Aún puedo recordar claramente cómo todo se desbarato en el día en que tuve una reunión“crucial” con un cliente muy importante. Ese día que quedó marcado en mi memoria para siempre, fue muy duro. Justo antes de llegar a la oficina en donde todo iba a salir de acuerdo a plan, manché mi camisa. Claro, la camisa tenia qué ser blanca.
Sin haber encontrado alguna otra opción, me tuve que presentar a la reunión con una gran mancha que no solo ensuciaba mi vestimenta, también ensuciaba mi auto imagen, mi autoestima y mi amor propio. Esta mancha fue suficiente para quitarme las ganas de vivir por al menos un par de días.
Exactamente no sé por qué hace una hora que estaba sentado frente al mar, viendo un precioso cielo lleno de estrellas, este recuerdo saltó con tanta claridad a mi mente. Creo que puede ser que ver tan de cerca la majestuosidad de la galaxia y el universo en que vivimos pone en perspectiva lo que son nuestras vidas. Acá estamos todos, parados sobre un pedazo de tierra que gira alrededor del espacio y tenemos la oportunidad de pasar un número infinitamente corto de años acá. Es maravilloso. Conectar con la infinita dimensión del cosmos nos ayuda a poner las cosas en perspectiva.
Esta sensación de asombro y pertenencia a algo tan grande me trajo este recuerdo a la mente por algo. Para recordarme de que no me debo de tomar las cosas tan en serio. Al final del día, todo pasará. Yo pasaré. Es un pensamiento tan liberador. Nunca más volveré a arruinar mi viaje bajo este bello cielo de estrellas solo porque vuelva a manchar otra camisa.