Escuchar con todo el cuerpo

Hoy por la mañana sonó mi despertador a la hora que siempre lo hace. Simplemente no me pude levantar. Me desperté una hora y media después y no salí a correr como lo había planeado hacer. Está de más decir que pasé toda la mañana con remordimiento y cargo de conciencia. “Yo tengo que hacer más y no puedo fallar”, estuvo dando vueltas en mi cabeza sin parar.

Después de almuerzo me seguí sintiendo muy, muy cansado. Hice mi meditación diaria y al terminar, ya en un estado más consciente, pude notar un cansancio muy profundo en todo mi ser. Esta ves ya no pelee en contra de lo que estaba sintiendo y me acosté a descansar. Desperté un poco más de 4 horas después.

Todavía no tengo claro qué es lo que está causando tanto cansancio. Pueden ser varias cosas pero lo que sí sé es que si estoy cansado, debo descansar. No puedo ignorar las señales que mi cuerpo me está enviando. No tiene sentido alguno negar algo que claramente es real y me está afectando.

Durante muchos años, tal vez por qué en ese momento creía era necesario probarme ante todos, ignoré a mi cuerpo, mente y alma. Ya no es algo que voy a seguir haciendo. Hoy entiendo que mi mejor desempeño se da cuando estoy al 100%. Claro, siempre estoy dispuesto a empujar los limites y dar todo lo que tengo pero no cuando estoy consciente de que hacerlo va en contra de mi bienestar.

Cada situación es única y generalizar demasiado nunca es bueno. Tener claro que está sucediendo con mi cuerpo, mente y alma en todo momento es el primer paso para decidir bien. Después, como escribí ayer, si todo está ok ya puedo proceder a actuar. De lo contrario, lo correcto a hacer es descansar y recuperarme para poder dar lo mejor cuando ya esté bien.

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