Elimina a la competencia

Eliminar a la competencia es muy diferente que ganarle a la competencia. Ganarle a la competencia implica competir y ganar. Eliminar a la competencia significa hacer algo para que la competencia ni siquiera pueda competir. Yo escojo eliminar a la competencia cualquier día de la semana.

La eliminación de la competencia empieza mucho antes de que un producto siquiera esté peleando en el mercado. Inicia tiempo atrás con una clara definición de la identidad de empresa que se quiere construir. Para definir bien un identidad se necesita responder las siguientes preguntas:

  • ¿A quien queremos servir?
  • ¿Para qué somos los mejores en el mundo?
  • ¿Cuales son los rasgos esenciales por los que queremos ser reconocidos?
  • ¿Qué habilidades únicas traemos a la mesa en el mercado en el que queremos jugar?
  • ¿Cuál es nuestra esencia?, En el fondo, ¿Quienes somos?

Estas 5 preguntas ayudan a definir la identidad de una empresa. Ojo, estas preguntas también funcionan a nivel personal cuando alguien construye su marca personal para posicionarse profesionalmente.

Una vez que una identidad ha sido claramente definida y la empresa empieza a ejecutar entorno a ella, es posible eliminar la competencia. ¿Por qué? Porque al tener una identidad bien definida y una operación acorde, la empresa es única. Ya no existe nada que la pueda reemplazar.

Cuando algo o alguien es único, nada ni nadie lo puede replicar. Nadie puede ganarte en ser tú mismo. Cuando una empresa encuentra su genuina identidad y juega a ganar en el mercado en base a potenciar su ADN, ha eliminado a su competencia. Es imposible que alguien les pueda ganar a ser un mejor ellos que ellos mismos.

Dicho versus hecho

Solo nosotros sabemos lo que realmente ocurre tras vestidores —que es lo que estamos haciendo en realidad. Esto nos da una gran herramienta que podemos utilizar a nuestro favor. Nos permite comparar todo lo que decimos que hemos hecho y lo que prometemos que vamos a hacer versus lo que en efecto hacemos. Nuestro porcentaje de efectividad.

Imaginemos, solo por unos momentos, la vida que tendríamos si tan solo cumpliéramos con el 50% de lo que decimos que vamos hacer. ¿Y con el 30% de lo que le decimos a los demás que ya hemos logrado hacer?

El secreto para tener una vida mejor no está en hablar más o hacer más promesas que el viento se llevará. El secreto está en cumplir con un porcentaje más alto de lo que ofrecemos hacer y reducir la brecha entre lo que decimos que hemos hecho y lo que realmente estamos pudiendo hacer.

Hablemos ⬇️ y hagamos ⬆️.

La inercia de nuestra programación

Desaprender es más difícil que aprender. ¿Cuántos comportamientos tratamos de cambiar pero una y otra vez volvemos a nuestro patrón habitual? El poder de nuestro condicionamiento y programación es más fuerte de lo que quisiéramos creer.

Si siempre te pones el zapato derecho primero, trata ponértelo después de haberte puesto el izquierdo. Si siempre que vez ese número en la pantalla de tu celular te pones ansioso y corres a responder, ahora trata de ignorar la llamada y responder hasta después. Si siempre que hablas con esa persona te pones histérico al escucharle alardear sobre sus logros, ahora trata de genuinamente sentirte orgulloso por lo que en su vida está logrando alcanzar. Presta mucha atención y pronto verás lo fuerte que es tu programación. De hecho, al inicio la mayoría de veces ni siquiera estarás al tanto de que estás reaccionando a lo que está sucediendo a tu alrededor.

Es importante reconocer que nuestras reacciones a todos estos eventos no tienen nada que ver con qué zapato está más cerca, con quién nos está llamando o que la persona con que estamos hablando sea extremadamente arrogante. Cada una de nuestras reacciones a estás situaciones está fuertemente codificada en nuestro condicionamiento y programación. De no ser así, todas las personas se pondrían el zapato derecho primero, todos se pondrían ansiosos cuando los llama esa persona que nosotros no podemos ignorar y nadie hablaría con esa persona que no podemos soportar. Es fácil ver que esto simplemente no es así. Cada quién reacciona de manera diferente porque cada uno de nosotros tiene su propia programación.

Qué es lo que creemos que es cierto, nuestros miedos, cuales son nuestros valores y quién creemos que somos son los cuatro componentes más fuertes de nuestra programación.

Para poder cambiar nuestro comportamiento primero tenemos que llegar a aceptar que estamos programados. Luego tenemos que contemplarnos muy de cerca hasta que podamos ver y comprender nuestra programación. Finalmente, una vez que hayamos comprendido como estamos programados, podremos empezar a cambiar uno a uno los comportamientos que están enraizados en lo más profundo de nuestro ser —nuestra programación.

Ahora, no después

El momento de actuar es ahora, no después.

Si hay algo importante que hacer, no tiene sentido esperar.

Si algo es difícil hoy, no dejará de serlo solo por qué se coló en la lista de pendientes para después.

Cada intento fallido de iniciar suma a la dificultad de lo que se quiere hacer, mejor dejar de sufrir y empezar de una vez.

Se debe hacer o se puede ignorar. No hay matices de gris. Sí se debe hacer, ahora es el momento. Si no, mejor descartar y olvidar.

En el fondo la decisión de hacer o no hacer ya se tomó. Si la decisión es hacer, a empezar ahora, no después.

Una noche de Netflix, estadísticas y baseball

Recién acabamos de ver Moneyball con mi hijo Christian. Ambos compartimos una pasión muy profunda por el baseball y esta era la película ideal para hoy. A pesar de la hora a la que la empezamos a ver y el hecho de que mañana vamos a salir muy temprano, estoy muy contento que decidimos quedarnos despiertos hasta que terminó.

A parte de volver a vivir los momentos que recuerdo de esa temporada tan especial del 2,002, poder ver cómo Christian ya entiende las sutilezas tan complejas del juego me llenó de mucho orgullo y satisfacción. No está de más decir que sus capacidades analíticas y matemáticas se están desarrollando a pasos muy acelerados.

Espero con todo mi corazón poder compartir muchos momentos más así con él. En esta ocasión fue el baseball que nos unió pero nadie sabe lo que nos depara el futuro. Realmente no me importa que sea lo que estemos compartiendo dentro de algunos años mientras podamos seguir pasando momentos tan agradables como el de hoy.

Luz interior

Cada uno de nosotros tiene una luz interior que con el paso del tiempo cambia de color. Al cabo de unos cuantos años, la luz interior con que nacemos es irreconocible de la luz que le presentamos a los demás.

Esta luz natural, quien realmente somos, lentamente abre paso a una luz artificial que trata de dar forma a quien creemos que debemos ser para encajar, para pertenecer. Desde que somos muy pequeños aprendemos qué es lo que debemos hacer para conformar con las expectativas de nuestra familia, amigos y sociedad. Cambiamos de color para sentirnos cerca de los demás.

Y así embarcamos nuestro camino por la vida, tratando de iluminar el camino por donde vamos con una luz que está muy lejos de quienes somos en realidad. Una luz que aunque se siente extremadamente natural y propia no es realmente nuestra. Tan solo es la combinación de millones de expectativas ajenas que han dado forma a una falsa identidad que confundimos con nuestra luz interior.

La buena noticia es que nunca nada ni nadie puede extinguir completamente nuestra luz interior. Siempre la podemos recuperar. Todo lo que debemos hacer es ver, escuchar.

Tenemos que estar atentos a todos esos momentos en que sentimos que nos desgarramos por dentro y que nuestra vida se desarma sin piedad. Es en estos momentos que nuestro subconsciente nos está gritando y nos dice que algo no está bien. Que no estamos actuando de acuerdo a quien realmente somos, que estamos lejos de nuestra luz interior.

Si prestamos atención pronto aprenderemos a escuchar y a reconocer nuestra luz interior. Este es el único camino a la verdadera felicidad pues solo es cuando actuamos en sintonía con nuestra luz interior que podemos iluminar nuestro propio corazón.

¿Tu que haces cuando alguien te empuja por atrás?

Imagina que estás parado en la cola del supermercado y de repente alguien te empuja por atrás. Sin duda alguna estarías sorprendido y te asustarías mucho.

Ahora digamos que estás corriendo por el parque haciendo ejercicio y alguien te empuja por atrás y caes. Lo más probable es que te sentirías muy enojado y enfrentarías al agresor.

Pero si estás jugando futbol cuando alguien te empuja por atrás tal ves te pondrías muy atento y buscarías al arbitro para ver que marquen una falta a tu favor. Podrías hasta estar un poco emocionado.

Y si estás jugando futbol americano y alguien te empuja por atrás y te bota violente simplemente te levantarías como que si nada pasó y seguirás jugando. No hay sorpresa alguna.

Nada sucede en el vacío. Todo ocurre dentro de un marco de referencia. El empujón es lo que sucede. Qué estás haciendo cuando te empujan determina el marco de referencia que le da significado al empujón.

En cada momento podemos escoger el marco de referencia (significado) que queremos construir para una situación dada. El secreto está en prestar atención y entender profundamente que el evento es totalmente independiente del marco de referencia que decidamos utilizar. ¿Por qué no siempre utilizar el marco de referencia más útil que podamos encontrar?

Así que, ¿Tu que haces cuando alguien te empuja por atrás? La respuesta correcta es, eso depende del marco de referencia dentro del cual me estén empujando.

Perfección

Hay tantos proyectos que mueren antes de nacer porque sus creadores no pueden tolerar la idea de que alguna parte del proyecto llegue a fracasar. Queremos la perfección.

La sensación que experimentamos cuando algo no sale cómo queremos muchas veces pesa más que la ilusión que tenemos de querer construir nuestros sueños. Queremos la perfección.

A veces nos despertamos sin ganas de afrontar el día y no queremos arrancar. En nuestra mente ese pequeño error no deja de rondar y pronto olvidamos todo el bien que hemos podido cosechar. Queremos la perfección.

Sabemos que fundamentalmente somos buenas personas y aún así nos castigamos porque algo malo sucedió que estaba fuera de nuestro control. Queremos la perfección.

Damos todo lo que podemos y no dejamos de luchar. Abrimos brecha tierra adentro pero de vez en cuando hay una caída insignificante que convierte todo el viaje en un desastre abismal. Queremos la perfección.

Acercarse a la perfección requiere de mucha práctica y experiencia. No nos podemos acercar las primeras veces que intentamos hacer algo. Es una realidad que tenemos que aceptar. Si nos sigue importando tanto la perfección, jamás llegaremos a intentar hacer algo significativo con el tiempo que nos queda de vida.

El piano en tu espalda

Hay días que se sienten más livianos que otros. Hay momentos en los que hacer lo que se tiene que hacer es fácil. Hay otros en los que tan solo pensar en empezar es una batalla campal. Todo da vueltas alrededor de el piano en tu espalda.

Verás, el piano que sientes que estás cargando en tu espalda en realidad no existe. Es un producto de tu imaginación. Todo lo que sientes y piensas, por real que te parezca, tan solo está ocurriendo dentro de tu cabeza. Sí, también aplica a ese peso que no te deja moverte por este mundo con libertad.

Si te quieres sentir un poco más liviano para así poder llegar un poco más lejos, todo lo que debes hacer es soltar el piano —cambiar tu manera de pensar. Todo ese peso que sientes solo existe porque tus pensamientos le han dado inercia y masa. Cambia tus pensamientos y soltaras el ancla que no te está dejando avanzar.

Programa de calidad falla de pantalla iPad Air 3

Hace un par de horas el iPad Air 3 de mi hijo empezó a tener problemas con la pantalla. Ya que el iPad no ha tenido golpes o caídas me pareció muy extraño. Es poco probable que un producto de Apple falle de esa manera.

Al estar haciendo pruebas con la pantalla del iPad, inmediatamente recordé que el último año tuve problemas con unos Power Beats pro y unos Air Pods pro. En ambos casos la solución fue un cambio gratuito de los audífonos gracias a un programa de calidad de Apple.

Esto me llevó inmediatamente a buscar en Google para ver si por casualidad hubiera un programa de calidad para una falla como la que se está presentando el iPad. ¡Bingo! Hay un programa de calidad que cubre los iPad Air 3 fabricados entre marzo y octubre del 2,019. Nosotros compramos el iPad en diciembre de ese año. Es muy probable que se haya fabricado en esas fechas.

Aún no puedo estar seguro de que este iPad esté cubierto por el programa de calidad pero el número de serie indica que el iPad fue fabricado justo en las fechas cubiertas por el programa. La falla de la pantalla que estamos viendo también concuerda con la descripción de la página oficial de Apple para el programa de calidad.

Falla Pantalla iPad Air 3

Mañana estaré llevando el iPad a Ishop para que lo revisen y espero en un par de días saber si estamos cubiertos por el programa o tendremos que pagar por la reparación. Actualizaré este post en cuanto sepa.

A cruzar los dedos 🤞.

*Actualización 1 de abril 2020.* El iPad si aplicó al programa y ya lo entregamos. Ishop. Estamos a la espera de que nos actualicen el reemplazo en más o menos una semana.

*Actualización 13 de abril 2020.* Ya tenemos el iPad nuevo acá! Gracias Apple.