Cada pequeña cosa que hacemos que nunca antes hemos hecho implica aprender algo nuevo. Si somos honestos y nos detenemos a pensar un poco debemos reconocer que esto significa que tenemos mucho por aprender.
Si tomamos las cosas que ya sabemos hacer y las comparamos contra el universo total de cosas que se pueden hacer nos daremos cuenta que en realidad sabemos hacer muy pocas cosas. Y de esas pocas cosas que ya sabemos hacer, ¿Cuántas de ellas sabemos hacer realmente bien?
Creo que hacer algo con mediocridad es muy diferente que hacerlo con excelencia. Por ende, llevar nuestro nivel de experticia de mediocre a espectacular también es aprender algo nuevo. Este proceso de mejora también implica que debemos aprender los detalles escondidos de lo que queremos perfeccionar.
¿Qué es lo que da miedo de verdad? Que dejar de aprender significa congelar nuestras vidas y quedarnos tal y cómo estamos. Es seguir haciendo todo lo que hacemos exactamente igual que como ya lo sabemos hacer. Nada sería mejor y tampoco nada sería peor. Sin importar qué pase, siempre reaccionaremos de la misma manera. Si me lo pruebo se siente cómo vivir la vida de una planta. Mmm, prefiero seguir aprendiendo.
Hay tanto por aprender y tantas cosas nuevas que vivir. Hay tanto por aprender y tantas caídas por sufrir. No dejemos que la comodidad nos impida construir. Podemos ser mucho mejores si tan solo seguimos aprendiendo hasta que llegue la hora de morir.