En el mundo no hacen falta oportunidades. En el mundo lo que hace falta son personas valientes que no solo sepan identificar estas oportunidades sino que también tengan las agallas para ir tras ellas.
El valor de la recompensa que se encuentra detrás de cualquier oportunidad es directamente proporcional al riesgo que involucra tomarla. Es un tipo de ley universal, a mayor riego, mejor la recompensa.
Es por esto que no es sorpresa que las mejores oportunidades, aquellas que retornan las mejores recompensas, están reservadas para los más valientes. Son las más riesgosas.
Una buena oportunidad trae consigo un alto costo de oportunidad, es decir, se debe dejar de hacer algo más para poderla perseguir. En estos escenarios, la valentía juega un rol crucial.
Para obtener un mejor trabajo, se debe dejar el trabajo anterior. Para cambiarse de industria, se debe dejar la industria en donde actualmente se participa. Para empezar una nueva empresa, se debe invertir tiempo que ahora se usa para algo más.
Perseguir algo nuevo, algo más grande, algo mejor, siempre es riesgoso. Pero no se puede negar que quedarse en donde ya se está es mucho más riesgoso. Seguir como se está, por seguro que se sienta, no es una buena opción.
Se requiere de valor para seguir nuevas oportunidades. Se requiere de aún más valor para seguir las mejores.
Las mejores oportunidades están reservadas para los más valientes. Reserva la tuya hoy mismo.