Creo que…

Hay días en que me pregunto si estaré solo o si habrán millones de personas allá afuera que comparten mi sentir. Pareciera ser que a pesar de estar en medio de tanta gente estoy rodeado por paredes invisibles que me alejan de los demás. La sensación de exilio es bastante real.

Ya no sé si aún habrá algo de todo lo que pienso que tenga sentido alguno. No sé si es mi manera de ver el mundo la que está torcida o es el mundo en sí el que está perdiendo la cordura. ¿Seré yo él loco o estarán locos todos los demás?

Creo que ser feliz es una decisión y que no hay nada en este mundo que pueda quitarnos esa decisión.

Creo que enseñar es la mejor manera de aprender.

Creo que la vida no es fácil pero que tampoco es difícil. La vida es un experimento que se debe disfrutar, eso es lo que no podemos olvidar.

Creo que la libertad y la confianza pueden lograr más que la fuerza y la cohersión.

Creo que la responsabilidad es el camino más directo a la felicidad.

Creo que mientras menos necesitamos de los demás, más los podemos apreciar. Nadie puede apreciar a aquel del qué se siente dependiente.

Creo que los sueños que nos evaden se nos escapan por el miedo que tenemos de llegarlos a alcanzar.

Creo que hablar es más fácil que hacer —pero hacer no es es tan difícil cuando se tiene un poco de convicción.

Creo que la gran, gran mayoría de personas son buenas.

Creo que todas las personas usualmente tienen buenas intenciones.

Creo que los caminos de la persistencia y la perseverancia nos llevan a un reino lleno de libertad.

Creo que el mundo es maravilloso y que todo lo que nos hace falta para poderlo disfrutar es quitarnos las vendas que alguien más nos puso sobre los ojos cuando éramos muy pequeños.

Y finalmente, creo que voy a estar escribiendo más seguido.

¡Qué bien se siente escribir!

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