Hay un punto en el que todo el aprendizaje adquirido se desvanece y lo único que queda es poder aplicarlo en la vida real. Por ejemplo, podemos aprender que el fracaso tan solo es retroalimentación y que es un muy buen indicador de qué es lo que podemos hacer y que no. Ahora bien, cuando estamos parados de frente ante un fracaso que nos está diciendo, “esto es más grande que tú y no lo puedes hacer”, tomarlo como retroalimentación y no sentirnos frustrados es totalmente otra cosa.
Y es precisamente este tipo de frustración la que estoy sintiendo en este momento. Hoy por la tarde empecé a cambiar la chapa de una puerta de mi casa. La anterior se arruinó y quiero aprovechar a sustituirla por una inteligente. Decidí comprar una ULTRALOQ U-Bolt Pro WiFi Smart Lock with Door Sensor e instalarla yo mismo. Después de todo se supone que la instalación tan solo lleva 15 minutos.
Pues cómo les decía al principio, en teoría todo es más fácil que en la práctica. En la última etapa de desarmar la chapa vieja me topé con que uno de los tornillos que debo quitar está extremadamente duro de quitar. En mi gran falta de experticia sobé el tornillo y ya no pude seguir adelante. Necesito otro tipo de herramienta que no tengo para poderlo quitar.
Es momento de poner en práctica lo que he aprendido, dejar la frustración por un lado y descansar para mañana ir a conseguir un extractor de tornillos y un barreno para terminar el trabajo. Después de todo no pasó nada. Solo aprendí que no tengo todas las herramientas necesarias para cambiar esta chapa particular que está instalada en mi casa y que tiene un tornillo sobado.