Tomarse el tiempo, una gran ventaja competitiva

Las cosas buenas requieren de tiempo para llegar a ser. Las grandes amistades no nacen de un día para el otro. Los mejores vinos necesitan de muchos años para añejar. Los grandes atletas entrenan durante miles de horas antes de llegar a triunfar. Nada que valga la pena llega de la noche a la mañana.

Es cierto que la impaciencia está en la naturaleza de muchos de nosotros. ¿A quién no le gusta tener resultados inmediatos? ¿A quién no le gusta tenerlo todo sin tener que dar mucho a cambio? El problema es que estos eventos fugaces que llegan de la nada son solo accidentes del destino que rara vez son reproducibles. Osea qué, las grandes recompensas que llegan de inmediato y sin esfuerzo alguno no son más que destellos repentinos de suerte.

No hay nada más inspirador que llegar a dominar una disciplina y poderla ejercer al más alto nivel. También, dominar una disciplina es la puerta que nos lleva al éxito profesional. Tomarse el tiempo para hacer algo bien, presentándole atención a cada detalle con una devoción casi artesanal es lo que el mundo tanto necesita de cada uno de nosotros. En estos tiempos en donde todo se necesita para ayer, funcione o no, tomarse el tiempo para hacer un buen trabajo es la ventaja competitiva más grande que alguien puede llegar a tener.

Comparte en redes

Algunos
artículos relacionados

Deja un comentario