una ruta clara que lleve hacia la salida. La luz es escasa y no se puede ver nada más allá de lo que se encuentra unos cuantos metros enfrente. Hay días en que simplemente no se sabe qué hacer.

Esta situación puede fácilmente generar ansiedad e incertidumbre en cualquiera. Es muy fácil entrar en un circulo vicioso de reacciones emocionales que nublan el pensamiento. Una cabeza nublada por la neblina de la ansiedad no puede tener claridad de pensamiento. La ausencia de claridad de pensamiento a su vez genera más ansiedad. Es la de nunca terminar.

Pero este ciclo, al igual que todos los demás ciclos de la mente humana, se puede detener. Tan solo hace falta interrumpir el patrón que se está corriendo. Muchas veces una simple pausa de unos cuantos minutos hace el truco. Otras veces se requiere de un poco más de tiempo y distancia para sacar la cabeza del agua. No importa qué sea, lo importante es romper el patrón que se está corriendo. Solo hay que dar ese primer paso.

Ahora, volviendo de regreso al bosque en el que a veces nos perdemos los emprendedores. Todo lo que hace falta para encontrar la salida es ver ese primer rayo de luz. Es todo lo que se necesita. No es necesario construir una autopista de 5 carriles que vaya directo hacia la salida.

Con poder ver un poco de luz en medio del bosque se puede empezar a construir, poco a poco, la vereda que un paso a la vez llegará hasta la salida. Eso es lo que hacen los buenos emprendedores. Toman un poco de luz y de alguna manera la transforman en un mundo mucho mejor para todos los demás.

Un mensaje claro es mejor

Par mi escribir es un hobby. Es un ejercicio diario que hago para aprender a comunicarme mejor. Escribir me ayuda a clarificar mis pensamientos, me ayuda a ordenar mis ideas y simplificar lo que quiero decir. ¿Qué obtengo de regreso por escribir todos los días? Pues aún no cobro por lo que escribo pero sí estoy empezando a construir mensajes más claros y concisos.

No importa si estamos teniendo una conversación personal, redactando un copy de marketing, preparando un pitch de ventas o pidiendo ayuda a un compañero, un mensaje claro siempre es mejor. Los beneficios de clarificar nuestros pensamientos son infinitos.

Es importante recordar que la única razón por la que un ser humano se comunica con otro es para tratar de poner una idea que tiene adentro de su cabeza adentro de la cabeza de la otra persona. He aquí la importancia de una comunicación clara y concisa. Es lo que nos permite que las otras personas puedan ver el mundo de una manera similar a la nuestra.

Para que otra persona pueda ver algo que está adentro de nuestra cabeza con unos lentes parecidos a los nuestros, lo primero que tiene que suceder es que nosotros debemos tener claros nuestros propios pensamientos. Si nosotros mismos no podemos clarificar nuestros propios pensamientos estamos perdidos. Luego nosotros debemos articular esos pensamientos de la manera más clara y concisa que nos sea posible. Solo al llegar acá estaremos en un punto en el cual tendremos la oportunidad de que la otra persona reciba nuestro mensaje y lo pueda reconstruir de una manera similar a lo que queríamos decir. De lo contrario, la comunicación fracasará.

Definitivamente que un mensaje claro es mejor.

Bajo un cielo lleno de estrellas (la historia de la camisa manchada)

Aún puedo recordar claramente cómo todo se desbarato en el día en que tuve una reunión“crucial” con un cliente muy importante. Ese día que quedó marcado en mi memoria para siempre, fue muy duro. Justo antes de llegar a la oficina en donde todo iba a salir de acuerdo a plan, manché mi camisa. Claro, la camisa tenia qué ser blanca.

Sin haber encontrado alguna otra opción, me tuve que presentar a la reunión con una gran mancha que no solo ensuciaba mi vestimenta, también ensuciaba mi auto imagen, mi autoestima y mi amor propio. Esta mancha fue suficiente para quitarme las ganas de vivir por al menos un par de días.

Exactamente no sé por qué hace una hora que estaba sentado frente al mar, viendo un precioso cielo lleno de estrellas, este recuerdo saltó con tanta claridad a mi mente. Creo que puede ser que ver tan de cerca la majestuosidad de la galaxia y el universo en que vivimos pone en perspectiva lo que son nuestras vidas. Acá estamos todos, parados sobre un pedazo de tierra que gira alrededor del espacio y tenemos la oportunidad de pasar un número infinitamente corto de años acá. Es maravilloso. Conectar con la infinita dimensión del cosmos nos ayuda a poner las cosas en perspectiva.

Esta sensación de asombro y pertenencia a algo tan grande me trajo este recuerdo a la mente por algo. Para recordarme de que no me debo de tomar las cosas tan en serio. Al final del día, todo pasará. Yo pasaré. Es un pensamiento tan liberador. Nunca más volveré a arruinar mi viaje bajo este bello cielo de estrellas solo porque vuelva a manchar otra camisa.

Miedo y claridad: El secreto para lograr mejores resultados en la empresa

Muchas personas tienen miedo de comprometerse al cumplimiento de metas y objetivos. Sin duda alguna este fenómeno es una epidemia muy esparcida en el mundo empresarial. El resultado: metas muy ambiguas y una falta de seguimiento que rinden resultados sub óptimos.

La buena noticia es que este es solo un caso más de confusión. El secreto para resolver el problema es entender por qué el compromiso a cumplir un objetivo le pudiera causar miedo a una persona. Para poder desenvolver eso es necesario antes entender que las personas sentimos miedo cuando nos falta información o hay algo que no sabemos. Entonces, ¿Por qué tantas personas sienten miedo de comprometerse a cumplir un objetivo? Simple, porque no tienen claridad y les falta información respecto a cualquier de las siguientes especificaciones del objetivo o el proceso de evaluación:

  • El objetivo no está claramente definido, por ende no saben que es lo que deben lograr.
  • No tienen claro cómo se ve el éxito una vez que cumplan el objetivo. Es decir, no tienen una visión clara que alcanzar.
  • No saben cómo serán evaluados.
  • No saben qué pasará si fallan.
  • No saben que pasará si tienen éxito.
  • No saben claramente cómo serán evaluados.
  • No entienden el proceso para presentar sus resultados.
  • No entienden la importancia relativa del objetivo contra el resto de sus responsabilidades.

Esta lista podría seguir y seguir. Pero por hoy la podemos dejar ahí y hacer énfasis en que si como líderes queremos inspirar a nuestros equipos a lograr los objetivos que la organización quiere alcanzar es muy importante ayudar a que nuestros equipos no tengan miedo de comprometerse a trabajar muy duro en ellos. ¿Y cómo hacemos esto? Siendo lo más claros y específicos que podamos para comunicar qué son los objetivos que queremos que logren y como estaremos evaluando el avance y los resultados de su trabajo.

Mantén el rumbo

Sucederán cosas inesperadas, el mundo seguirá su camino y en ese proceso te empujará en mil y una diferentes direcciones. No importa, asegúrate de mantener tu rumbo.

Una vez que sepas hacia donde quieres ir no dejes que nada te aleje de ello. Las circunstancias sin duda alguna cambiaran y tu voluntad se pondrá a prueba. Aférrate a tus sueños y mantén tu rumbo.

Sé que al igual que yo tendrás momentos de debilidad. Habrán caídas y dudas nacerán en el centro de tu corazón. Pero también sé que eres más fuerte que eso y que estas cosas no te desviaran de lo que realmente quieres lograr. No pares de luchar y, sobre todas las cosas, mantén tu rumbo.

No hay velero que llegue a puerto sin que de vez en cuando los vientos de la vida lo soplen lejos de su ruta trazada inicialmente. No hay velero que no se pierda en la neblina de la incertidumbre y la confusión. Pero también es cierto que no hay gran capitán que no pueda encontrar el camino correcto aunque sea en el más obscuro de los caminos. Chris, recuerda mantener el rumbo.

Los días más felices

Los días más felices son aquellos en los que podemos compartir con aquellos que son importantes para nosotros.

Los días más felices son productivos y terminan con un buen sueño que solo el cansancio nos puede regalar.

En los días más felices hay deporte y hay aprendizaje.

En los días más felices nos ponemos a prueba y superamos un reto que antes no habíamos podido superar.

Los días más felices son aquellos en los que podemos ayudar a alguien y en los que encontramos una solución que antes no habíamos podido ver.

Los días más felices también pueden tener desilusión y estar llenos de dolor. Realmente no importa porque los días más felices son todos aquellos días en los que decidimos ser felices sin restricción.

Los días más felices nunca están contados y de hecho no tienen nada que ver con quienes compartimos o qué pasa a nuestro alrededor. Es más, los días más felices son todos los días de nuestras vidas, si así lo queremos de verdad.

El puente hacia mañana

El futuro se construye ahora. La decisiones que se toman hoy son las frases que escriben la historia del mañana. ¿No me crees? Solo mira a tu alrededor y te darás cuenta que en donde estás parado hoy no es más que el fruto de las decisiones que tomaste ayer.

Todos queremos un mejor futuro pero muchas veces no sabemos cuál es el siguiente paso para hacerlo realidad. Si en donde estamos parados hoy es el fruto de las decisiones que tomamos ayer, entonces las decisiones que tomemos hoy serán las semillas de los frutos que cosecharemos mañana.

El puente hacia mañana se construye primero teniendo claro hacia dónde se quiere ir. Luego de tener una visión clara del futuro al que algún día se quiere llegar se debe evaluar cada decisión que se tomará hoy para ver si nos acerca o nos aleja del destino al que queremos llegar. Es decir, nos debemos asegurar de que cada decisión que estamos por tomar nos va a acercar al futuro que queremos alcanzar. De lo contrario estaremos construyendo un puente que va a directo hacia la mediocridad.

Finalmente, una vez que estamos seguros que estamos construyendo el puente en la dirección correcta, debemos empezar a colocar piedra tras piedra. Esto quiere decir que debemos ser coherentes con nuestras decisiones y actuar con disciplina y consistencia. Le diremos que no a cualquier cosa que no sea consistente con lo que queremos lograr. Tan solo le diremos que sí a aquello que sea una fundación sólida sobre la cual nos podremos parar y seguir avanzando hacia ese futuro que estamos construyendo una piedra a la vez.

El costo de resolver el problema equivocado

Existe una historia que se cuenta mucho entre los ingenieros de la NASA para ilustrar el costo de resolver el problema equivocado. La historia va algo así:

Muchas de las barreras que habían impedido que los cohetes llegaran al espacio habían sido superadas y había mucha emoción en el ambiente. El primer cohete estaba por ir al espacio y como buenos científicos los ingenieros de la NASA querían registrar todo lo que iba a pasar allá arriba. Así que se dieron a la tarea de inventar un lapicero que se pudiera utilizar en cero gravedad. Después de todo, es difícil hacer que la tinta baje hacia el papel cuando no hay gravedad.

Luego de hacer una inversión de varios millones de dólares y no haber podido encontrar una solución satisfactoria alguien se enteró de cómo los rusos habían resuelto el problema —usaron lápices.

Realmente no sé si la historia sea verdadera o sea más una leyenda urbana pero al final del día no importa. Ilustra de una manera fenomenal el costo de resolver un problema equivocado.

El problema que los ingenieros estaban tratando de resolver era “¿Cómo hacemos un lapicero que pueda escribir de cabeza en cero gravedad?” Cuando lo que realmente tenían que resolver era “¿Qué podemos hacer para escribir en el espacio?”

Antes de empezar a trabajar y desperdiciar tus recursos tómate el tiempo para pensar y asegúrate de que estás resolviendo el problema correcto.

Claridad

La claridad puede llegar a parecer algo ilusorio para un emprendedor. Llegar a tener claridad es algo muy difícil, especialmente si se está buscando dentro de el entorno empresarial. El emprendimiento naturalmente es confuso, desordenado y muy impredecible.

Incluso, muchas de las cosas que se asume que se entienden con claridad, rara vez se entienden a profundidad. ¿Por qué los clientes compran nuestros productos? ¿Quienes son los clientes que realmente queremos atender? ¿Por qué existe esta empresa? ¿Cómo están usando los clientes el producto? ¿Qué problema estamos resolviendo realmente?

La claridad duele, pero es la llave que abre todo lo demás. Duele por qué ver con claridad requiere un desprendimiento de cómo queremos que sean las cosas. Es la llave que abre todo lo demás por qué al ver con claridad nos acercamos a la realidad; al estar cerca de la realidad, podemos descifrar los principios básicos del juego y empezar a ganar.

Tener claridad permite cristalizar estrategias y ejecutar las tácticas con precisión. Entender de raíz los principios básicos de por qué algo funciona cómo funciona permite interactuar con ello de manera provechosa y tomar mejores decisiones.

La cantidad de tiempo y energía que se requieren para entender algo con total claridad y poderlo destilar hasta su esencia son significativos. Pero la recompensa es grande. Con claridad se sabe por qué. Con claridad desaparece la incertidumbre y se pueden predecir los efectos de las acciones que se van a tomar. Con claridad se pueden tomar mejores decisiones y lograr mejores resultados.

Buscar claridad en lo que se está haciendo es una de las mejores inversiones que un emprendedor puede hacer. Las recompensas son muy grandes y sin duda alguna no están limitadas solo al emprendimiento. Todo en la vida es mejor cuando hay claridad.