Siempre hay que romper huevos para hacer un omelette

Hoy por la tarde nuestro gato Fluffy tuvo cita en el veterinario. Como ya es de costumbre, meterlo en su pequeña jaula para poderlo transportar fue una batalla campal. Una vez que entre dos personas lo logramos asegurar empezaron los maullidos de desesperación. Es algo que al menos para mí es complicado de manejar.