La vida es felicidad; también es dolor. Es amar con todo el corazón y forjar batallas donde el único desenlace es la desilusión. Es levantarse una y otra vez para tan solo volver a caer. Es experimentar todo el universo en un instante y sentir que cada segundo es una eternidad.
La vida es experimentar emociones que nunca se podrán describir con palabras y escribir palabras que despiertan emociones que jamas se pueden olvidar. Es volver a nacer en los momentos en que la muerte acecha y encontrar un poco de vida en las situaciones más adversas.
La vida es la oportunidad de conocernos cada día mejor y de descubrir la esencia sepultada muy adentro de nuestro interior. Es el privilegio de descubrir quienes somos en la adversidad y así poder encontrar nuestro camino hacia la divinidad.
Pero sobre todo, la vida es un regalo que nunca se debe despreciar. Es un espectáculo maravilloso lleno de angustias, tristezas y felicidad. No vale menos en los momentos difíciles y tampoco vale más cuando todo camina sin dificultad.
Vive el regalo de la vida sin reservas y con plenitud. Aprende a disfrutarla en invierno y en los momentos que estés lleno de gratitud.
Al final de todo, que tanto se disfruta de la vida depende más de con cuantas ganas se abre el regalo que con lo que haya adentro de la caja.