Hace ya varios años que ha existido una fuerte tendencia a enfocar las actividades de un equipo al cumplimiento de metas. Las metas son una gran ayuda en el cumplimiento de los objetivos. Pero deben ser utilizadas con cuidado. Las metas mal utilizadas pueden ser peligrosas.
¿Cuando es una meta peligrosa? Ya sea cuando es inalcanzable o muy fácil de alcanzar. ¿Que sucede? Una meta inalcanzable desmoraliza a la persona o equipo a cargo y crea un ambiente de desesperación muy difícil de sobrepasar. Y peor aún, una meta muy fácil de alcanzar crea conformismo y mediocridad. Es en este riego que me quiero extender.
Las personas cree siempre tener límites. Y estos límites siempre son inferiores a las capacidades reales de las personas.
Es más común escuchar un “eso está fuera de mi alcance” que un “¿Cómo es posible que lo haya logrado? Esto no se debe a las capacidades de las personas. Esto se debe al tipo de metas tan “cómodas” que nos fijamos.
En resumen, es necesario conocer bien al personal. Saber los límites reales de cada una de las personas con que se trabaja. Es imperativo saber hasta donde pueden llegar con su máximo esfuerzo. Es justo ahí en donde deben residir las metas. No más, no menos. Y recuerda que:
Nunca debes menospreciar a alguien, seguro nunca te decepcionarán.