Nada es imposible, solo hay algunas cosas que son menos probables que otras

Desde que tengo uso de razón he vivido mi vida bajo este lema. Realmente creo que nada es imposible, solo hay cosas que son menos probables que otras. Ver el mundo a través de este lente me ha permitido construir una vida que era muy poco probable para mí.

Creo que el secreto para vivir en un mundo en donde todo es posible está en interpretar los golpes que indudablemente llegarán como aprendizajes. Las barreras con que nos encontramos y nos derriban sin piedad solo son pruebas que nos invitan a aprender y salir mejores personas al otro lado de la tormenta.

Si entendemos esta realidad los fracasos eventualmente dejan de doler. Poco a poco se empiezan a transformar en aliados, en maestros que nos van enseñando el camino a seguir. Con un poco de tiempo y práctica, incluso los podemos llegar a desear. Después de todo, son lo único que nos lleva a crecer.

Las personas ven algo cómo imposible cuando se rinden. Cuando lo dejan de intentar. Cuando no pueden tolerar el fracaso. Cuando ondean la bandera blanca. Ese no es el tipo de persona que soy. Para mí, nada es imposible porque no importa cuántas veces lo tenga que intentar, siempre tendré un “otra vez más” bajo la manga.

Sí, hay cosas que son muy poco probables. Estás son las que más trabajo requieren. Pero aún así, ninguna de ellas es imposible. Solo requieren de un poco más de fuerza de voluntad.

Avanti.