Las cosas están funcionando y no se tiene mayor problema. Día tras día la cómoda monotonía de hacer lo mismo se apodera de toda la operación. Todos parecen estar muy complacidos ya que todo marcha de acuerdo al plan. No hay grandes sorpresas que interrumpan la producción pero el crecimiento es a lo sumo marginal.
Puede ser que este escenario sea algo que te llame la atención. A lo mejor no quieres “picar el hormiguero” y mientras puedas seguir tu camino sin mayor interrupción, mejor. Ya conoces tus procesos y a todas las personas que trabajan a tu alrededor. Ya sabes que hay que hacer en cualquier escenario y las metas que tienes que cumplir están fácilmente a tu alcance.
Pero, ¿y qué si hubiera algo mejor? ¿Y si pudieras triplicar las ventas? ¿Y si pudieras cortar los costos de tu división a la mitad? ¿Y si pudieras expandir la operación a otro país? ¿Y si pudieras lanzar un producto que canibalice tu producto estrella antes de que lo canibalice tu competencia directa?
Puede ser que en este momento tengas semanas, o incluso meses, de sentirte totalmente dentro de tu zona de confort. Todo marcha de acuerdo a plan y empiezas a notar que la mayoría de tus esfuerzos están dirigidos a hacer que la situación siga exactamente cómo está.
Si este es el caso te invito ahora mismo a preguntarte, ¿y qué si hubiera algo mejor?