La ley de oferta y demanda está presente en todos lados. Incluso, este fenómeno determina qué tanto se valoran los comportamientos de las personas. Aquellos comportamientos escasos son los que más se estiman.
Nadie admira a una persona que no hace algo excepcional. Aquella persona que limita sus comportamientos a aquellos que son esperados, pasa desapercibida. Lo que es abundante, no vale. Ahhh, pero lo que está en escasez…
Lo que está en escasez vale, y vale mucho. Las personas que se comportan como muy pocos lo hacen son las personas que admiramos.
Admiramos a los es que entrenan más que los demás (y por eso llegan a ser campeones). Admiramos a las personas que ponen a los demás antes que a ellos mismos. Admiramos a las personas que velan por él bien común. Admiramos a los que saben controlar sus emociones. Admiramos a los que ponen su calidad de vida por encima de las expectativas que los demás tienen de ellos. Admiramos a los que enfrentan las dificultades de la vida con entusiasmo valentía.
Todas las personas son especiales. Realmente lo son. Sin embargo, algunas personas hacen cosas que no todos los demás están dispuestas a hacer. Son estas personas las que nos inspiran y motivan a hacer un poco más de lo que normalmente hacemos.
Son estas personas a las que admiramos.