Delegar es entregar una de nuestras responsabilidades de manera permanente o temporal a uno de nuestros directos. A diferencia de asignar una tarea, que simplemente es pedirle a un directo que haga algo que está en su descripción de puesto, delegar requiere que nuestro directo aprenda a hacer algo nuevo que nosotros ya sabemos hacer.
Este proceso es lo que permite que la organización y las personas que la conforman crezcan. Darle algo nuevo que hacer a alguien siempre es bueno —le ayuda a desarrollarse.
Hace una horas estaba cerrando un taller de gerencia efectiva que impartí en SOPHOS y uno de los participantes formuló una frase que nos sirvió a todos para captar a nivel visceral el poder de la delegación. Su frase iba algo así: “Si escoges que la empresa sea del tamaño de tus habilidades tendrás una empresa pequeña pero si escoges que la empresa sea del tamaño de las habilidades de todo tu equipo tendrás una empresa grande.”
Simple y directo. Uno de los factores principales que determinan la capacidad de crecimiento de una empresa es la habilidad de delegar de su equipo gerencial. He ahí el poder de la delegación.