Tanto en los negocios como en la vida, la tentación está siempre presente. Algunas veces más a plena vista y otras veces un poco más escondida. Cuando la tentación es obvia es más fácil de evadir. El verdadero peligro de caer se da cuando la tentación es escondida.
Los caminos fáciles son los escondites preferidos de la tentación. Piénsenlo, no hay nada más tentador que poder tomar un atajo. Esa solución fácil a un problema complejo. Aquellas estrategias que parecieran no requerir de mayor esfuerzo y que se pueden ejecutar en corto tiempo sin correr riesgo alguno. Debemos estar siempre alertas. Especialmente en tiempos difíciles como los que estamos viviendo hoy.
La mente es muy hábil y traicionera a la vez. En los momentos más importantes de la vida —aquellos en los cuales se deben tomar las decisiones más difíciles— la tentación de tomar el camino fácil estará siempre presente. Y no solo estará presente, realmente parecerá el mejor camino a seguir. Cuidado con las historias que te contarás para racionalizar tomar el camino fácil. ¿Cómo puedes estar seguro de que estás decidiendo lo que es mejor y no lo que resulta más cómodo?
La tentación siempre nos estará poniendo a prueba. Podrá a prueba nuestros instintos, nuestras emociones y nuestros pensamientos. La única manera de poder vencerla es conocernos muy a fondo y poder reconocer —con mucha honestidad interior— por qué vamos hacer lo que estamos a punto de hacer.