La sensación de miedo siempre nace ante un evento imaginado que aún no ha ocurrido. No podemos sentir miedo de algo que ya pasó. Usualmente lo que ocurre es que hay un evento detonador que acontece, se asimila, se interpreta y se arman conjeturas e historias sobre qué podría pasar después. Son estas historias las que despiertan el miedo. Todo este proceso es subjetivo.
Nunca en la historia de la humanidad ha habido una persona que haya tenido miedo de algo que iba a pasar con 100% de probabilidad. El mundo no funciona así. No importa la circunstancia y cuántas veces se haya desenvuelto de la misma manera anteriormente, nadie puede predecir con total certeza lo que ocurrirá después.
Reconocer que a lo que se le tiene miedo es una historia creada por nosotros mismos es muy poderoso. Primero, podemos en todo momento escoger si queremos creer o no la historia. Lo hacemos todo el tiempo con todas las demás historias que escuchamos. Y segundo, también podemos reescribir la historia cuantas veces queramos. Después de todo, nosotros somos los únicos autores.
El miedo siempre es una fantasía.