Esta expresión de pensar fuera de la caja está bastante trillada. Se utiliza para casi cualquier situación que requiere algún cambio. En la mayoría de casos se refiere a encontrar una manera diferente, poco intuitiva de hacer las cosas. Siempre se usa en referencia a tratar de resolver un problema externo. La expresión utilizada de manera tradicional asume que la caja está “allá afuera”.
Pero la caja más grande de todas está adentro de nuestras cabezas. El pensar afuera de esta caja interna es donde están las más grandes oportunidades. Pensar afuera de la caja de nuestra propia programación implica:
- Cuestionar nuestras creencias más personales que consideramos intocables. Aquellas que cuando alguien cuestiona perdemos el control.
- Imaginar cómo serían nuestras vidas si aceptáramos que el mundo funciona de una manera distinta a la que nosotros consideramos verdadera. No siempre tenemos la razón.
- Escuchar a los demás abiertamente para construir una autoimagen más real de nosotros mismos. No somos lo que creemos que somos.
- Llegar más allá de nuestros miedos más grandes para ver las cosas como son y no verlas de una manera que nos hace sentir seguros. El mundo no es tan amenazador como creemos.
- Reconocer que la mayoría de nuestras acciones son producto de una programación instalada por nuestras familias y sociedad desde antes de que tuviéramos completo uso de razón. Actuamos de maneras mucho más reactivas de lo que creemos. Nuestra “libertad” de acción es más limitada de lo que creemos.
La caja está adentro de nosotros, no afuera. Si logramos pensar más allá de nuestra propia programación, la cual es invisible, entonces estaremos realmente pensando afuera de la caja.