Tomar una decisión significa descartar todas las demás opciones y comprometerse con la elegida. Es también alinear todas las acciones subsiguientes con la opción elegida. Es decir, decisión = seleccionar una opción + actuar de acuerdo a esa elección.
Una vez se ha pasado por el proceso de tomar una decisión, todo se vuelve más fácil. Por ejemplo, he decidido que voy a escribir un post todos los días. Ya está decidido. Ya no me tengo que preguntar si voy a escribir hoy o no. ¿Escribo aunque sea tarde? ¿Escribo aunque me cueste pensar sobre que escribir? ¿Escribo aunque no tenga ganas? ¿Escribo a pesar del cansancio? Todas estás preguntas son absurdas. Las respondí todas hace más de 200 días cuando decidí escribir todos los días.